CAPITULO 14

55 4 1
                                    

Corro a la puerta emocionada, por alguna extraña razón siento mariposas en el estomago y pego un saltito de felicidad antes de calmarme y abrirla. Isaac está parado con una caja de pizza apuntándome directo, tiene un aire despreocupado y con una gran sonrisa en su rostro, tal como estuvo la última vez que lo vi antes de despedirme.

Viste unos jeans negros y camiseta ploma con una chompa negra, que estoy segura es la misma con la que estaba la primera vez que lo vi.

-         Hola.- prácticamente suspiro al decirlo y le sonrió.

-         ¿Puedo pasar?- asiento y le abro paso.

-         No puedo creer que estés aquí, llego a pensar que me estás espiando o algo por el estilo.

-         Tenía ganas de verte.- suelta y sonríe mientras se sienta en el sofá y deja la pizza en la mesita del frente.- se está volviendo una obsesión el querer verte todos los días.- me sonrojo y permanezco de pie frente a él.

-         Tengo que aceptar, que ese comportamiento de alguna manera me gusta.- confieso.- pero no creo que sea lo correcto, apenas nos estamos conociendo.

-         Diría que te conozco más de lo que te podrías imaginar.- habla a la ligera.- siéntate conmigo, vine para disfrutar de este momento.

Dudo un momento antes de sentarme, pienso en el mensaje que me ha enviado.

-         Dime una cosa, ¿cómo es que te tengo registrado en mis contactos si no te he dado mi teléfono?- piensa si responderme o no pero lo hace.

-         Tome tu teléfono de tu bolso la noche anterior, pensé que tal vez querrías contactarme en algún momento.- se mete un pedazo de pizza en la boca, mientras contemplo sus facciones.

Tienes rasgos finos y una nariz alargada y redonda, lo normal en una persona, sus pómulos son delgados y cada vez que sonríe se le marcan en el contorno, sus cejas son abultadas lo suficiente como para no parecer bosque encantado y sus pestañas son largas y hermosas.

-         Pudiste habérmelo dicho, además creo estar más segura de que quien necesitaba saber el número del otro eras tú.

-         Por lo menos intente cubrir la realidad.

Quedamos en silencio unos minutos, el continua en su labor de comer y atragantarse de pizza, mientras yo solo pienso en el hecho de porqué se encuentra aquí, no cualquier persona se aparece a altas horas de la noche, con comida, por el simple hecho que me quiera ver, no es el comportamiento normal de alguien ¿o si?, además que tal si Mark hubiese estado aquí, no quiero ni imaginar lo que abría pasado, Isaac apenas duraría máximo cinco minutos antes de que Mark lo hubiera hecho sentir incomodo y luego comenzaría con el interrogatorio para mi, advirtiéndome que si primero el no conocía bien de donde venia Isaac no podría acercarse ni mucho menos entrar.

-         ¿Haces esto con todas las chicas con las cuales flirteas?- la pregunta sale tan rápido que mis pensamientos no conectan con mi boca y no me puedo detener.

-         ¿Por qué lo dices, acaso no te gusta que este aquí?

-         No, no es eso pero, no acostumbro a tener chicos a estas horas tocando la puerta de mi casa, es algo nuevo para mí, Mark no se creería todo esto, ya te habría mandado de patitas a la calle antes de poder acercarte.

-         Mark.- frunce el ceño.- ¿Quién es ese, tu novio acaso?

-         ¿Estás celoso?

-         No.- se aclara la garganta.- No.- pienso jugar con él un momento.

-         Vivo con él desde que cumplí los diez y ocho, nos conocimos el último año de preparatoria, el estudia mientras yo trabajo.

SHOT THE GUN (Disparo) CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora