Capítulo 12

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Las cosas no mejoran cuando pasa la gala dos de operación triunfo. Todo lo que se ha ido cociendo durante la segunda semana de convivencia les explota a todos esa misma noche.

Los nervios de la segunda gala ya han pasado. La marcha de Ari hace más real la veracidad y velocidad del programa. Son conscientes de que todos pasarán por el mismo proceso que la pobre Ariadna que se despide de sus compañeros entre lágrimas de tristeza y amor. De todos y cada uno de ellos se lleva algo diferente. Algo que la hará crecer un poco más como persona y ser humano.

Y por si la pérdida de Ari no fuese suficiente, la segunda gala de OT deja como nominados a Rafa y Eli. Un disgusto para Eva y disgusto doble para Hugo. No quiere que su amigo se vaya, pero tampoco quiere que lo haga Eli. Ha congeniado a la perfección con la canaria. Sabe escucharle y también comprender su humor que a veces tan básico y desafortunado parece.

Pero no todo son malas noticias esa noche. Flavio se alza como el favorito indiscutible de la audiencia y pasa sin problemas la pasarela del plató. Eva respira tranquila. Sufría por él. Por haberle maldecido en vez de bendecido a la hora de elegirle para compartir escenario esa noche.

Pero al joven no le importaba quedarse por el camino y menos cuando había pasado la semana que había pasado. Compartir con la morena había sido lo mejor que le había pasado en dos semanas y si tenía que luchar con una nominación, con gusto iba a hacerlo.

Aunque Eva no iba a ser la única que iba a sufrir esa noche. También Hugo lo hizo. Eva fue la última en ser valorada. Tenía el corazón encogido en un puño creyendo que podrían dejarla como posible nominada y que la perdería dentro de la academia. No podía permitírselo. Aunque todo fuera más fácil sin ella.

Pero cuando Eva cruzó la pasarela, aunque Anne fue la primera persona a la que abrazó, fueron los besos de Hugo y su largo suspiro lo que sintió en su hombro izquierdo. Sanador como siempre.

El primer día tras la gala, el desencadenante de todo lo que pasó después, fue un día duro y largo para todos.

Eva despertó rezungando. No le gusta madrugar. Y menos después de haber trasnochado prácticamente toda la noche.

Pero aunque el sueño ejerce su fuerza sobre Eva, la chica le vence finalmente y se levanta de la cama.

Sale a desayunar y se cuelga del cuello de Rafa que pasa por delante de ella muerto de sueño también.

Esa noche se la ha pasado prácticamente entera hablando con él. Sentía que se lo debía. Que debía apoyarle y escucharle. Pasar por una nominación no es plato de buen gusto para ninguno de ellos. Y Eva lo sufre igual que si fuera en carne propia. Y más si se trata de Rafa.

-¿Qué tal?- Pregunta ella cuando se separa de su cuello.

-Bien, con ganas.- Resume Rafa.

-¿Seguro?- Pregunta ella que prefiere cerciorarse.

-De verdad.- Confirma él.

Eva asiente y deja sobre las mejillas de él un cálido beso.

Se encamina a la cocina y se sienta a desayunar junto con sus compañeros. Poco tarda Hugo en sentarse a su lado.

No hay saludos ni besos ni miradas.

-Hugo.- Le llama ella cuando el chico se levanta.- Dame un poco de zumo. Por favor.- Pide la morena que lleva viendo el zumo de Hugo sobre la mesa demasiado tiempo como para que empieze a antojársele un trago.

-¿Quieres que te haga un zumo?- Pregunta Hugo qué está de pie tras ella.

Eva sonríe. Es siempre tan servicial con ella. Tiene la paciencia que de seguro a ella le faltaría.

El nudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora