Capítulo 12: ¿Serías mi amigo?

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¿Soy un ser vengativo? En este momento, no lo sé. Estoy consciente que vengarse nunca es la opción, pero mi orgullo me indica lo contrario. Juré vengarme y no hay mayor oportunidad que esta. No fue mi idea... Sí, tendré algo de culpa, pero todo al final será culpa de Min Ah, de una mujer despechada, llena de rencor hacia el idiota de JaeJoong. ¿O no?

—Ni loco. —le respondo, después de un rato, e intento sonar lo más convincente posible para no tener que dar explicaciones y dar por concluida ésta estúpida propuesta. 

—¿Por qué no? — me repela y mi intento por terminar con esto se ha ido por el caño. ¿Por qué Min Ah no se puede quedar con un simple no?

—Porque no es lo correcto. —le digo y utilizo un tono de voz suave y meloso, al punto que caigo en lo molesto. 

—¿Y fue correcto que JaeJoong jugara con mis sentimientos? — alega y me quedo callado. —No verdad. —se responde a sí misma. —Pues bien, JaeJoong se va y es justo el momento para que ambos nos cobremos las que nos hizo. A mí me engaño y a ti te ha humillado y la que pagará por todo será su amada Pato. —lo último lo pronuncia con desprecio. 

—No pienso hacerlo y creo que has rebasado el límite de la locura y antes que me pidas explicaciones, no lo hago por tu hermana. ¡¿HAS OLVIDADO QUE ES MÍ NOVIA Y PENSAMOS CASARNOS?! Sería una falta de respeto y una traición

—Entonces... ¿Es por Ok Ryun? —medita un poco y sin decir más se marcha. Agradezco internamente, con su partida podré estar en calma, sin reproches, sin preocupaciones o propuestas que rayan en lo absurdo.

—Lo pensaste. —me acusa Kyu y toda mi tranquilidad desvanece. 

Lo que menos necesito son los reproches idiotas de mi amigo, pero ya están aquí así que debo encontrar algo para evadirlos. 

—No sé de qué me hablas. —me hago el desentendido. 

—Por tu mente pasó la posibilidad de joder a JaeJoong a través de Pato. —acusa y tiene razón, pero no se la daré. Mierda, Kyu me conoce a la perfección. —Ella no te hizo nada y...

—No hables por hablar. —le digo y opto por marcharme, nadie nunca logrará entender lo que siento por Soo Eh. 

Para despejar mi mente, decido acompañar a Ah Ra por un pedido de soju y botanas. Estamos de compras, saco mi celular para ver la hora y encuentro cerca de diez llamadas perdidas de Kyu, opto por apagar mi celular. 

Son cerca de las 8 de la noche, tanto Ah Ra, como yo estamos cansados de tanto caminar y cargar.

Al llegar al bar, Young Saeng nos recibe. A Ah Ra con un dulce beso en la boca, que termina convirtiéndose en una fusión. 

—Cof, cof... — toso para que me presten atención. —Chicos, deberían buscarse un cuarto, hay niños presentes. — bromeo, aunque intento que mi voz suene sería. Young Saeng me da un golpe en el hombro y Ah Ra me dice idiota. 

Nunca entenderé como esos dos terminaron juntos, Saeng se la pasaba diciendo que Ah Ra era una histérica y ella no lo bajaba de inmaduro y bueno para nada. No recuerdo el momento en que dejaron las peleas y admitieron que estaban perdidamente enamorados. 

—Hyun Joong. — me llama mi amigo. —Tú madre llamó, estaba furiosa.

Rayos, he olvidado encender mi celular, va a matarme. Cuando lo enciendo, tengo 19 llamadas pérdidas de mi madre y 2 de mi casa. Mis hermanos. Rápidamente marcó a mi casa, no me contestan. Maldición, tendré que marcarle a mi madre. Respiro profundamente. Mi madre tiene un aspecto tierno y bondadoso, pero es un demonio andante. 

Nuestro Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora