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Pasaron un par de horas en las cuales Carlo estuvo atendiendo a gente hasta que empezó a aburrirse a niveles extremos.

—Esto es una mierda. –musitó

Toni subió hasta la zona de arriba apoyándose en la pared. Se sentía mejor pero todavía estaba algo aturdido..Se apoyó en una de las paredes de la zona de la tienda mirando al otro sin decir nada aparentemente

—¿Vamos a casa...?

Carlo le miró cansado y asintió. Cerró la caja y se acercó para ir con él.

—Hay que contratar a alguien que esté en caja, es una mierda ese trabajo.

—Lo sé –asintió saliendo de la tienda montándose en el lado del copiloto– Oye... ¿Me devuelves mi cartera y el taser?

Carlo se lo lanzó con suavidad para que lo atrapase. Luego caminó lentamente hasta el conductor y encendió el coche para empezar a conducir.

—¿Pedimos comida?

—Bueno, pide lo que quieras –se recostó en el asiento guardando ambas cosas en sus bolsillos– Y... Perdón por lo de antes, admito que quizás me pasé un poco –masajeó su nuca

—Somos hermanos, es nuestro deber pasarnos de la ralla con el otro, ¿no? –alzó una ceja– Yo quizás me puse demasiado nervioso. Perdón por eso.

Aunque, realmente Carlo se sentía algo orgulloso. No por lo que pasó, si no que esta vez él estaba completamente al límite, y probablemente hacía unos años le habría hecho daño con la navaja o le habría dado un puñetazo en la cara. Pero esta vez fue un cabezazo, o sea, comparándolo era bastante tonto. Pero... Estaba mejorando aunque sólo fuera un poco.

—Bueno, ¿pero me prometes que te vas a controlar? No quiero que te arruines la vida y menos que nos la arruines a ambos. Estamos aquí por mamá, recuerdalo

Carlo se quedó callado durante unos segundos.

—¿Lo tengo que prometer? –murmuró mirando al frente circulando por la carretera

—Sí, tienes que prometerlo... Por la mamma –lo miró directamente

Carlo se quedó en silencio mientras seguía conduciendo.

—¿Lo prometes? Haz el esfuerzo...

—No es por no intentarlo, ¿sabes? Pero... Me conozco. Me conoces... Y no quiero romper una promesa contigo.

—Lo sé, sé que no te puedes controlar, pero al menos... Intentalo.

Carlo suspiró mientras aparcaba delante de casa.

—Está bien, está bien. Prometo intentar hacerlo al menos. –murmuró.

—Me alegro –soltó una pequeña sonrisa

—Pero no lo prometo por Madre. Lo prometo por ti. –le contestó sin mirarle por la vergüenza– Ahora que me doy cuenta... Siempre la llamo "madre". –se rió suavemente.

—Si... –sonrió nuevamente masajeando su cuello– Gracias

Carlo sonrió de vuelta, sin mirarlo con algo de vergüenza mientras se bajaba del coche.

—Creo que me voy a ir a dormir. Como estabas durmiendo toda la tarde supongo que querrás hacer otras cosas... –comentó.

—Bueno, estoy bastante cansado... La verdad, así que supongo que tambien iré a descansar.

—Está bien. –entró a casa esperando al otro para cerrar la puerta– ¿Cuál es el plan de mañana? ¿Vamos a vender pirulas?

—Lo de mañana... Mañana se verá. Hay que conseguir algun contacto o alguien que nos pueda conseguir más pirulas –entró yendo detrás de él arrastrando sus pies

Nadie se mete con los Gambino [MarbellaVice] (Pausada Un Tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora