El linaje Black persistirá con la llegada de Ephraim Black, el pequeño hijo de Jacob Black. Un auténtico varón quien ha llegado para salvar el linaje Black y quien lleva el mismo nombre que el antiguo jefe de la tribu, en su honor. Él es su legado...
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Después de que Zendaya había caído en casa de los Cullen, sus padres y Ephraim se habían trasladado hasta ahí tras enterarse que la azabache se encontraba delicada de salud. Carlisle les habría brindado hospedaje y atenciones en su casa, tratando de hacer el asunto lo mas discreto posible para no levantar sospecha entre los licántropos del retorno de Zendaya por los rumbos. Ephraim había pasado los últimos dos días acostado junto a su madre, estaba muy asustado, aun así, Edward trataba de amenizar su miedo enseñándole un poco de su habilidad con el piano.
Carlisle por fin tenia un diagnostico comprobable y seguro de lo que ocurría con la humana, tristemente no eran buenas noticias, aún así tenía la responsabilidad y ética de ser lo mas sincero posible con ellos. Uno de los mas afectados era Edward, él ya sabia que era lo que tenía y el conocimiento de ello le pesaba en sobremanera. Todos se encontraban reunidos en la habitación donde Carlisle atendía a Ze, quien aún se encontraba un poco frágil y había requerido cuidados extraordinarios debido a su embarazo.
—Tras el análisis del tejido y las otras pruebas realizadas hemos diagnosticado un carcinoma de células pequeñas inoperable en el pulmón izquierdo —susurro Carlisle, acongojado.
Steve se llevo ambas manos a la cara mientras cerraba los ojos con desespero por otro lado, Susan rompió a llorar silenciosamente. Ephraim observaba aturdido la escena, asustado empezó a hiperventilarse.
—Saquen a mi hijo de aquí, no lo obliguen a escuchar esto... —murmuro con aflicción Zendaya, casi en un quejido. Observo a Edward suplicándole que sacara al niño de ahí.
—¡No me ire a ningún lado! —grito Ephraim, molesto, a punto de romper en llanto. —ya no soy un niño pequeño, tengo derecho de estar aquí contigo mamá —dijo entrecortadamente mientras tomaba la mano de su madre y entrelazaba sus dedos con los de ella.
Zendaya lo miro, triste. Ella sabia que estaba muriendo y no quería hacerle pasar a su hijo por aquel martirio.
Edward parecía estar sufriendo, su semblante lucía deslucido, aunque eso fuese físicamente imposible en su especia. Observo a Zeze y pestañeo con pesadez.
—¡Algo debe poder hacerse! —exclamo con desespero Steve.
Carlisle estaba acostumbrado a dar malas noticias, era parte de su trabajo, aún así, sentía un gran pesar simplemente por tratarse de Zendaya.
—Eso quisiera, pero debido a la extensión de la neoplasia y las limitaciones que tenemos por su estado actual...
—¿Qué estado? —exclamo fuerte Steve interrumpiendo, observo al médico angustiado.
—Estoy embarazada papá... —susurro Zendaya, sin despegar la vista de su hijo.
Susan rompió a llorar de forma escandalosa y Ephraim empalideció, rodeo a su madre con ambos brazos y sollozo hundiendo su rostro en el cuello de ella.
