Capítulo 15 - Pasión

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Ambos habían llegado hasta la habitación donde no habían demorado en incrementar un poco el ritmo de los besos entre ambos, ella había buscado apegarse apenas un poco mas a su compañero en medida que el mismo acariciaba su espalda con mera delicadeza, aun estaba un poco inseguro en lo que respectaba a sus toqueteos, mas que nada porque no sabía si ella estaba segura de que era lo que realmente deseaba o no. Pero joder, había esperado el momento de poder sentir su piel tanto tiempo, que no demoro en descender suavemente a su cuello donde escucho un débil jadeo por parte de la muchacha demostrando lo mucho que comenzaba a disfrutar del candente momento. Sin embargo, poco antes de que tan siquiera sus manos buscaran tocarla mas de la cuenta, se detuvo colocando sus manos de forma delicada sobre su cintura mirándola fijamente a los ojos.

-Mikasa... ¿Estás realmente segura de que es lo que quieres?, no haré nada que tu no quieras- Suspiro en un mero intento por controlarse así mismo, al menos hasta que un beso por parte de la contraria le había hecho saber que lo mas probable era que apenas comenzaran, les fuera realmente complicado detenerse y quizás, era precisamente eso lo que tanto llegaba a preocuparle, la forma en que sus labios se buscaban, la manera en que sus lenguas jugueteaban la una con la otra, en que acariciaba sus cabellos, joder, la deseaba -Mikasa~...- Jadeo su nombre poco antes de separarse de ella dejando un delicado hilo de saliva que unía sus labios entre si intentando regular su respiración. 

-Lo deseo~ Quiero hacerlo~- Relamió sus labios poco antes de volver a apegarse a el dándole apenas un beso un tanto mas apasionado que el primero con el que comenzaron, para ese punto sus cuerpos parecían estar desesperados por sentirse el uno al otro, la forma en que ella misma se agitaba bastaba para comprobarlo, realmente no había nada que pudiera detenerlos y ellos tampoco querían hacerlo.

Habiendo tenido su permiso, el finalmente opto por darse la libertad de poder tocarla como tanto había querido entonces. Sus labios se sumergieron en la pálida piel de su cuello, saboreando la misma mientras se deleitaba con su aroma, los suspiros pesados y la forma en que ella envolvía entre sus dedos uno que otro de sus mechones de cabello le indicaba que realmente lo estaba disfrutando, y claramente, necesitaba sentirla. Quería sentirla por completo, dejo que sus manos se dirigieran hasta su nuca, donde de poco en poco comenzó a desabrochar su vestido permitiendo que el mismo se aflojara lo suficiente para revelar apenas un poco de la piel de sus hombros y su cuello en cuanto las mangas de su vestido cayeron suavemente dejando ver sus hombros y parte de su clavícula desnudos. Una vista, que claramente Jean comenzaba a disfrutar y anhelar con mucho mas deseo. Las mejillas de la azabache de poco en poco comenzaban a teñirse de rojo, era normal, era la primera vez que alguien la tocaba de ese modo y claramente, comenzaba a despertar un enorme deseo jamás antes conocido en ella. 

-Jean~- Ella no se quedaría atrás tampoco, sus manos se dirigieron hasta su saco donde tras ver que el mismo se deslizaba sobre sus hombros para caer al suelo, siguió con su corbatín, aflojo aquel pedazo de tela de forma delicada hasta que finalmente se deshizo de el en el momento justo en que el reclamaba sus labios una vez mas en medio de un beso mas que apasionado. Lo suficiente para que el húmedo sonido de sus lenguas y labios peleando entre si cuando se apegaban el uno al otro fuera suficiente para dejar en claro el creciente deseo que sentían, el calor que comenzaban a emanar sus cuerpos al sentirse -Realmente lo deseo~- Susurro en un tono tan coqueto que el no lo soporto demasiado. 

-Yo también te deseo mas de lo que crees~- Jean se separo meramente extasiado por el rubor de ambos, no quería parar, no ahora que ambos comenzaban a demostrar lo mucho que deseaban ese erótico momento desde quien sabe cuanto tiempo, y claramente, no tenía intenciones de reprimir su deseo por ella. Se separo lo suficiente para deshacerse del vestido admirando la forma en que la tela se deslizaba suavemente a través de su cuerpo dejándola únicamente en ropa interior, ver lo perfecta que era aun debajo de esa ropa, no hizo mas que despertar aun mas su deseo, y aun así, tenía el cuidado de tocarla con cuidado puesto que tenía miedo de llegar a ponerla nerviosa o lastimarla. Quería palpar cada centímetro de ella, poder darse la oportunidad de hacerla disfrutar tanto como lo comenzaba a hacer el. 

Más allá del finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora