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Después de aquella gran charla llegaron al lugar. En una pequeña montaña había un edificio abandonado en muy malas condiciones. El coche blindado aparcó en una zona de bastante vegetación que estaba a unos metros de la edificación.

—¿Eres italiano? –preguntó Valentín, el chico que estaba justo al lado de Carlo mientras bajaba del coche

—Puro italiano. –le sonrió– Se nota, ¿eh? Orgullo italiano.

Bajó suavemente del coche mientras miraba el edificio de arriba a abajo.

—Si, por tu acento más que nada –se rió el otro quedándose plantado a su lado

—Bueno, jefa, ¿qué le parece el sitio?

—¿De verdad lo has dejado ahí dentro?

—Bueno, usted me dijo que fuera un sitio alejado y no sospechoso...

Carlo se quedó mirándolos por un rato.

—Quizás pido mucho pero... ¿Tenéis alguna sierra o algo? –sacó una navaja– Solo tengo esto, y para que sea completamente irreconocible debo hacerlo en cachos y enterrarlo en diferentes zonas –informó mientras hacía un plan en su cabeza

—Bueno –dijo la mujer bajando la ventanilla del coche– Te quedas con Valentín. Tengo cosas que hacer. Luego me avisas y vendrán a por vosotros –dijo esta volviendo a subir la ventanilla

—Tranquilo Carlo, tengo, ESTO –le enseñó un cuchillo con una hoja muy afilada y una empuñadura elegante– Siempre lo suelo llevar encima, no se sabe. ¡Y está bien jefa! –se despidió con su mano

—Hasta la próxima Jefa. –se despidió Carlo. Después miró a Valentín con curiosidad– Pareces muy amable para trabajar aquí. –musitó caminando junto a él– Puedo preguntar... ¿Por qué estás en esta circunstancia? Aunque muy guapo el cuchillo, a mi me encantan esas cosas.

—Bueno, es una laaaarga historia –caminó junto a él metiendo sus manos en sus bolsillos– Pero tenemos toda la tarde para nosotros.

Suspiró guardando el cuchillo, no sin antes esconder la hoja de este

—No tengo razones para no ser amable con mi familia al fin y al cabo –elevó sus hombros– La gente que es tan miserable hasta para tratar mal y de forma insensible a los de su propio equipo me dan mucho asco, les rajaría el cuello uno a uno... –susurró entrecerrando sus ojos apretando sus labios

—¿Si, verdad? –respondió completamente de acuerdo con lo último que dijo– Por eso mismo mi hermano y yo matamos a nuestro padre. –se cruzó de brazos– Para mi, la familia o el equipo vale más que el dinero o toda la droga o armas que pudieras conseguir. –asintió varias veces.

—¿Tienes un hermano? ¿También se dedica a esto? –giró su mirada hacia él sorprendido

Carlo se dio cuenta que no había puesto filtro en sus palabras y no había ocultado que era su hermano aunque... Realmente podía decirles que es su hermano, al menos la señora parecía confiable pero... La verdad es que quería mantener a Toni alejado, no quería que él saliera perjudicado con nada

—Entre nosotros... –le dijo mirándolo seriamente. Él parecía entender lo que era la lealtad. Quizás estaba bien ser sincero con el chico– El amigo que dije antes es mi hermano. Mentí porque no os conocía de nada y si al menos la cago, que me peguen un tiro a mi. –susurró.

—Oh... Te entiendo –asintió– Yo traté de hacer eso pero me obligaron a matarlos igualmente. Pero bueno, llevo años aquí y lo acabo superando. Ahora ellos son mi familia y son lo único que me importa.

Nadie se mete con los Gambino [MarbellaVice] (Pausada Un Tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora