Capítulo 45

75 10 0
                                    

Fue una conversación incómoda, al grado de no querer volver a acercarse al grupo de amigos deportistas que tenía y prefirió mantenerse totalmente al margen del deporte; como llevaba haciendo hacia ya un tiempo.

Así que fueron días y días, dentro de la biblioteca, en donde le hacía compañía a la bibliotecaria y le ayudaba a acomodar libros.

—¿No irás a comer? —Le preguntó esa vez. —No quisiera sonar entrometida, pero pasas mucho tiempo aquí y no veo que comas apenas nada.

—Tengo una pregunta que hacerle. Quisiera saber que opina... —La señora asintió algo aturdida por lo abrupta de la interrupción. —Tengo un amigo, que tiene otro amigo que es vecino del primo del hermano de la persona protagonista de esta historia. 

—¿Bien?

—Y bueno, esta persona...Es...Buena persona. Inteligente, carismática. Sociable. — La mayor asintió. — Y tiene una especie de..."Amistad", si la podemos llamar así, —Le puso comillas al aire con una mueca y siguió. " con alguien que es exactamente lo contrario. 

—Okey. 

—Es desesperante, estresante, muy seria y sobre todo muy grosera. —Soltó algo alterado. —No importa los esfuerzos que haga, parece que no le importa en lo más mínimo. — La mujer soltó una risita.

—¿De acuerdo?

—Y es cansado... —Suspiró. —Es una persona interesante después de todo...pero es tan complicado entablar una amistad con ella. Dios santo.

—Pues...Que se acerque y le hable de eso.

—¡Ya se hizo! —Gritó; al darse cuenta carraspeó y corrigió su tono. —O bueno...No tan directamente, pero se puso sobre la mesa ese asunto. Y por un tiempo hubo ligeros cambios, pero no tan...No sé. —Tomó aire en lo que pensaba y ordenaba sus ideas, que parecía más difícil de lo que probablemente era. —El problema es que es una chica muy analítica y metódica. Todo es con un orden y debe tener una razón importante para hacerse; es complicado abordarla. —La mayor asintió. — Entonces, para acercarse hizo una especie de método... —La ceja alzada de la señora Han lo hizo apresurarse a explicar. —Suena absurdo y raro, pero por un momento sirvió para conocerla. No sé en dónde fue que las cosas se pusieron tan mal...El chiste de eso, era entablar una amistad de forma que tuviera un objetivo y un método, así hacerlo mejor para ella. Y al final todos terminaron alejados, los amigos y ella.

El chico se veía abatido y notablemente desanimado. Muy cansado. La mayor ladeó la cabeza con una sonrisa amable, entendiendo la situación.

—Ya...Pero, ella ¿Conoció al amigo tuyo?

—¿Cómo?

—Suena como que el amigo ese del que me hablas, se olvidó de incluirse en el método. —Dijo acomodando sus lentes. —No sé a ciencia cierta como estuvo el asunto, pero creo que se concentró demasiado en hacerla sentir cómoda que se olvidó de si mismo...Haciendo las cosas incómodas para ambos y para los demás que los rodeaban.

—...

—Dile a tu amigo, que sea la persona que sea, no es necesario muchas veces hacer algo tan complejo para poder acercarse a alguien. —Agitó la mano como quitando importancia. —Es tan fácil como hacer una pregunta, y el resto se lo dejas a la otra persona.

—Claro.

—Ambos deben participar, no solo el objeto de estudio Aiger.

—... —El silencio del chico la hizo querer complementar, por lo que en voz baja dijo.

—Las relaciones se basan en cuidados, y todos los involucrados deben colaborar. Si tú te alejas por estar tan concentrado en alguien, es obvio que el resto se va a alejar.

—Que complejo.

—Las relaciones interpersonales suelen ser complejas... —Asintió. —Pero no por eso son imposibles; es más sencillo de lo que parece si pones de tu parte. Dile a tu amigo, que las cosas son muchas veces más sencillas...Y las soluciones suelen serlo aún más...Solo debe dar ese primer paso.

—Okey.

—Y no lo olvides nunca; lo más importante es uno mismo; tan sencillo como eso.

El método Aiger (Aiger Akabane)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora