Miércoles 21 de enero 10 AM

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1. Aviso: Algunos capítulos tendrán diálogos entre comillas y en cursiva puesto que son escenas del pasado (flashback) o llamadas telefónicas. A su vez estarán separados en horas por las diferentes escenas que sucedan en el mismo día.

2. Aclaración: El mundo en el que vive Kara y Lena en esta historia, (Tierra 1), es elegido del reeboot The New 52 donde los héroes icónicos viven en el siglo XXI y concuerda con la misma linea de Tierra 2 (en el que transcurre parte de este fic),que dentro de este reeboot muestra a los héroes con otras edades, diferentes orígenes y hasta hijos. Asimismo Tierra 1 dentro de la serie de Supergirl y el mundo de Arrowverso es conocida como Tierra 38.

3. Aviso: Este capitulo contiene escena lemon. Si no es de tu agrado por favor saltéatela. La misma comienza en el dialogo "mejor te lo muestro" y termina en "Wow, si lo que hacía falta para que me lo dijeras...".  

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El sol se asomaba tímido entre las nubes, sobre un tranquilo pueblo rural.

Hacía rato que, a pesar del frío, los granjeros se habían levantado y emprendían sus tareas diarias.

Mas una granja en particular tenía más actividad que lo normal: Ventanas abiertas, alfombras sacudidas, sabanas cambiadas, sillones acomodados.

Chimenea prendida, torta en el horno, agua en la pava casi llegando a su punto de ebullición, camas tendidas, pisos barridos. Inspección de cada rincón por la dueña de la casa, antes de darse una ducha rápida y alistarse para recibir a un huésped especial.

No hacía mucho que había terminado de cambiarse cuando llegó a sus oídos las sirenas de los vehículos de la DEO, las cuales le anunciaban que la persona que esperaba estaba arribando.

Alisó con un cepillo su pelo rubio y se echó una última mirada en el espejo antes de salir a recibir la comitiva.

Sus ojos, de un color azul claro, no daban crédito a lo que veían. Eran cinco camionetas con vidrios polarizados y cuatro motocicletas las que escoltaban un patrullero.

—Ni que fuera un terrorista —murmuró algo indignada la Señora Danvers.

Una vez se detuvieron pudo ver que, del patrullero, esposada de manos y pies, bajaba Lillian Luthor.

Eliza sonrió al ver que aún, con aquel atuendo naranja y los grilletes, seguía teniendo una prestancia que inspiraba respeto e imaginaba que también daba miedo.

Aunque no pudo seguir conservando la sonrisa, al observar también como una docena de agentes bajaban de las camionetas y le mostraban una orden judicial.

—Tenemos la orden de revisar que su casa sea segura y no le permita a la prisionera darse a la fuga —Le comunicó uno de los agentes.

La señora Danvers suspiró y se talló un costado de la sien, sabía muy bien que aquello era un pedido de Alex. Resignada se corrió, dejando pasar a los agentes y se quedó esperando afuera.

Entre tanto Lillian miraba toda la situación, sintiéndose por vez primera culpable de ocasionarle molestias a otra persona.

Eliza no tenía ninguna obligación para con ella y sin embargo la ayudaba desde la vez que se enteró de que tendría un nieto y se animó a contar la historia del origen de Lena.

Y nuevamente era de ayuda en aquellos momentos exponiéndose a una invasión de la privacidad, por prepotentes e ineptos agentes de la DEO, por ofrecer su domicilio para la prisión domiciliaria que debía aún cumplir.

El dilema de la CazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora