—¡Maldita sea! –jadeó dándose la vuelta– Te quiero un jodido huevo, pero siempre has sido mejor que yo en todos los putos sentidos... –gruñó– Siempre... –suspiró para calmarse– Siempre hemos estado juntos, decíamos las mismas cosas, y éramos igual de útiles. Pero siempre te elegían a tí el primero. Da igual cuanto me esforzase, da igual lo que hiciera. Tú eras el jodido primero en todo... Pero solo había una cosa que yo tenía mejor... Y era mi suerte, para robar dinero y para echar al casino. ¿Qué mierda me queda ahora? ¡Toni te lo has quedado todo! ¡Desde que te enseñé el ritual! No ves que no soy NADA sin esto. Soy solo tú estúpida sombra. Y no es culpa tuya, pero estoy harto... Estoy harto... –jadeo mientras su pecho subía y bajaba, sus palabras cada vez se volvían más débiles a causa de la falta de aire.
—Carlo... –lo miró con tristeza– No digas eso coño. No eres mi sombra, aquí somos los dos iguales. Recibimos las mismas cosas. Hoy por ejemplo fijate, yo no había ganado nada, y aunque hayas perdido, al menos ganaste una vez –se acercó a él colocándole ambas manos en sus hombros
—Una maldita vez... Sólo una. –apretó sus labios mirando a la mesa tumbada en el suelo. Agarró su pecho con dolor por el repentino ataque de ansiedad que le había dado.
—¿Y qué? –lo llevó a sus brazos abrazándolo con fuerza– ¿Y todas las otras veces que ganaste qué?
—... No sirven de nada. No soy nada sin dinero. –susurró dejándose abrazar, sin corresponder por el cansancio.
—Eres muy grande sin dinero. No lo necesitas.
—A ver, ¿en qué soy grande que me distinga de ti? –susurró
—Pero... ¿Quieres ser mejor que yo? No tienes por qué serlo, ni siquiera lo soy yo. Tú eres más... Atractivo.
Carlo soltó una risa cansada
—Que estupidez... –respondió a lo último
—Para mi no lo es
—Para mi lo es. –susurró
—¿Por qué?
—¿De qué me sirve ser un bombón? A ver, que lo soy. Pero no me vale de nada. Para tener sugar daddy o qué?¿
—Posiblemente
—Idiota...
—Pero, que tú destacas a tu manera. Tienes un mejor cuerpo, y estás en mejor forma que yo. Además eres más hábil con las armas y al disparar, y lo de robar ni te cuento...
—¿Entonces por qué siempre te daban más porcentaje en las misiones que hacíamos en Italia?
—Quizás porque era el que más confiado se veía, no sé. Tú desconfias de todo el mundo y eso pues... Afecta.
—Pero no es un trabajo para confiar. –susurró– Son cosas ilegales, se supone que está bien que desconfíe.
—Pues a las mafias no parece, se supone que hay que confiar en ellas, por algo te pagan.
—Es... Posible. –susurró
—Por eso mismo. Desconfias demasiado –suspiró– Pero bueno, el caso es que tienes que controlarte, casi te da algo...
—Me... Duele el pecho.
—Normal, vámonos mejor, demasiado espectáculo... ¿Quieres hacer algo en especial?
—.... –Carlo desvío la mirada– ¿Me compras un helado?
—Pues... Dejame que saque algo de pasta, estoy pelado.
Carlo asintió suavemente mientras lo ayudaba a moverse.
—¿Te cargo o vas cojeando?
—Yo puedo, tampoco voy a depender de ti siempre –respondió orgulloso mientras salía hacia la zona del cajero para sacar dinero– Y... Vamos a la tienda de ropa de paso, no voy a ir con la puta bata de hospital.
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Nadie se mete con los Gambino [MarbellaVice] (Pausada Un Tiempo)
Hayran Kurgu❝ 𝐴 𝑙𝑎 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝑛𝑜 𝑠𝑒 𝑙𝑒 𝑡𝑜𝑐𝑎 ❞ ⚠ Incluye contenido sobre dr0gas ⚠ « ¿Cómo fue la vida de los hermanos Gambino antes de llegar a Marbella? ¿Cómo se las apañaron para no acabar en la cárcel con sus crímenes? No todos los criminales...