Los próximos días estuvieron marcados de celos, reconciliaciones, desconfianzas y primeras intenciones.
Tras la semana de esperando, ya no tenían la obligación de pasar casi prácticamente las 24 horas del día juntos. Aunque Hugo esperaba que así fuera. Pero comprendió que su tiempo con la morena era compartido por otros, o más bien, por otro. Y es que Hugo no tenía derecho a reprocharle nada a la morena. Era su decisión si quería pasar tanto tiempo con Rafa como con él.
Pero a Hugo le escocía ver como a ella le dolía la barriga de reírse con otro que no era él. Y no era por posesión, era por menospreciarse. Hugo creía que si él había traicionado a Aurora de aquella manera tan vil y pública, ¿Qué no podrían hacer otras con él? Y entonces comenzó a desconfiar de lo que la morena sentía por él.
Por las noches, cuando ella se metía en la cama con Rafa y hablaban hasta bien entrada la noche, Hugo intentaba no mirar en esa dirección. Pero daba vueltas en la cama una y otra vez sin poder conciliar el sueño. Y de vez en cuando, alzaba la cabeza y los veía allí. Hablando.
Y se sentía un estúpido. Primero por tener celos. Porque tiene novia y ese sentimiento no debería vivir en él. Y segundo porque es Rafa. Su mejor amigo allí.
Así que finge que nada pasa. Que nada le sucede. Aunque a veces la expresión le delate.
Sobre todo aquel miércoles. Estaban cenando. En la mesa, Anne, Flavio, Samantha, Javy, Eva y Rafa disfrutaban de la cena. Todos menos Hugo. El chico no perdía detalle del microclima que Rafa y Eva habían creado en su lado de la mesa. No prestaban atención al tema de conversación grupal y se reían y hablaban de sus propios asuntos. A Eva se la veía realmente divertida. Incluso alguna vez Anne le pilló mirando a los chicos reírse y compartieron una mirada cómplice. No podía hacer nada más que asumir lo que estaba viendo.
Así que se levantó de la mesa y buscó un lugar donde no tuviera aquello de frente.
-Está celoso.- Dice Rafa señalando a Hugo con la cabeza que se desliza tras ellos por los pasillos de los lavabos.
-¿Qué dices?- Dice Eva riendo.
-Te lo digo yo.- Dice Rafa casi susurrando.
La morena no le da demasiada importancia. Prefiere creer que eso no es verdad. Que Hugo no está celoso de Rafa. Pero la idea le ronda la cabeza durante toda la noche antes de acostarse. Y entonces, esa noche, decide atacar el problema de frente.
-Hola.- Dice ella metiéndose en la cama de Hugo.
-Estoy cansado Eva, ¿Qué quieres?- Pregunta Hugo que abraza con fuerza la almohada que hay bajo su cabeza.
-Hablar contigo.- Resume la morena.
-¿De qué quieres hablar?- Pregunta él.
-No sé muy bien cómo empezar...- Dice Eva dubitativa.
-Eva, estoy cansado de verdad, si no tienes nada que decir yo...-
-¿Estás celoso?- Pregunta de golpe.
-¿Qué? ¿Qué dices? ¿Celoso yo? ¿De quién?- Dice Hugo algo nervioso.
-Pues... De mí y de Rafa.- Concluye la morena.
-Yo no estoy celoso Eva. Tú no eres mi novia.- Dice Hugo.
-Lo sé. Yo solo... Quería asegurarme de que estaba todo bien.- Dice la morena.
-De puta madre.- Responde él.
-Bien. Entonces te dejo descansar.- Dice la morena dejando sobre las mejillas de Hugo un cálido beso.