Cuando llegó el 24 de septiembre Hugo y Eva ya se habían engranado el uno al otro a la perfección.
No les costó hacerse al ajetreo incansable de la ciudad aunque no fue lo mismo hacerse a la idea de que aquella sería su vida a partir de ese momento.
Eva se negaba a cortar lazos con su ciudad natal, su padre, su madre, su perra. Le dolía en el alma pensar que en cierta manera, por vivir su sueño tenía que renunciar a todo ello. Pero Hugo sabía bien cómo rellenar ese hueco y lo hacía con creces.
Aquella tarde de finales de septiembre, Hugo estaba a punto de debutar como cantante por primera vez en su primer concierto nada más y nada menos que en el Coca-Cola music festival.
-¿Va a empezar ya?- Preguntó Maialen apareciendo con un par de botellines de cerveza en la mano.
-Están presentando a Nia.- Contestó Sam siguiendo con la mirada las botellas de cerveza que Maialen dejaba sobre la mesa.
-Mira, los dos de Sony cantando para uno de los mayores festivales del año.- Apuntó Bruno mientras cogía de la mesa una de las cervezas y observaba como Maialen se sentaba en la silla que había a su lado.
-¿Huele a envidia?- Preguntó riendo Flavio.
-¿Qué? No. Para nada.- Negó profusamente Bruno.
-Pues yo echo de menos cuando cantábamos juntis.- Dijo Maialen cambiando de tema.
-Yo también.- Aseguró Anne.- Cantar solo está bien pero... No te da esa seguridad que tenía en la academia.- Explicó.
-Bueno, cuando cantas solo por lo menos sabes que la gente que tienes delante ha ido única y exclusivamente por ti y eso es bonito también.- Alegó Sam.
-Pues yo sigo creyendo que deberíamos hacer algo juntos.- Propuso Mai.
-¿Algo como qué?- Preguntó Anaju uniéndose así a la conversación.
-Pues no sé, una escapada juntos, un viaje, un concierto, prometernos que nos iremos a ver a todos nuestros conciertos.- Recitó la de Pamplona.
-Pero eso no hace falta que nos lo prometamos Mai, nosotros siempre vamos a ir a vernos a todos nuestros conciertos.- Prometió Eva con una sonrisa.
Y aunque todos asintieron, la promesa fue perdiendo miembros como una flor que se desgaja en otoño.
En la actuación de Hugo todos tuvieron la misma sensacion y llegaron a la misma conclusión: Hugo había nacido para estar encima del escenario. Era magnético lo suyo. Le veías disfrutar y automáticamente hacías de ese disfrute el tuyo propio. Parecía que llevara absolutamente toda su vida dedicándose a ello, sin vergüenza, sin pasos encorsetados, con fuerza.
Esa noche, entre todos, estando Stevie y Laura presentes celebraron de nuevo el cumpleaños de Eva, pero esta vez, con todos los que la última vez no pudieron estar.
A su lado, Hugo aplaudía y la miraba con cierta adoración mientras acercaban a ella la tarda con la velas, y pudo ver que en sus ojos brillaba un halo de felicidad que le hacía sentirse en paz.
-¿Qué tal la experiencia mi vida?- Le preguntó Eva tras soplar las velas y recibir varios abrazos dando un sorbo a su cerveza mientras el resto estaba enfrascado en alguna conversación tribal.
-¿Me has visto?- Preguntó emocionado.
-Claro que te he visto.- Rio la gallega.
-Ha sido increíble Eva, me he sentido... Poderoso, como en Genius pero mil veces esa sensación.- Relató mientras se recorría el cuerpo con las manos intentando explicar lo que había sentido sobre el escenario.