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Alexia se encontraba saboreando sus dedos con el líquido rojizo manchando sus labios, ya varios días se dedicó en masacrar a cualquiera que se encontrará a la lejanía del bosque.

Las últimas semanas fueron casi inevitables que comiera al menos una persona, aunque Sara la mantuviera aislada, de alguna u otra forma la pelirroja lograba escapar y alimentarse. Fastiada por la falta de voluntad que estaba poniendo Alex, dejó de ayudarla, dejó que la chica saliera a comer cada vez que tenga hambre. Que era lo que sucedía cada noche.

Sara se encontraba lejos mirando con las cejas fruncidas como la cabellera pelirroja se sacudía saboreando sus sobras.

- ¿Terminaste tu cena? - Interrogó la morena con su voz chillona.

- Odio que me mires comer Sari~ - Canturreo la mayor. - Si tanto te gusta mirarme comer, ven y cena conmigo la próxima - Sus ojos iluminados la miraron como si se tratara de una presa más.

- No me mires así...- La voz chillona cambió a un tono sombrío, su cuerpo tembló ligeramente.

El cuerpo de Alex empezó a transformarse a medida que daba pasos lentos hacia su compañera, soltando pequeños bufidos, mostrando sus colmillos y dando una sonrisa torcida. La chica rizada trató de mantenerse calmada pero su respiración se volvió pesada y sus latidos se aceleraron.
A menos de unos centímetros la criatura le gruñia en la cara, saboreando cada facción de horror que aparecía en la cara de su amiga.

- Ya cálmate Tomey - Suplicó con la voz entre cortada.

Los oídos de la bestia temblaron y sus pupilas se contrajeron al ver a Sara. En unos instantes la pelirroja cayó hacia el suelo de pie mirándola con la boca semi abierta. Tratando de encontrar las palabras para disculparse o al menos dar una excusa sobre lo que hizo, pero no pudo encontrar las palabras adecuadas así que cerró la boca dejando sus colmillos sobre sus labios ya que no cabían en su boca.

La morena abrazó con fuerza el torso de la pelirroja y movió su cabeza contra su pecho para estar lo más cerca de ella posible, aspirando su aroma y cerrando sus ojos tratando de calmarse.
Alex solo colocó sus manos al rededor de la cintura de Sara, acercandola un poco más si era posible.

Los ojos de ambas brillaban con intensidad en medio del bosque, una con la mirada fija en el suelo embarrado y la otra mirando de reojo la mandíbula de la chica que abrazaba.
Sara finalmente la termino soltando y moviendo sus ojos para hacer contacto visual con Alex.

- Si vas a invitarme a comer, no me asustes así, pensé que ibas a devorarme - Hablo con tono burlón dándole toques en la cara a la pelirroja.

- Claro claro, lo lamentó solo fue el hambre del momento cariño - Comentó mientras agarraba las manos de la chica rizada aunque en un instante la miró con las cejas alzadas.

- ¿Cariño? - Sara puso una sonrisa chueca.

- E-es solo una forma cariñosa de referirme a ti, me caes bien después de todo - Se excusó torpemente mientras giraba los ojos.

Sara largó una pequeña risa sarcástica mientras tomaba el cuello de la chaqueta de Alex, haciendo que su cara baje a su altura y sus ojos se encuentren una vez más en la oscuridad.

- Dime cariño una vez más...y juro que voy a comer esa boquita tuya - Susurro con un tono amenazador que hizo darle un escalofrío a Alex.

Alexia mantuvo su mirada fija en sus ojos aunque sin poder evitarlos miro sus labios por breves segundos para luego levantar la mirada a sus ojos una vez más, no dijo nada y simplemente asintió. No iba a negarlo, quería ese beso, lo anhelaba. Pero tampoco iba a aceptar que quería que ella y Sara fuesen más que simples amigas que se ayudan a sobrevivir.

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