CAPITULO I

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Nero.

Al principio fue fácil.

Lo había superado en ese año y ahora, volvió a tomarme otro más para ser una nueva persona, pero entonces apareció y Kyrie me hizo a un lado para evitar que el vidrio me cayera encima.

No pude reaccionar porque él estaba ahí... ahí frente a mí y entonces me miró... Algo se quebró en mí, de repente volví a sentir el mismo dolor, ese dolor terrible en mi pecho que no me dejaba respirar.

Ahora sentía que mi mundo se venía abajo, sentí como se aceleraba mi corazón, me dolía respirar y suprimía las posibles lágrimas de sorpresa y anhelo desde que no volví a verle.

No sabía que sucedía.

Se sentía otra vez como si nunca hubiese dejado de mirarlo, como si nunca me hubiera dejado ir.

¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente?

Cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante.

Yo sí.

Porque ahora, otra vez le bastó con mirarme para volver a sentirme indefenso.

Mi primer pensamiento estuvo cargado de resentimiento, alivio y emoción, sí tengo que admitirlo, sin embargo, el segundo pensamiento se consumió en rabia y enojo.

Créeme, Dante, trato de olvidarte. Enserio lo intento. Pero hay lugares, esas canciones que oí contigo y tantos momentos que siempre me hacen volver a recordarte.

Esa mañana todo marchaba bien. Se había iniciado la ceremonia en honor a Sparda como estuvo planificado.

Todo iba bien.

En esta ocasión evite llegar tarde y luego de acompañar a Kyrie para su presentación, busque un lugar donde no estuviera vigilado por Credo. lastimosamente, tuve que cruzar por un lado suyo y me detuvo con la mirada. Era probable que quisiera que ayude a algunos ancianos a tomar asiento adecuadamente y terminé haciendo sus mandados de mala gana.

—Nero, estas en la luna —Credo me recrimina al notar mi distracción.

—Oh por Sparda, que alguien llame a la NASA.

Credo continua con su mirada infanticida y entonces, estoy seguro que va a renegar por la broma.

—Nero, ya compórtate.

—Bien.

¿Por qué presiento que un día tendré que contar esto a un psiquiatra?

Escucha mi voz llamándote,
Arrastrándote fuera de la oscuridad.
Escucha el llanto del demonio pecador,
Siempre dale tu espalda a él.
Con el viento te vas
Aun así, sueño con tu espíritu llevándote de regreso a casa.
Te daré mis dones,
Haga crecer su jardín, mírelo florecer.
La luz en tus ojos es un ángel en lo alto
Luchando para aliviar el lado oscuro.
Los corazones crecerán, aunque tengan que agacharse,

Dejando atrás todas las cosas al final.
Escucha mi voz llamándote,
Arrastrándote fuera de la oscuridad.

Escucha el llanto del demonio pecador,
Siempre dale tu espalda a él, a él, a él.

—Y aquí va el sermón—. Susurro observando a Kyrie dar las gracias con una ovación para darle pase a Sanctus.

DÉJAME APAGAR TU FUEGO | DANERO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora