CAPITULO XV

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Nero.

Me dediqué a mirar mi reflejo en el cubierto que sostengo. No me atrevo a levantar la mirada hacia Kyrie, al menos, Lady se ha callado o eso es lo que pensé hasta que abrió la boca mientras borraba la sonrisa ladina que tenía antes.

—Y dime, jovencita. Kyrie ¿verdad? —la nombrada asiente lentamente con nerviosísimo— ¿Te gusta Nero?

Trato de evitar toser por su pregunta y la fulmino con la mirada.

—¿Qu-é?

—¡Lady! —bramo— No hagas esas pregunt—

—¡Oh, vamos! —me interrumpe— Se sonroja cuando te mira y peor tú, aun tienes ese tic en la nariz —dirige la mirada hacia Kyrie y la noto tan sorpendida que no sabe cómo colocar sus manos sobre su regazo.

—Y-yo...

—¿Desde cuándo estás enamorada de él?

—Lady, basta.

—Vamos, Kyrie, solo di que te gusta.

— Y-yo —se levanta azotando la mesa— ¡Eso no es verdad!

Dicho esto, se va corriendo lejos del comedor. La sonrisa de suficiencia de Lady me molesta y trato de seguir a Kyrie, en cuanto cruzo el umbral de la puerta hacia las escaleras tropiezo con Trish.

—Cuidado, que yo no soy la que recoge damiselas del suelo —bromea.

—Permiso, Trish —la rodeo por cuidado— Kyrie—

—Ah, sí, la vi corriendo hacia arriba —señala la dirección de las habitaciones— ¿qué le paso?

—Lady fue lo que paso.

—Oh, Nero, no le hagas caso. Cuando se embriaga olvida todo hasta su nombre.

Estoy por responder cuando noto a Credo descendiendo por las escaleras. Me incomoda su mirada juzgándome y decido regresar al comedor. Debe creer que estuve husmeado su conversación.

Esto va mal.

—Volvamos.

Asiento lentamente, Lady zarandea la copa de vino entre sus manos y por un momento pienso que va a soltarlo, pero solo está bromeando. Dante aparece lentamente y en cuanto le mantengo la mirada, él la retira desconcertándome.

¿Qué fue lo que pasó?

No evito preguntarme lo mismo a cada segundo desde que toma asiento y pretende terminar de comer.

—La cena estuvo de lo mejor, Credo —comenta Trish acomodándose el cabello y dirigiéndole la mejor de sus sonrisas.

—Deberías darle el cumplido a mi hermana —me dirige la mirada al instante— ¿A dónde fue?

—Dijo que iría a descansar —Lady se apresura a responder—. Tienen muy buen gusto con la decoración de la casa y todo lo demás.

—El diseño de interiores fue hecho por mi madre.

—No debí preguntar —Lady se ha parado de repente—. ¿Dónde está el baño?

—Trish, mejor ve con ella —dice Dante y se le acerca para susurrar. Lo hace lo suficiente para escucharlo desde mi lugar— Creo que va a vomitar.

—Dos puertas a la derecha —me apresuro a decir— Yo te acompaño.

La mirada desencajada de Dante me sigue y reparo en mi postura. Estoy actuando raro sin darme cuenta.

Una vez que abro la puerta, Lady se gira sorpresivamente en su mismo lugar.

—Hay algo que te quiero decir —me señala. Sí que esta ebria y apenas puede apoyarse contra la pared— Enserio, tengo que decírtelo.

DÉJAME APAGAR TU FUEGO | DANERO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora