Martina
- Porque no puedo estar sin ella, siento que me rompo todavía más si no la tengo al lado, no puedo.
- ¿Vos sos consiente que eso no es amor, verdad?. - la miro sin entender, ¿Que era el amor?. - Lo que ustedes tienen es costumbre Martina, no es otra cosa.
Ya estábamos en frente a su casa, el auto de Candela estaba estacionado en la vereda. Me invitó a pasar, pero me negué. Después de la conversación que habíamos tenido, no quería ver a la pelirroja, no me sentía bien.
- Pensalo, Marti. No hagas lo mismo que te hicieron a vos. - aconsejo caminando a su casa.
La mire entrar y luego me fui. Mi mamá me mandó un mensaje avisandome que me esperaba con la comida lista.
Llegue a el edificio, estacione el auto y baje. Subi hasta mi departamento y al entrar estaba mi vieja sentada en la mesa esperándome.
Hablamos un rato, le conté como me había ido en la fiesta, ella le contó sobre su trabajo y después de ver una peli nos fuimos a dormir cada una a su cuarto.
Capaz Victoria tenia razón. Yo no quiero lastimar a Lourdes, no le quiero hacer mal, pero tampoco tengo la certeza de que le voy hacer bien, siempre termino cagandola.
Quiza sea mejor alejarme y hacer como si nada hubiera pasado, sería todo más fácil para las dos.