Capítulo 17

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Aiger estaba sentado haciendo una tarea en lo que Lya estaba leyendo un libro sobre alguna materia que desconocía.

Esta vez, había sido decisión de Lya sentarse con Aiger; este último ni siquiera la miró pues estaba muy enojado con ella.

—¡Hola! —Saludó Fubuki, con una gran sonrisa. Suoh se sentó frente a Lya, unos segundos después.

—Hola.

—Hola.

—Siento tensión. —Dijo Suoh. —¿Pasó algo?

—Creo que Aiger está concentrado en lo que está haciendo. —Respondió la albina haciendo que Aiger sonriera denotando enojo.

—Lya... —Habló Aiger despues de horas sin dirigirle la palabra. —¿Me haces un favor? ¿Puedes ir a la cafetería y traerme algo que tenga solo el 5% de sodio y que tenga Magnesio al 15%? —Tanto Suoh como Fubuki se confundieron con las especificaciones. Lya, sin embargo, no parecía nada impresionada.

—Seguro. —Dijo la albina, dejando su libro. —¿Y si no encuentro algo con esas especificaciones?

—Un dumpling de carne. —Respondió Aiger a secas. La chica se levantó y comenzó a andar a la cafetería. Aiger aprovechó para sacar aire frustrado.

—¿Qué paso? —Le pregunto Suoh luego de que la albina saliera de su campo de visión. Aiger, en voz baja, se apresuró a responder.

—Esa chica... —Comenzó. —Está completamente loca ¡No se imaginan lo que me pasó ayer por andar con ella!

—¿Robaron mercurio? —Preguntó Fubuki, extrañado.

—¿Atropellaron a alguien? —Aportó Suoh con gracia.

—Acerquense... —Pidió Aiger, para luego mirar a ambos lados. Suoh y Fubuki hicieron aquello, esperando una explicacion. —Fui detenido por la policía. Y, para colmo, resulta que ella ya ha sido detenida varias veces ¡Tiene advertencia y todo!

—Ah...Si... —Minimizó Fubuki. —Shu me contó una vez que fue detenido también por un descuido de Lya.

—¿Y porqué no me dijiste eso? —Preguntó Aiger con una sonrisa llena de enojo.

—¿No quería arruinar la buena imagen que tenías de Lya? —Respondió Fubuki. —Además ¿Me habrías creído? Suoh no me creyó cuando le conté que tenía una motosierra para cortar no se que cosas.

—Y sigo sin creerlo. —Admitió el albino con tranquilidad.

—¡Parecía muy aburrida! —Soltó Aiger. —¡No creí que fuera un peligro latente para la sociedad!

—Ahora entiendes porque no me acerco tanto a ella. —Comentó Fubuki.

—Imaginen que la prensa se entere de esto ¡Estaré arruinado! ¿Por que demonios no puede concordar su imagen de chica seria con lo que realmente es? ¡No tiene ningún sentido!

—Bueno... —Interrumpió Suoh, confundido. —Bienvenido a la realidad, supongo.

—¡Tiene amigos raros! ¡Que consiguen cosas raras! Ay no, es un horror. En estos momentos te envidio. Suoh. Seguramente tú no tuviste problemas conociendo a Suki. —El albino sonrió mientras negaba con la cabeza.

—No...Para nada.

—¡Las mujeres están locas! Definitivamente.

—Bueno... —Murmuró Genji para si mismo. —Si consideramos que tiene a Rantaro como su amor platónico. Pero todo bien, estoy bien con eso.

—¿Okey? —Aiger se vio ligeramente interesado. —¿Rantaro, el hermano de Ranjiro? —Preguntó incrédulo.

—No importa. —Interrumpió Fubuki está vez. —El punto aquí es que Lya es rara, y ya lo sabíamos. ¿Entonces tú experimento...?

—¡Que se vaya al demonio! —Exclamó Aiger, cerrando su libro con fuerza. —¡No tiene amigos porque los demás son lo suficientemente racionales para mantenerse alejados de ella! Esa es mi conclusión. —Un silencio incómodo se formó entre los tres, para luego ser quebrado por Suoh.

—¿Te das cuenta que te acabas de insultar...?

—¡Soy completamente irracional y estúpido! —Explotó sin dejar que terminara de hablar. —Okey...Me calmo. —Ambos chicos asintieron y se quedaron callados, para que se relajara un poco. —No es tan malo, simplemente...Debo encontrar el punto medio. En el que ni ella haga sus cosas raras, ni salir yo perjudicado. Y así escribir una conclusión menos apresurada. ¡Todo estará bien!

—Si... —Dijo Fubuki, para luego acercarse a Suoh y preguntarle muy bajito. —¿De que era el experimento?

—Ni idea... —Respondió su amigo de vuelta. —Tu puedes Aiger.

—Yo puedo. —Afirmó guardando descuidadamente sus cosas. —¡Yo puedo! —Le escucharon decir mientras se dirigía al interior de la escuela.

—¿Puede que? —Preguntó Suoh luego de unos segundos de silencio.

—Ni idea... —Fubuki sonrió con burla. —¿Entonces? ¿Suki y Rantaro?

—Cállate.

Mientras tanto, Aiger se dirigía a la cafetería para encontrar a Lya Kurenai. Con la cual se topó en uno de los pasillos que daban en dirección a la cafetería.

—Aiger... —Le llamo cuando lo tuvo parado frente a ella. —No había nada de tus preferencias nutrimentales y tampoco había dumplings de carne. Así que traje un pan y un burrito de carne. —Aiger sonrió sin poder evitarlo.

—Ahora me siento mal por haberte ignorado toda la mañana, lo siento por haberme enojado de esa forma. —Recogió las cosas para luego extender el meñique (Ya saben, promesa de meñique). —Te prometo que no lo vuelvo a hacer. —Lya envolvió su meñique sin entender bien que era lo que estaba haciendo.

Había aprendido a seguirle la corriente.

—¿Estabas enojado? —Preguntó la chica con su tono de siempre.

—... —Aiger sonrió forzadamente. —Olvídalo.

El método Aiger (Aiger Akabane)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora