Capítulo 43

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La última vez que Aiger había asistido formalmente a su entrenamiento, había estado bastante normal. De echo, había dado la apariencia de que su participación volvería a la normalidad. Al grado que, los primeros días de sus faltas no habían ocasionado mayor atención que los comportamientos anteriores.

No fue hasta después de dos semanas que, nuevamente, las preguntas comenzaron a surgir.

Que si Aiger estaba enfermo, que si se había ido de viaje, que si había un nuevo entrenamiento individual o algo así.

Y sus amigos tampoco habían logrado contactarlo directamente, quiero decir...Para eso estaba su hermana, que ya estaba algo cansada de la actitud de su hermano y de sus amigos preocupados.

Y por supuesto encontró una solución.

—Aiger. —Llamó Suoh a la puerta, tocando suavemente. —Oye ¿Recuerdas que hiciste una prueba? Tengo los resultados, Suki los envió conmigo. —El nombrado abrió la puerta, con una cara que indicaba que no le había caído en gracia la mentirita.

Mentiroso, me llegaron a mi correo hace una semana. —El albino sonrió. —Pasa.

—¿Cómo te ha ido? —Preguntó luego de que el dueño del cuarto cerrará la puerta.

—No te hagas; Naru te ha convencido para venir acá y hablar conmigo. —Dijo el joven encaminándose a su escritorio para seguir escribiendo algo en un cuaderno. Parecía estar haciendo algún trabajo escolar.

—Entonces habla ¿Qué te pasa? —Fue directo.

—Y también Naru ya les explicó lo que pasa; si no, no habrías venido. —Suoh sonrió. —No es necesario hacer tanto revuelo Suoh.

—Solo estaba preocupada por ti. —Excusó el nombrado a Naru, a lo cual el hermano de la nombrada indirectamente soltó aire.

—Perdón. —Se disculpó el otro. —Estoy estresado, sé que no es justificación. Pero lo estoy.

—Nadie está enojado contigo Aiger, no tienes que disculparte de nada. —Le dijo el albino con tranquilidad, Aiger se removió incómodo y mejor se apresuró a ocuparse. 

—Entonces...Terminemos rápido. —Dijo el castaño sentándose en su escritorio. —Estoy algo atrasado.

—¿Cálculo? ¿Cómo vas? —Preguntó el albino. Aiger asintió tranquilamente. —Me alegro, has puesto mucha atención últimamente.

—Aja.

—Aiger... —Llamó Suoh a lo que el chico asintió. —Lya estará bien. No te preocupes demasiado.

—Es que...No puedo dejar de darle vueltas al asunto. Me parece muy...No sé. —Suoh ladeó un poco la cabeza estudiandolo. Era obvio que no le diría demasiado, así que no debía presionarlo.

Entendía, aunque no terminaba de comprender la insistencia en torturarse con eso (según su punto de vista, por supuesto). Así que en vez de decir algo que podría molestar o incomodar al otro blader, prefirió quedarse callado.

Se ponía en su lugar, por lo que tal vez necesitaba a alguien que lo escuchara y no sabía a quién acudir...Y si bien el no era tal vez tan cercano como lo era Ranjiro, posiblemente podría darle esa confianza (en palabras de Naru).

—En realidad... —Dijo Aiger después de un buen rato de silencio. —No me preocupa que no despierte; solo me siento mal por no sentirme preocupado por ella.

El método Aiger (Aiger Akabane)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora