𝖆𝖕𝖚𝖊𝖘𝖙𝖆𝖘

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La noche se había enfriado, demasiado

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La noche se había enfriado, demasiado. Edward pudo notar que era hora de irse a casa cuando la humana empezó a toser de forma continua, avisándole de una posible gripa o alergia que se había alterado con el repentino cambio climático. El vampiro se limito a colocar su abrigo sobre los hombros de la castaña mientras ambos salían a paso lento de aquel restaurante.

Zendaya se encogió dentro del inmenso abrigo de su acompañante, ella era bastante baja de estatura y aquel abrigo le cubría prácticamente la mitad de su cuerpo, para ser honestos, lucia bastante graciosa. Edward la miro conteniendo una sonrisa burlesca a lo que la humana respondió enarcando una ceja amenazante.

—Lo sé, parezco un gnomo. —dijo resignada, llevándose su mano en puño mientras tosía.

—¿Tus padres son tan pequeños como tú? —cuestiono interesado.

La humana se sintió doblemente ofendida y se cruzó de brazos divertida.

—Solamente mamá, es una cosa muy triste porque las brujas de mis hermanas son super altas y con unas piernas largas que podrían cruzar océanos de un solo brinco —dijo recelosa. —yo, por otro lado, soy un Oompa-loompa en la fabrica de hijos de mis padres.

—Creo que tu tamaño esta bien, no te imagino siendo más alta —respondió amable, encogiéndose de hombros.

—Cuestión de gustos, tu dices eso porque te van las chicas pequeñas. Ya sabes lo que dicen, mientras más torpe y frágil eres, mas oportunidad tienes de conseguir un buen partido vampiro —soltó con descaro, mientras lo miraba divertido. Jacob solía contarle como era Bella cuando aún era humana y según sus relatos la chica pálida era un imán de accidentes y peligro.

Edward se echó a reír de forma escandalosa.

—¡Buena tajada! —soltó entre risa, rindiéndose ante lo último.

—Touché —canturreo con presunción la ojiazul.

Edward estaba por decir algo cuando fue interrumpido por un escandaloso acceso de tos de la humana. Ella detuvo repentinamente su caminata, llevándose la mano al pecho mientras intentaba controlarse. El rostro del cobrizo se descompuso al verla, con suma preocupación se acerco a ella y coloco uno de sus brazos sobre sus hombros, sintiéndose inútil de no poder hacer nada para ayudarle. Sin saber que mas hacer, coloco una mano sobre su espalda esperando que poco a poco se recobrara. El rostro de Ze estaba completamente rojo e incluso su voz se había vuelto ronca debido a la poca falta de aire que le provocaba cada que tenía esos desafortunados ataques.

—¿Te sientes bien Ze? —cuestiono angustiado el lector de mentes.

La humana intento respirar profundo con torpeza, mientras contenía la tos. Se tomo unos segundos antes de responder.

—Lo siento, llevo meses con esta gripe que simplemente no cesa —susurro bajo, con la voz carrasposa.

—¿Llevas meses enferma? —la miro, serio.

LINAJE│【 Jacob Black 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora