Capítulo 13

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Aiger no había podido dejar de pensar en eso ¿Cómo diablos que no eran amigos? ¡Estaba ofendido! Y ella no parecía tener una pizca de preocupación al respecto...De echo, lo que había pasado ayer, al menos para el, había sido el colmo.

—Sigues viéndome de esa forma —Le había dicho la chica —¿No entiendes el problema?

—Lo que no entiendo es como soy tu alumno solamente —Susurró acercándose un poco a ella —Creí que habíamos pasado suficiente tiempo juntos para ser, mínimo, amigos ¿Qué necesitas para que seamos considerados así?

—¿Por qué tan insistente en el tema? —Preguntó mirándolo directamente.

—Bueno...Me agradas y a ti te hace falta amigos —Apoyó el rostro en su puño haciendo una mueca —Así que ¡Aquí estoy! —Se apuntó a si mismo, con exageración —¡Soy tu hombre! —El silencio de Lya lo hizo sentirse aún más ofendido —Escucha. Para mi eres mi amiga y sería aún mejor si entendieras que es mutuo.

—Entonces somos amigos —Aiger se cubrió el rostro con ambas manos, en señal de desesperación.

—Así no funciona —Dijo con dificultad, debido a que sus manos estorbaban un poco —No sirve si tu no crees que somos amigos.

—No entiendo —Aiger se recostó sobre la mesa de trabajo derrotado.

—¿Qué no entiendes? Es muy sencillo —Acercó su silla a la de la albina para explicar mejor, según el —Cuando hay química, nacen las amistades y y cuando se preocupan por los demás ¿Acaso no te preocupas por mi?

—No.

—Eres muy cruel.

—Sigo sin entender la insistencia.

—Es que no es posible ¡Llevamos años juntos y no me consideras tu amigo! ¡Estoy muy ofendido! ¡Soy el único que te habla por voluntad propia! Sin ofender, claro.

—Yo no te pedí que estuvieras conmigo —Aiger abrió la boca, ahora sí lo había dejado sin palabras.

—Bueno, no...Pero...

—Lo que sea que tengas que decir, es irrelevante. No te molestes.

—¿Cómo puedes ser tan fría?

—No soy fría. Estoy casi segura de estar a una temperatura corporal normal, si estuviera fría tendría síntomas externos muy evidentes —Aiger se quedó observándola por unos largos segundos, sin poder identificar el sarcasmo en su respuesta.

¿Era una broma?

—Deberías concentrarte si no quieres reprobar la segunda oportunidad —Ese comentario, logró regresar a Aiger a su actividad cerebral normal.

—¡No puedo! ¡Solo pienso en como rechazas mi amistad como si fuera basura!

—No pienses en eso —Respondió con simpleza.

—¡Oh, gracias! ¡No lo había pensado!

Debía haber una forma de hacerla entender, pues claramente no estaba entendiendo todo el escándalo.

En apariencia no entendía la amistad, no entendía la razón de su ofensa...¡No entendía la situación completa! Y eso lo hacía darle más vueltas al asunto. Hasta se había olvidado de los rumores que aún corrían por la escuela, que incluso habían mirado y ahora estaba el involucrado. Al final, comentarios sin importancia.

—Aiger —Llamó su hermana, aplaudiendo frente a el, para lograr captar su atención.

—¿Eh?

—Te llevo hablando de hace rato ¿Qué pasa?

—Lya es rara —Soltó sin pensar. Mary, sin entender la razón exacta por la cual lo había dicho sin más, entrecerró los ojos.

Ella lo sabía, toda la escuela lo sabía, el era el único que no quería verlo ¿Y ahora sí? ¿Por qué?

—Bueno...Sabía que era fría pero hoy me di cuenta que es en serio bastante fría —Se explicó.

—Creí que eso era obvio Aiger —El nombrado le quitó importancia con un ademán para seguir su relato.

—Me dijo que no éramos amigos, que para ella era una relación profesora alumno.

—¿En serio? —Naru se tomó unos segundos para pensar lo que iba a decir, decidiéndose por algo sencillo —Yo creí que eras su único amigo.

—¡También yo! —Pronto comenzó a pensar en una posibilidad. Naru lo miró curiosa —¿Qué tal si en vez de tratar explicarle lo que somos...Se lo demuestro?

—¿Como lo harías?

—No lo sé bien, pero debe ser de una forma que entienda...Y creo que tengo una idea de como podría intentarlo.

—¿En serio?

—¡Si! Al final todos esos años servirán de algo... —Abrió su cuaderno, buscando una hoja en blanco. Un marcador negro, su pluma negra, azul y roja para ir planeando su estrategia —Si quieres que Lya Kurenai encuentre algo interesante, debes hacerlo interesante para ella.

—Me temo que no entiendo Aiger.

—Esta bien, no es necesario que lo entiendas...A partir de ahora, jugaré bajo sus reglas, Señorita Lya Kurenai —Escribió con una gran sonrisa orgullosa, lo que sería el inicio de una larga, estresante, tediosa y peligrosa aventura. Claro, que eso no podía saberlo.

El método Aiger
Por: Aiger Akabane

El método Aiger (Aiger Akabane)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora