El método Aiger (Aiger Akabane)

Capítulo 32

—Y eso fue lo que dijo Aiger. —Terminó de contar Lya luego de que Suki le preguntó de qué habían hablado (pues los había visto juntos esa mañana). No esperaba que Lya le dijera a lujo de detalle lo que había ocurrido.

—Bueno era normal que se preocupara un poco... —Murmuró Suoh más para si mismo. —También llegué a pensar que te caía mal Suki. —Admitió, haciendo que Lya se dirigiera inmediatamente a la pelinegra. 

—Me das totalmente igual Suki. —Aclaró, la nombrada asintió sonriendo. 

—Lo sé Lya... —Dijo para tranquilizarla, aunque no sabía a ciencia cierta si realmente estaba preocupada por su opinión. —Solo que a veces tus respuestas parecen lo contrario. Suena como si odiaras a alguien.

—Creo que eres la primera que se lo dice Suki. —Comentó Suoh con diversión.

—Lo habían mencionado, pero no tan directamente como tu. —Reveló Lya tranquilamente, aún desenredando el hilo del lanzador; llevaba ya 40 minutos en eso. —Siempre dicen de todo, menos lo que quieren decir. Así es complicado de entender lo que quieren que haga. —Eso llamó la atención de Suoh, que se quedó analizando esa última parte.  

—¿Sabes que se puede reemplazar? —Preguntó Suki, haciéndole espacio a Suoh que hizo ademán de que le hiciera un lugar a su lado.

—Lo mencionaron tres veces antes. —Dijo Lya concentrada en su tarea.

—¿No quieres reemplazarlo? —Ella dejó lo que hacía para asentir. Suoh observó esa acción atento. —Por mientras puedes usar mi lanzador. —Ofreció el albino, a lo que ella negó. —¿Ya quieres dejarlo por hoy?

—Si. —Se limitó a decir, levantándose y haciéndo ademán de irse. 

—¿No quieres quedarte un rato? —Le preguntó Suki. Lya se detuvo y la miró atenta. —Quiero decir... —Comenzó a ponerse nerviosa por la mirada fija. —Si no tienes nada que hacer, digo...

—Prefiero ir a la biblioteca, es menos comprometedor socialmente hablando. —Respondió sin pensar.

—Pero, no tienes porqué preocuparte...Nosotros nos encargamos de la parte social. —Habló Suoh, haciendo que Lya inclinara la cabeza. 

—No estoy preocupada... —Reveló sin ningún cuidado. —Solo no quiero hacerlos sentir obligados a participar en una conversación que no tiene ningún tipo de interés o ganancia hacia ustedes. Es absurdo.

—Nos gusta tener con quién conversar... —Continuó Suoh, Suki asintió. —Además puede ayudarnos para saber a ciencia cierta cómo podemos ayudarte en tu nuevo proyecto.

—Que extraños... —Comentó mientras caminaba a algún lugar para sentarse. Al hacerlo, Suoh sonrió en dirección a Suki.

—Entonces... —Alargó Suki. —Además de Aiger ¿Con quiénes más sueles hablar?

—Con ustedes...Mi hermano... —Suki y Suoh compartieron una mirada fugaz, que comunicaba que tenían razón en lo que estaban teorizando. —Amigos de mi hermano...La bibliotecaria, maestros. No muchos en realidad.

—Eso veo...Tengo curiosidad ¿No te gusta hacer amigos? Espero que mi pregunta no suene desconsiderada. 

—¿A qué te refieres con desconsiderada?

—Que te parezca grosera la pregunta. —Aclaró Suoh al ver qué Suki no sabía cómo explicarse.

—... —Lya inclinó la cabeza muy ligeramente. —¿Y cómo es eso?

—Vamos, que sea una pregunta que no quieras responder porque te pone incómoda. —Explicó Suoh con paciencia.

—Ultimamente escucho mucho ese término. Nada me pone incómoda, solo pregunten y ya. Respondiendo a tu pregunta, no lo sé...Nunca he tenido amigos. 

—¿Nunca? Eres como yo entonces... —Dijo Suki.

—... —A lo que Lya la estudió de arriba a abajo. —No lo creo...Para empezar, tenemos tonos de cabello bastante contrarios, no veo el parecido. 

—Me refiero a que yo tampoco tuve amigos hasta ahora. —Explicó Suki con una sonrisa. —Entonces ¿Nunca tuviste amigos? ¿No te llama la atención juntarte con muchas personas?

—No...Es innecesariamente complicado interactuar con personas. —Dijo Lya sin expresión alguna (Como siempre). —Es más fácil leer un libro...Los libros no se molestan por cosas que haces. En su lugar, te explican como funcionan las cosas.. No me gusta hablar con gente...Es molesto.

—Entiendo...Si a veces es complejo...Especialmente porque no hay un estándar de comportamiento que aplique con todo el mundo. —Dijo Suoh, Suki alzó una ceja sin entender qué era lo que estaba pasando.

—Si lo hay...Otra cosa es que sea muy complicado. 

—Lo bueno es que Aiger no sigue ningún comportamiento.

—Eso lo hace más difícil... —Murmuró Lya, luego de un minuto de silencio. 

Suoh asintió sonriendo, Suki seguía sin entender lo que estaba ocurriendo. El albino miró a Suki, dándole un mensaje mudo, el cual entendió al instante.

—Bueno Lya... —Dijo la pelinegra. —A partir de ahora Suoh y yo somos tus amigos.

—¿Es necesario? —Preguntó Lya sonando más ruda de lo que (aparentemente) pretendía.

—Si. —Respondió la pareja al mismo tiempo.

—Bueno... —Dijo la Kurenai. —Está bien supongo...¿Qué se supone que tengo que hacer?