El linaje Black persistirá con la llegada de Ephraim Black, el pequeño hijo de Jacob Black. Un auténtico varón quien ha llegado para salvar el linaje Black y quien lleva el mismo nombre que el antiguo jefe de la tribu, en su honor. Él es su legado...
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—Jacob, solamente te estoy pidiendo un pequeño favor, ¿puedes hacerlo por mí? —suplico con fastidio la humana, mirándolo atenta, sin dejar de murmurar. —Gregory solo quiere asegurarse de que todo esta bien, necesitas relajarte, te lo pido, no hagas esto más horrible de lo que ya es... —susurro lo más bajo que se pudo, frotándose los ojos con sus pulgares.
Ephraim se había quedado con Gregory en la sala de estar, mientras Zendaya y Jacob intentaban llegar a un incómodo acuerdo dentro de la cocina, ellos pretendían murmurar, pero aún con ello, todo se alcanzaba a escuchar. Leah esperaba incomoda en la puerta principal, con cara de repudio mientras observaba a su acompañante jugar con el niño. Eph, por otro lado, estaba más feliz que nunca, no paraba de hablar y contarle su nuevo estilo de vida al invitado, Gregory intentaba sonar natural y tranquilo para que el niño no se perturbase con la escena.
Jacob estaba enojado, no, realmente enojado era un término muy suave para describir las emociones desbocadas del metamorfo. Sus cejas estaban fruncidas e intentaba no perder los estribos con todas sus fuerzas, realmente estaba esforzándose en no hacer un alboroto, cerraba de forma alarmante sus puños una y otra vez, mientras sudaba como si se encontrará en una sauna. Sabía que, pese a que todo entre ellos se encontraba en su mejor momento, de cierta manera, él había perdido cualquier posibilidad de equivocarse y salir ileso, estaba eternamente aprueba o al menos así se sentía, entonces inevitablemente se sentía como un lobo enjaulado y él jamás había estado acostumbrado a los límites, por mucho que se esforzara en controlarse, esa no era su naturaleza.
Zendaya esperaba impacientada a que él contestará, pero nada salía de sus labios y él tan solo la miraba con los ojos entrecerrados, conteniendo cualquier cosa cero productiva que pudiese salir de su boca.
—Dime algo, es el peor momento para que te quedes callado ¡por favor! —dijo en un grito ahogado, casi mudo, mientras unía sus manos en símbolo de súplica al lobo.
Jacob de un segundo a otro soltó un bufido burlesco, mientras movía la cabeza en forma de negación, una risita casi muda brotó de sus labios.
—¿Cómo es que llego hasta aquí? —cuestiono inesperadamente.
Los ojos azules de ella casi saltaron de sus orbitas, una risa nerviosa salió de sus labios al escuchar la pregunta malintencionada de Jacob. Pestañeo una vez más tocándose el pequeño bulto en su vientre. Una nausea le sucumbió, pero la contuvo lo más que pudo.
—¿En serio no estas escuchándome? —murmuro, molesta.
—Dijiste que ya no hablabas con él —dijo receloso, cruzándose de brazos.
Zendaya se llevó una mano a su cabello llevándoselo para atrás, estresada.
—Y no te mentí cariño, no había tenido contacto con él desde que volví a Forks—mascullo entre dientes, apenas audible.
—Pues no parece eso —acuso sin pelos en la lengua el moreno, enarcando una ceja.
—Jacob, no es momento para esto, se lo que intentas insinuar y no puedes estar más equivocado. —tomo aire débilmente y tosió antes de empezar a hablar. —no tienes porque enojarte con esto, de un día para otro simplemente desaparecí, era claro que Greg iba a preocuparse por mi. Somos amigos, lo hemos sido desde hace mucho tiempo... Me escribió todo este tiempo y no me atreví a responder ninguno de sus mensajes por mucho que deseaba hacerlo simplemente por ti, para evitar esto —elevo ambas manos en sinónimo de rendición, mientras volteaba ansiosa en dirección a la sala, deseando que no estuviera escuchando aquella conversación.
