𝖊𝖓𝖒𝖊𝖓𝖉𝖆𝖉𝖚𝖗𝖆𝖘

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Solamente habían pasado sesenta días desde que Zendaya abandono el pueblo junto a su hijo, aunque sesenta días sonaba poco, para Jacob significaba una eternidad. Los primeros treinta y cinco días se había dedicado a beber y encerrarse en la casa que alguna vez habito su hijo, se había hundido en lo que parecía ser una severa depresión de la cual nadie podía ayudarlo, permaneció en ese estado hasta que repentinamente, un buen día salió de casa con la frente en alto y mucha decisión. Parecía que había tenido una revelación o algo similar, pues nadie entendía a que se debía ese drástico cambio de humor, lo que si era claro es que, desde ese día, Jacob había mejorado y parecía bastante comprometido en retomar el camino de su vida.

Visito a Billy después de tanto tiempo, el viejo en silla de ruedas estaba tanto como sorprendido y entusiasmado. Jacob se mudo nuevamente junto a su padre para poder cuidarlo ahora que la diabetes le había quitado su independencia. La manada por fin obtuvo a su alfa de regreso, recupero el orden y retomo todas sus vigilancias, incluso había hecho las paces con Sam, poniendo como condición que Jeffrey estuviera lejos de su vista; Sam había aceptado las condiciones de Jacob, después de todo el sabía que tenerlo de enemigo tampoco era lo más factible. Sam había dejado a Jeffrey fuera de cualquier actividad, estaba en una especie de castigo lobuno, ninguno de sus hermanos le hablaba, solamente Sam, después de todo ellos dos eran familia.

Jacob había adquirido una especia de complicidad con Leah, se había vuelto unidos, aunque ninguno de los dos quería admitirlo. Leah entendía a Jacob, Jacob ahora entendía a Leah, lo que los unía eran precisamente sus fracasos amorosos. Seth estaba feliz de recuperar a su amigo y también líder, las cosas en la reserva nunca habían estado tan bien.

Hoy era el cumpleaños del viejo Billy, todos en la reserva estaban entusiasmado. Emily había hecho un pastel y habían montado un festejo en la casa Black en honor al anciano. Jacob había suspendido vigilancias dándole el día a todos sus muchachos para que se divirtieran y festejaran. La fiesta estaba siendo un éxito, ambas manadas estaban festejando en armonía mientras Jacob maniobraba con la silla de ruedas de su padre por todos lados, como si se tratara de un automóvil de juguete.

—¡Cuando te ponga las manos encima vas a pagarme esto! —gruño Billy aferrándose a la silla de ruedas.

Jacob detuvo las volteretas mientras reía a carcajadas. Miro a su padre con las cejas enarcadas, burlesco.

—Primero ponte los dientes postizos, abuelo —bromeo, tomando asiento en la mesa donde se encontraban sentados todos.

—¡Atención todos! —grito por lo alto Billy, elevando su lata de soda sin azúcar por lo alto.

Todos los presente dirigieron su total atención a él, incluso Jacob lo observo atento.

—Quiero darles las gracias a todos por lo que han hecho por mí. Ustedes saben que no hay nada mas importante para mi que la familia, verlos todos juntos en armonía, hace feliz a mi corazón. Se que soy viejo y pronto me reencontraré con mi hermosa Sarah, pero se que cuando eso pase, ustedes estarán bien, porqué lo tendrán a ellos —dijo señalando con su dedo a Sam y después a Jacob. —Nunca olviden para que están aquí, gracias por abrazar la magia de nuestra genética y guiar a todos estos jóvenes —añadió mientras asentía, giro la cabeza para dedicarle una mirada emotiva a su hijo. —Hijo mío, desee tanto este momento, verte aquí es lo único que yo necesitaba, gracias por volver a casa.

Todos escucharon el sensible discurso de Billy. Jacob, nunca había sido bueno manejando este tipo de situaciones así que solo se limitó en sonreír y extender su cerveza en dirección a su padre.

—¡Salud, por el viejo! —exclamo por lo alto.

—¡SALUD! —gritaron todos al compás y los aplausos empezaron a sonar.

LINAJE│【 Jacob Black 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora