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Después de eso, ambos estuvieron por varias horas por la ciudad. Hablaron con algunas personas, y conocieron a la gente a parte de las tiendas. Comieron en un restaurante caro, y después Carlo le enseño como era el casino y cómo se jugaba. Puso el video de YouTube y ganó 100k más de lo que apostó.

Se estaban divirtiendo tanto que prácticamente se habían olvidado de lo demás. Fueron incluso a un evento de yoga nocturno donde Carlo empezó a robar todas las carteras posibles y ambos salieron corriendo.

—Fue un buen día. –dijo el castaño en el coche mientras conducía con el otro al lado– ¿Quieres pedir cena a domicilio?

—Estoy reventado cabrón –se dejó caer en el asiento– Sí, pide algo, solo tengo ganas de tumbarme en el sofá y comer hasta engordar ocho kilos.

Carlo aparcó el coche y salieron de él, cerrándolo. Entraron a casa y ambos se tiraron al sofá como dos bolsas de patatas. Carlo llamó y pidió una pizza para ambos.

—Dios estoy completamente muerto...

—Entonces... No te vas a ir a tus planes esos, claro –Toni lo miró arqueando una ceja

Carlo tardó unos segundos en contestar.

—Bueno, si estoy tan cansado, no lo sé. –evitó dar una respuesta clara– ¿Aún piensas en eso?

—Para no pensar en eso, sabes que odio que me ocultes cosas. ¿Por qué no puedes decírmelo? O peor, ¿por qué no puedo ir?

—Toni... –miró hacia abajo– Odio que nos ocultemos esto, pero si no te lo digo es porque me han obligado a no decírtelo. –masajeó su cuello desviando la mirada– Un tipo... Me vio en el casino y me está pidiendo favores a cambio de dinero. –le miró directamente– Podría beneficiarnos a nuestra futura mafia.

—¿Qué tipo de favores?

—Nah, cosas sin importancia. Limpiar, mover cajas... Tirar la basura... –llevó sus ojos a un lado– Pero todo está controlado, ¿bien?

—¿Estás seguro? ¿Y tienes que hacerlo tu solo?

—Hay un chavalín llamado Valentín que me ayuda, es bastante buena gente, te caería bien. –sonrió suavemente– Creo que algún día me dejarán hablar de eso contigo, pero de momento no. Aunque quiera decirte algo, no puedo hacerlo...

—Pues entonces me voy a buscar yo otra cosa, total, si vas a ir tu solo y me voy a quedar yo aquí –se cruzó de brazos

—No, no. No hace falta. La verdad es que no quiero prestar mucha atención a esos. No quiero estar ahí, prácticamente me obli... Bueno, no importa. –apartó la conversación a un lado– con el dinero que pueda conseguir podremos comprar más pirulas y podremos ser más poderosos. Es una inversión. No quiero seguir mucho tiempo, no tardarán las cosas en continuar como siempre

—Hombre, pues para esos ratos donde tu te vas algo tendré que hacer yo –suspiró

—Bueno... Si. Supongo. –masajeó su cuello– Pero no quiero que te metas en cosas demasiado turbias... Ya sabes lo que te pasó hace poco con la otra mafia de las pirulas.

—Yo no me metí en eso, fue pura casualidad que yo me encontrara con ellos. No tenía ni idea de que ellos pertenecían a algo como eso

—Si, lo sé. Pero si ellos están en esta ciudad probablemente haya otras personas que puedan ir a por ti.

—¿Y a por ti no porque eres especial o qué? Carlo, no eres invencible

—Si pero yo no quiero que te pase nada. Tengo algo más de resistencia que tú, podría aguantar a gente chunga. Pero por culpa de las pastillas y tal estos días estás algo más débil y cansado. Coño que no quiero que te metas en movidas, cualquier cosa te pueden hacer.

Nadie se mete con los Gambino [MarbellaVice] (Pausada Un Tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora