𝖒𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘

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7 AÑOS ANTES:

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7 AÑOS ANTES:

Habían transcurrido trece horas de parto, fue un parto difícil y extremadamente doloroso. La castaña había elegido un parto en agua, el cual se trataba básicamente en un tipo de parto natural de técnica contemporánea, o también conocido como parto humanizado. Rodeada de su padre, madre y hermanas, Zendaya había dado a luz en punto de las once de la noche a un fuerte varón de 4.210 kilogramos.

Aunque había mucha gente en la habitación de su muy bonito departamento en Seattle, la joven madre se sentía totalmente sola. Jacob, el padre del pequeño bebé que había llegado al mundo esa noche, no se encontraba ahí. Acurrucada en la cama de su habitación, con su pequeño bebé en brazos y lactando, la castaña hacía unos gestos dolorosos por la succión. Su muy conservada madre acariciaba sus cabellos en un intento de amortiguar su dolor.

Orgullosa de haber lactado exitosamente y por primera vez, Zendaya acomodo a su retoño plenamente dormido, junto a ella.

—Cariño, será mejor que lo pase a su cunero. —sugirió su madre.

—No, no pienso separarme de él. Empezaré el colecho desde hoy —susurro débilmente la cansada joven.

—Como tu digas —aceptó la señora, mientras los cubría a ambos con la sabana. —Es un niño precioso, es tan grande —añadió la orgullosa la abuela.

—¿Ya viste sus ojos? Son iguales a los de él... Quizá todas las madres dicen esto, pero, es el bebé más hermoso que he visto... —dijo tiernamente, acariciando la mejilla de su bebé.

—Estoy orgullosa de ti, cielo. Lo hiciste muy bien, fuiste muy fuerte —beso la frente de su hija. —Será mejor que descanses un poco, estaré aquí junto a ti para lo que necesites...

—Gracias mamá. —la azabache asintió cansada y se acomodó sobre la almohada dejándose vencer por fin por el sueño.

Mientras Zendaya dormía en la habitación continua y su madre la cuidaba, el resto de la familia empezó con la reconstrucción de la sala, pues la piscina y el tiradero de agua había hecho un desastre la casa. Steve, el padre se encontraba haciendo ajustes en la casa, como rejillas por las escaleras y cubriendo esquinas peligrosas con las que el bebe pudiera hacerse daño cuando empezará a gatear, sin duda era un abuelo primerizo emocionado. Todos trabajaban en conjunto para amenizar el cansancio de Ze, cuando un tintineo ansioso recorrió la sala de estar. Caroline, la hija más pequeña de la familia corrió hasta la puerta para abrir.

—Son las 4 de la mañana, quien demonios hace visitas a esta hora —dijo bufando la jovencita, abriendo de un portazo.

Todos observaron a la visita y Steve no pudo evitar fruncir el ceño. Jacob se encontraba parado en la puerta principal con un rostro de preocupación que asustaba, en sus manos cargaba al menos unas siete bolsas y parecía que no se había tomado el tiempo ni siquiera de estacionar su motocicleta pues estaba tirada a medio jardín.

LINAJE│【 Jacob Black 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora