Nadie se mete con los Gambino [MarbellaVice] (Pausada Un Tiempo)

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Capítulo cortito pero mi amiga tuvo problemas con su móvil y no podemos continuar la historia hasta X tiempo, siento la actualización tan tardía ):🤍
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Valentín asintió y le dio unas llaves a Carlo.

—Este es un piso que hay por el norte.

—Está bien. –asintió agarrandolas y mirándolas– ¿Nos puedes pedir un taxi?

—Os llevo yo, no os preocupéis. A estas horas de la noche dudo mucho que hayan taxis, son más de las cinco de la mañana. –comentó el chico empezando a caminar hacia abajo de la colina, donde se encontraba el coche

Toni miró a su hermano y le mostró una sonrisa juguetona

—Caaarlooo~ Cogeme, venga

—Siempre igual. –rodó los ojos empezando a cargarlo y bajando por la colina– Eres demasiado cómodo

—Que no puedo andar, qué quieres, ¿que me de un tirón bajando y me caiga por la la colina abajo? –se acomodó en su espalda

—No sé cómo lo haces pero siempre tengo que ser tu mula. –bajó hasta donde estaba el otro.

—Para algo eres mi hermano,  ¿o no? –se sujetó a su cuello rodeándolo con ambos brazos

Carlo rodó los ojos llegando al coche para dejarlo en el suelo.

—Lo que sea... Me da igual.

—Oye, venga, no seas así. ¿Y si es la última vez que nos vemos? ¿Y si mañana te matan? ¿O me matan a mi? –abrió la puerta trasera del coche de Valentín para entrar y hacerle un hueco

—No vas a conseguir que me dé pena no llevarte a caballito, Toni. –se metió dentro y pasó al fondo.

—Ah... ¿Entonces te da igual? –le hizo un puchero apoyándose en su hombro

—Podrás caminar en unos días. –rodó los ojos– Eres un llorón

—No, no me refería a eso. –suspiró dándole la espalda para mirar por la ventanilla– Pero da igual, dejalo

—No me da igual que te hagan daño, Toni. Por supuesto que me preocupas. No seas tan inseguro.

—Pero hasta en los momentos más críticos eres tan distante. ¿Si me muero mañana me llorarías? O tampoco –dijo con cierta frialdad en sus preguntas sin dirigirle la mirada

—Por supuesto que lo pasaría mal. –rodó los ojos– Ya sabes cómo soy, Toni. Entonces también deberías saber mi respuesta.

—Pero –iba a volver a reprocharle hasta que se tragó sus palabras– Dejalo mejor...

Se quedaron callados la mayoría del camino. La situación era muy tensa, todo lo que había pasado les hacía a ambos tener los nervios a flor de piel. Carlo se bajó en cuanto el coche aparcó y se acercó con lentitud hasta la ventanilla de Toni para abrir la puerta.

—Aquí es... –era un sitio lúgubre, viejo, gastado y con polvo... Al menos pasarían desapercibido. Agarró a Toni y miró a Valentín

—Oye... Gracias. –asintió Carlo mirándolo fijamente– Estaba a punto de mandarte a la mierda, sinceramente. Pensé que eras un hijo puta, pero al parecer eres un hijo puta bueno. Adiós. –sin más, se fue hacia el motel

—Lleven cuidado... ¡Mañana contactaré con ustedes! –gritó Valentín a la distancia mientras observaba como los otros dos chicos se marchaban hasta el motel.