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Ola de nuevo 👀
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—Ay, Toni. Cada día estás más blando, te pincho y dale azúcar. Mira mira. –señaló la sangre de su pie– Ayyy, son golosinas, mira el azúcar.

Toni frunció el ceño y le dio un codazo al otro con fuerza.

—Cállate. Al menos no sabré a perro podrido como tú, hueles a moho.

—Al menos no huelo a princesa o hada del bosque. –le respondió con otro codazo

—Ay, Carlo callate por dios. Me pinchas y sale azúcar, ya, y qué pasa. ¿Cuál es el problema? –hizo una mueca desviando la mirada hacia una pared

—Te estás ablandando. –murmuró– ¿Así cómo vamos a tener un imperio?

—No me estoy ablandando en ningún momento. ¿Por qué piensas eso? No es culpa mia que sea irresistible y atraiga a todos los sedientos de probar un buen pecho italiano –rodó los ojos

—No atraes ni a los mosquitos. –se rió suavemente.

—Sinceramente prefiero no atraerlos... ¿Quieres que sea duro? ¿Duro de verdad?

—Seh, hazte el duro. Sé duro.

—Bien, seré duro –dio un golpe en la mesa levantándose de la silla– Los voy a reventar.

—Pero no, ahora no que no tenemos armas –caminó detrás de él.

—¿Cómo que no? Yo tengo un taser –lo sacó de su bolsillo de atrás– Me has dicho que sea duro.

Carlo miró su taser y sonrió.

—Bien entonces... –sacó la navaja de su bolsillo– Seamos duros.

Toni sonrió de vuelta con ilusión y dio un pequeño salto de emoción.

—¿¡Nos los cargamos!?

—Vamos a cargarnos a estos hijos de puta. –le sonrió mientras empezaba a golpear la puerta para tumbarla.

—Como te quiero a veces –le dio un abrazo rápido agarrando uno de sus brazos y se colocó al lado de la puerta para tratar de forzar la cerradura.

—Somos el mejor dúo, ¿no Toni? –le sonrió mirando como forzaba la cerradura.

—Por supuesto que si. Y está claro que yo soy el mejor de los dos –se rió dándole algunos golpes a la cerradura– su puta madre... Abrete coño.

—Quizás con esto te apañas mejor. –le extendió su navaja– Si no, prueba a desatornillar la cerradura.

Toni tomó la navaja del otro y metió la punta de la hoja lentamente tratando de forzarla.

—Creo que funciona eh, ¡funciona, funciona! –gritó emocionado

En ese momento la puerta se abrió de repente. Toni sonrió orgulloso creyendo que él la había abierto, cuando en realidad, aquel guardia volvió a aparecer.  Carlo no dudó ni un segundo, le arrebató el arma de la mano a Toni y clavó la navaja en el cuello del tipo con fuerza.

—A-Ah... Pero Carlo... –se hizo para atrás lentamente sin apartar sus ojos del hombre que segundos después cayó desplomado al suelo– Me recuerda cuando matamos a papá...

—Hey. –le sonrió algo manchado de sangre– Sé que aún no estás acostumbrado, pero hay que hacerlo o nos matarán. –limpió su navaja en la ropa del otro. Extendió una mano para que el otro la agarrase– vámonos de aquí, Toni.

—Que puto asco –hizo una mueca de desagrado apartando la mano que le ofrecía escupiendole en esta antes de quitarla de en medio.

Carlo rodó los ojos limpiándose.

Nadie se mete con los Gambino [MarbellaVice] (Pausada Un Tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora