Después de haber llevado a Ephraim a clases me fui inmediatamente al supermercado más cercano, hoy era su cumpleaños y junto a toda la manada habíamos planeado hacerle una fiesta sorpresa para cuando saliera de clases. Había quedado con Jeff de encontrarnos en la tienda pero me había cancelado de última hora y por esa razón me encontraba ahí cargando con más de 8 bolsas en las manos. Con mi mano derecha intente sostener todo y con la libre rebusque en el bolsillo trasero de mis jeans las llaves del auto mientras me quejaba a regañadientes. Estaba intentando abrir la cajuela cuando sentí que una bolsa se me resbalaba del brazo y en mi intento de recuperarla solo hizo que otra saliera de mi agarre, me di la vuelta rápidamente al notar como alguien había alcanzado a tomar mis cosas antes de que se estrellase contra el piso. Abrí enormemente los ojos al ver de quien se trataba pero intente actuar con la mayor naturalidad posible.
—¿Puedo ayudarte? — cuestiono Edward caminando en mi dirección. Asentí mientras dejaba que sus frías manos tomaran las bolsas. ¿Edward Cullen aquí?—.
—Muchas gracias pero como podías ver lo tenía controlado —le dedique una sonrisa ladina mientras levantaba las cejas—.
—Sí, lo note — añadió con un tono burlón y embozo una sonrisa socarrona—.
Cuando vi esa sonrisa inmediatamente desvié la mirada para cerrar la cajuela del auto, maldita sea ¿Por qué tienen que ser tan apuestos? Debería ser un crimen ser tan apuestos sin hacer ningún esfuerzo, me encontraba sumergida en esos pensamientos cuando recordé la información que Jacob me había dado sobre ellos y entonces pensé: "Cierra la boca estúpida, este sujeto según Jacob lee mentes".
—Creo que ya sabes quién soy pero mis modales me exigen presentarme como es debido ya que no hemos sido presentados formalmente. Mi nombre es Edward Cullen. —tendió su mano hacia mí —.
—Creo que todo mundo sabe quiénes son ustedes. Zendaya, usualmente me llaman Ze —tome su mano y el frió de su tacto era tal cual lo habían descrito los chicos, parecía un cubo de hielo pero al mismo tiempo era tan suave al tacto era como acariciar porcelana. — Qué curioso encontrarte por aquí, ¿viniste por algunas verduras para almorzar?—.
—Muy graciosa, pero erraste —soltó una pequeña carcajada que más bien pareció cantar de ligeros pajarillos, solamente le devolví la sonrisa y meti las manos dentro de los bolsillos de mi suéter. — Vine porque sabía que iba a encontrarte aquí. Espero no te moleste.
—¿Para qué querías encontrarme? —dije con total extrañeza —.
—Hoy es el cumpleaños de tu hijo, quería pedir tu consentimiento para darle un obsequio —hizo un pequeño ademan con la mano mientras hablaba con total naturalidad—.
—No sabía que se necesitaba pedir consentimiento para dar obsequios, supongo que lo hice mal todo este tiempo —sonreí ampliamente y lo mire con la cabeza ladina—.
—Técnicamente no, pero no quería hacerlo sin tu permiso. Espero que no te moleste saber esto pero Ephraim y yo somos buenos amigos y para mi buena suerte tiene un gusto musical excelente. Hemos tomado clases de piano juntos y es un artista natural, aprende rápido —añadió mientras sonreía viento a un costado sin prestarme mucha atención en realidad—.
Mi sonrisa se desvaneció rápidamente. Claro que sabía que Jacob llevaba a nuestro hijo con frecuencia a casa de los Cullen pero nunca pensé que tanta y aunque Edward no parecía el tipo de vampiro capaz de cenarse a un niño, no podía decir lo mismo del resto de su familia y sobre todo por Bella quien apenas llevaba algunos años siendo vampiresa y según la manada era muy inestable todavía. Intente volver a sonreír pero apenas y pude formular una mueca.
—Eph es un niño muy inteligente, mi padre vino el verano pasado y en tan solo 15 días aprendió a tocar la guitarra acústica solamente viéndolo. Es muy despierto... —añadí solamente para no generar uno de esos silencios incomodos y enseguida de eso Edward sonrió entusiasmado—.
—Es diferente, canaliza toda su energía en cosas que realmente valen la pena aprender, no había encontrado algo similar usualmente los niños de su edad están más preocupados por jugar —menciono para luego quedarse callado un par de segundos. Paso una de sus manos por sus perfectos cabellos. — Por eso quería tu permiso para regalarle un piano.
—¿Un piano? —Carraspee abriendo enormemente los ojos por la sorpresa—.
—Sí, un piano... Mis hermanos le compraron otras cosas pero no se las daremos a menos de que tu nos des tu consentimiento. Alice le compro una bicicleta, Rosalie y Emmett le compraron un nintendo switch y mis padres le compraron un auténtico barco de madera, sabemos lo mucho que le gustan.
—No quiero ser grosera... Pero me parece excesivo, solo tiene 7 años. No debieron molestarse tanto... —susurre apenas audible y rasque mi cabeza un tanto sorprendida—.
—No es molestia, supongo que nos emocionamos un poco... Compartimos su emoción por cumplir 7 años. —me miró fijamente mientras hablaba. Podía notarse la sinceridad en su voz y en sus facciones—.
—Supongo que sería muy grosero de mi parte hacerte devolver a la tienda todos los regalos... Así que no tengo ningún problema. Festejaremos esta tarde en casa su cumpleaños, te invitaría pero dadas las circunstancias... —cerré los labios en una mueca y volví a sonreír. — Pero después de la fiesta seguramente pueden verlo en algún punto medio...
—¿Tendrías algún inconveniente en que Jacob lo lleve a casa? Quiero que sepas que intente convencerlos de no hacerlo para no pude controlar a mi hermana. Alice le está organizando una pequeña fiesta en casa junto a Jacob y Ness. —menciono algo cauteloso y se podía notar que se encontraba muy incómodo al decirlo, podía sentir de verdad lo avergonzado que se sentía—.
—Supongo que Jacob ya tomo la decisión, no entiendo porque me lo preguntas —solté eso ultimo con algo de molestia, intente disimularlo lo mejor que pude porque realmente esto no tenía nada que ver con él, el lio era con Jake. Me di la vuelta y di un par de pasos al asiento del piloto. Inmediatamente él me siguió—.
—Para mí tu autorización es más importante que la de Jacob. Entiendo la situación actual y se perfectamente lo incomodo que debe ser para ti, así que si tu decisión es no, te prometo que yo mismo me encargaré de que Ehpraim no ponga un pie en nuestra casa a menos que tú nos des tu permiso —abrió la puerta para que yo subiera y solamente lo observe cautelosa—.
—Te lo agradezco mucho Edward... Pero Jacob es su padre y jamás le impediría a mi hijo pasar un día tan importante sin él y los suyos. No te preocupes y de nuevo te doy gracias por tu empatía y respeto, solamente quiero pedirte un favor... —me subí al automóvil mientras me ponía el cinturón. — No le den demasiado pastel, el azúcar lo vuelve loco y le provoca insomnio —cerré la puerta, enseguida baje el vidrio de la ventana y le sonreí sinceramente. Asentí mientras encendía el motor —Me dio mucho gusto conocerte, Edward.
¿Por qué demonios me había portado tan amable con el vampiro y además padre de la chica que más detestaba en el mundo? Era imposible no ser amable con alguien como él, tan lleno de respeto y educación, además el desgraciado era apuesto y eso lo hacía muy convincente. Edward Cullen era el primero en su clan que se acercaba a presentarse y honestamente aprecie mucho el gesto... Sin embargo me continuaba molestando él que Jacob no me platicará nada al respecto, me resultaba increíble que mientras su familia ¡SUS HERMANOS! Organizaban una fiesta en la reserva para festejar a su hijo, él se encontraba por otro lado organizando una fiesta totalmente independiente a la nuestra. Por lo visto no tenía planeado darse una vuelta a nuestra fiesta y eso lo confirme cuando mi móvil anuncio un texto.
—Pasaré por Ephraim a las 6, espero que hayan terminado de festejar para entonces. Preparalo, pasará la noche conmigo.
Jacob
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LINAJE│【 Jacob Black 】
WerewolfEl linaje Black persistirá con la llegada de Ephraim Black, el pequeño hijo de Jacob Black. Un auténtico varón quien ha llegado para salvar el linaje Black y quien lleva el mismo nombre que el antiguo jefe de la tribu, en su honor. Él es su legado...