Dante.
El movimiento de mis dedos sobre mis rodillas está matándome. Estoy tolerando demasiado.
¿Cómo es que Nero se tarda tanto?
¿Dónde está?
—Aun no has pagado el alquiler, Dante —Trish me llama.
Suspiro.
No hay ni un día que deje de pensar en las deudas.
—No planearas llevar las visitas al local de esa forma.
—No eres mi mama, Trish.
Rueda los ojos.
—Si Nero va a quedarse contigo, espero que al menos te dignes a limpiar. Te recuerdo que Patty ya no estará en la ciudad.
Un alivio menos, se me había olvidado.
—Dante, ¿estas escuchando lo que te digo?
—Sí, sí.
—Pues parece que no.
—¿Cómo es que Nero se tarda tanto? —reniego.
—Iré a buscarlo, hasta entonces —me codea— ¿podrías ayudar a Kyrie un momento?
Mi cara debe ser un chiste.
—Oye, Trish —susurro, pero ella alza la mano y me hace una mueca de mal gusto con la cara. —Mejor, olvídalo.
Camina dejándome solo mirando el refrigerador mientras planeo como demonios voy a hablar con esa muchachita.
Si tuviera que apostar algo en contra de este momento, con gusto lo haría. Posiblemente pierda, pero sería mucho mejor que tener que hablar con esta mojigata.
La miro por el rabillo de los ojos, está ordenando un buen bote de nueces. Se me hace de lo más normal.
—A Nero le agrada mucho las cremas blancas —comenta notando mi presencia.
No respondo, sin embargo, mi mirada ya lo dijo todo y ella prosigue.
—También adora los panqueques con fresa. Que sean suaves y con capuchino.
Buen dato. A ver si me lo apunto.
—¿Cómo me dijiste que te llamabas? —pregunto con un toque sarcástico. Creo que para ella es una ofensa.
—Me llamo Kyrie.
—Ajam.
Esto ya es tenso de nuevo.
—Se te va bien eso de cantar ¿eh?
—Sí, eso parece.
Ya está, ya la incomodé.
Bien hecho, Dante. Si Nero supiera que eres un idiota solo por molestar tendrías un premio. Aun así, atrás gata rompe hogares, incluyéndome.
—¿Por qué lo haces?
Ella me mira.
Soy una porquería. Apenas y conseguí tolerar plenamente a Patty pero con Kyrie es nuevo. No sé si sentirme bien o mal por lo que pueda conseguir, es decir, puede conseguir algo incluso de mi sin que me dé cuenta. Es que le reboza la bondad por los poros. Con eso ya me gano en mucho.
—Cuando ya no tienes nada, a veces lo único que te quedan son esos recuerdos. Y la mayoría de los míos son con mi madre cantando. Sé que no le agrado, señor Dante. Quizás piensa que soy una niña tonta.
—No, no es eso.
—¿Entonces?
Ese es el tema.
Ahora ya no sé por qué.
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DÉJAME APAGAR TU FUEGO | DANERO 2
FanfictionLibro 2 • Boys Love | Ese fuego tuyo que me hizo quererte, lo convertiré en cenizas. Continuación de la historia "DÉJAME TOCAR TU FUEGO". Sigue la historia de Nero, un joven que ahora es capaz de cumplir su rol como miembro de la Orden y Dante, quie...