El día de la gala se acerca.
Eva despierta en su cama, como siempre, ocupada. Mira a su lado y disfruta de las vistas que su compañía le brinda.
Anne duerme a su lado plácidamente. Le cuesta dormir casi tanto como despertarse.
Ha hecho muy buenas migas con la pamplonica.
Parece que nadie en la habitación tuviera intenciones de despertarse esa mañana.
La gallega se revuelve en la cama y con cuidado de no despertar a su compañera de cama, se levanta. Anne emite un leve quejido que soluciona tirando de la manta y tapando su rostro por completo. Ha decidido que no quiere despertarse.
Eva busca los pantalones del pijama que esa misma noche se había quitado para dormir más agusto.
Mientras los busca mira la cama que más le interesa en esa habitación. La de Hugo.
Su cama está vacía. El joven ya está despierto y desayunando junto al resto.
Es ya la segunda mañana que Eva no le despierta. También la segunda que no dormirta en su cama antes de acostarse en la suya.
Así es mejor. Se dice a sí misma. Mejor para él.
La joven no quiere buscarle problemas al chico. No es tonta. Le conoce. Sabe que después de la charla con Rafa, Hugo se quedó pensativo respecto al tema.
No quiere hacer daño a su novia. Es comprensible. Pero también es un hecho que algo le hace volver siempre a Eva. Se necesitan mutuamente.
Pero Eva decide que no va a esperar a que el chico le pida espacio o contención, principalmente porque ni él lo quiere ni tampoco tiene el valor para pedírselo. Así, en ese consenso silencioso por ambas partes deciden que la distancia es lo mejor.
Eva sale de la habitación y trata de acostumbrarse a la claridad de la luz que la ciega.
Da los buenos días a Gérard y Nia que están en el vestidor buscando con qué vestirse ese día.
-Hoy toca ensayos en plató.- Dice Nia.
-Ostia es verdad.- Dice Eva regalando al aire un bostezo.
-Yo tengo ganas.- Dice Gérard.
-Yo ninguna si te soy sincera.- Admite Eva.
-¿Por qué?- Pregunta el chico.
-No lo sé, pero estoy segura de que no voy a ser capaz de hacerlo igual que en el pase de micros.- Confiesa la chica.
-Pero tienes a Nick.- Dice Nia.
-Lo sé pero...- Dice Eva con la voz temblorosa. Sabe perfectamente que es lo que la aterra. La gente. El público. Las miradas inyectadas en deseos y expectativas que es muy probable que no sea capaz de cumplir. La muy mencionada maldición de la gala 0. Lo hizo bien, lo sabe. Por eso cree que no podrá mantener el listón.
-Lo harás bien.-
Una tercera voz aparece en el vestidor.
Es Hugo. Vestido y lavado ya.
Eva lo mira y sonríe. Por alguna razón que aún desconoce tiene la sensación de que el chico juega el papel de su mayor fan. Y le gusta. Le gusta sentirse acogida y arropada por sus compañeros. En especial Hugo.
-Claro que sí, y si no piensa en las técnicas de relajación que nos dio Natalia.- Dice Nia que tras vestirse pasa una mano por la espalda de Eva y abandona el vestidor.
-Eso es, saldrá bien, ya lo verás.- Dice Gérard animando a su amiga.
Pero para cuando Eva quiere darse cuenta, Hugo ya ha abandonado el vestidor.