Martes 5 de agosto, 2 A.M.

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1. Aviso: Algunos capítulos tendrán diálogos entre comillas puesto que son escenas del pasado (flashback) o llamadas telefónicas, como la que se presenta en este capitulo.

2. Aclaración: El mundo en el que vive Kara y Lena en esta historia, (Tierra 1), es elegido del reeboot The New 52 donde los héroes icónicos viven en el siglo XXI y concuerda con la misma linea de Tierra 2 (en el que transcurre parte de este fic),que dentro de este reeboot muestra a los héroes con otras edades, diferentes orígenes y hasta hijos. Asimismo Tierra 1 dentro de la serie de Supergirl y el mundo de Arrowverso es conocida como Tierra 38.  

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La crema irlandesa se deslizaba por su garganta

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La crema irlandesa se deslizaba por su garganta. Aquella bebida espesa lograba calmar un poco su enojo y frustración.

Quizás también su miedo, (ante lo que pensaba hacer), se disipaba con el alcohol.

—Eres una idiota, Kara —Se lamentó de pronto—: No me permites estar para ti.

Le frustraba como se habían dado las cosas, como ahora no podía decirle su sentir a la kriptoniana. Se reía al recordar que llegó a creer que se sentía atraída por dos personas distintas y ahora descubría aliviada que no era tan alocada.

Quería golpearla por haberla confundido, y luego besarla por haberla enamorado de dos formas igual de excitantes.

Siendo Kara la cautivaba con la ternura, la delicadeza y el despiste que la caracterizaban. En cambio con su parte Supergirl la atrapó con su sentido de la justicia, su valentía y su aire protector.

Y saber que todas aquellas cualidades le pertenecían a una sola mujer, le hacían sentir que quizás había encontrado el lugar al que ella pertenecía.

—¿Qué haré si la pierdo para siempre? —Le preguntó al viento.

Confiaba en el proyector, que ya lo tenía listo gracias a Brainiac. Sin embargo no tenía idea de qué hacer después.

No sabía cómo enfrentar a los secuestradores, ni quiénes eran y para colmo sentía que la suerte no estaba de su lado.

—Supongo que es la maldición de mi apellido —ironizó mirando la ventana—: La maldad tiene avances siendo Luthor pero lo bueno...

—No eres una Luthor —Escuchó de repente.

—¿Eh? —Dejó su copa—: ¿Quién anda ahí?

—Alguien que siempre ha velado por ti.

—¡Sal para que te pueda ver! —gritó hacia el balcón.

—Es mejor seguir en las sombras —expresó el desconocido—: Pero confía en mí, no eres una Luthor.

—¿Y quién soy entonces?

—Revisa los archivos secretos de los Luthor —sugirió la persona tras las sombras—: Allí está todo lo que debes saber.

—No tengo acceso a eso —confesó Lena—, cómo pretendes que me meta en lo que Lex encriptó sin siquiera saber qué buscar.

—Apóyate en ese chico, Winn, para acceder —aconsejó el desconocido—: Lo otro lo sabrás al verlo, eres muy lista Lena.

Aunque Lena llegó al balcón sin demasiada demora, no pudo descubrir quién le había hablado. El desconocido se había esfumado como si fuese un fantasma, y ella pensaba en desechar todo lo que había oído.

—Pero... ¿y si aquello me ayuda a rescatar a Kara? —sopeso para sí.

De pronto movida por la esperanza, (o por el alcohol que se le había subido), tomó su teléfono y tecleo un número concreto.

«—Hola, Winn

—¿Lena?

—Sí, soy yo.

—Son las dos y media de la mañana —protestó del otro lado de la línea—: ¿Qué deseas?

—Sí, lo siento —Se disculpó—: Sólo quiero pedirte que nos veamos a la tarde, ¿puede ser?

—Tengo un seminario de seis horas, hoy —respondió Winn—: Qué tal el miércoles a primera hora de la mañana.

—Bien, te espero a las nueve en mi oficina —acordó—: Se puntual.

—Sí, lo seré —aseguró—: Adiós, Lena.

—Adiós, Winn.»

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1.El crédito de las imágenes no es mío. La primera hace referencia a Lena tomando crema irlandesa (licor espeso) y la segunda representa la llamada que hace.

El dilema de la CazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora