Capítulo 18: Creo que estoy enamorado de Pato

89 13 0
                                    

Ya no soporto la tensión, la mirada inquisitiva de Ah Ra está a una de volverme loco. Aunque respire profundamente, cuente hasta diez y piense en cosas bonitas, no logro tranquilizarme. 

Comienza a caminar de un lado a otro, se detiene, luego me mira, niega con la cabeza y comienza a caminar de nuevo. Esa rutina la ha repetido incontables veces. 

—¿Puedes para con eso? —le pregunto fastidiado. 

—¡Eres un estúpido! —vocifera y por su condición, sospecho que estuvo guardando esas palabras por largo tiempo. —¿Por qué no aprendes a callarte cuando estás enojado? —continua. —O mínimo hubieras pedido una disculpa. 

—Ni pensarlo, dije la verdad y...

—Te conozco y sé que no harías acusaciones sin tener argumentos. —me interrumpe. —Pero hay ocasiones en que debes callarte y no hablar de más. 

—¿Por qué? —cuestiono y ella abre la boca para responder, pero la cierra de inmediato. —¿Por qué debo callarme ante las injusticias? ¿Por qué debo pedir perdón cuando ellos cometieron un error al portarse como unos corruptos? 

—Porque lamentablemente vivimos en una sociedad con falta de ética, en donde el esfuerzo y empeño quedan menospreciados y no son una fuente viable para conseguir lo que nos merecemos. —responde Young Saeng, quien acaba de llegar. —Triste realidad. —se acerca a Ah Ra y la abraza. —Hola. —pronuncia cerca de sus labios y la besa. 
Quiero vomitar. ¿Cómo de un momento de enojo y seriedad, pasamos a la patética hora romántica de esos dos?

—¡¿Qué ha pasado?! —pregunto, subiendo mi tono de voz más de la cuenta, para separarlos. —¿Tengo que buscar otro lugar donde estudiar? 

—Te amo. —susurra mi amigo y se separa por completo de su novia. —No. —afirma y se sienta frente a mí. —Sorprendentemente no. Cuando fui a hablar con tu director y evitar que te echaran como a un perro…—hace una pausa y se estira, momento que Ah Ra aprovecha para sentarse en sus piernas. —me dijeron que ya no había problema, ya tenía una veredicto. Alguien intercedió por ti antes que yo…

—¿Qué? 

—Sí, después de esperar cerca de una hora a que tu Director se desocupara para que me atendiera, me llevé una gran sorpresa al saber que tu expulsión ya había sido resuelta y de forma positiva. No te van a expulsar, sólo a suspender por faltarle el respeto a dos autoridades; además, tendrás que unirte a alguno de los clubs de la Universidad. 

¿Eso es todo? Ayer, tanto el Director, como el profesor Mo estaban furiosos, apuesto que si no estuviera penado por la ley, me hubieran matado ahí mismo. 
Me levanto de la silla para marcharla. 

—El lunes debes presentarte y elegir al club que deseas unirte, según tu Director debes enfocar tu energía en algo productivo.—me tiende un papal color amarillo. —Escoge el que más te agrade. 

—Sí, jefe. —me mofo y me doy vuelta para marcharme. 

—Por cierto. —me detengo, pero no lo volteo a ver. —Quiero que te tomes una semana de descanso, tu humor últimamente es pésimo y temo por la integridad de mis clientes. Sí tienes algún problema, no importa cuál sea, búscame. No soy bueno dando consejos, pero soy bueno escuchando y nunca te juzgaré. —anuncia y agradezco con un simple movimiento de cabeza su interés por mí.

Esas pequeñas acciones, son las que hacen que nos encariñemos de la gente.

Es lunes, mi fin de semana fue de lo más relajante. Me escapé a Busán con mi dulce novia. Voy camino a las canchas de fútbol de la Universidad. 

Es la primera vez que me paro en ese lugar, nunca he sido muy afecto a deportes en equipo. 

—Hola, ¿saben cómo puedo unirme al equipo? —le pregunto a un grupo de muchachos. Es fácil deducir que pertenecen al equipo, pues su llamativo uniforme rojo me lo afirma. 

—Sí, debes hablar con el capitán. —me responde uno de ellos y comienza a buscar con la mirada a alguien. —¡Allí! —me señala a un muchacho. —Él es el capitán, su nombre es Kim Hyung Jun. —agradezco y me desean suerte. 

No puedo creer que el hermanito de JaeJoong sea el capitán, sí es tan pretencioso como él, dudo mucho entrar. 

—Hola. —toco su hombro para llamar su atención. —Mi nombre es Kim Hyun Joong y me gustaría unirme al equipo. —soy directo, él me mira fijamente. 

—¿Eres bueno? 

—Supongo.

—No te noto muy convencido de querer estar aquí. —el pequeño ha dado en el clavo. Voy a responderle mis motivos, pero llega alguien a interrumpirnos. 

—Baby, me rindo. —dice ella jadeando, coloca su mano sobre el brazo de Hyung Jun para encontrar soporte. Respira con dificultad y cuando levanta su rostro veo lo pálida y sudorosa que está. Sus ojos están cerrados y no nota mi presencia. —Tú ganas…—abre los ojos y me mira, se ha puesto aún más pálida. 

—Ja,ja,ja… Pato, te dije que no lo lograrías, pero eres bastante necia. —comenta divertido Hyung Jun y le revuelve cabello. 

Soo Eh me mira por unos segundos más y baja su mirada, comienza frotarse las manos denotando su nerviosismo. Sé que debo ofrecerle una disculpa, pero no lo hago, sólo la miro. 

—¿Qué tienes? —pregunta con ternura Hyung Jun a Soo Eh, con delicadeza coloca su mano sobre la barbilla de ella y la obliga a mirarlo.

—Quiero vomitar. —responde ella haciendo una mueca muy graciosa. —La acción correr y yo somos enemigas por naturaleza. —él suelta una carcajada profunda y ella se encoje de hombros.

Mis manos duelen y me doy cuenta que están un poco pálidas, porque inconscientemente las estoy apretando con fuerza en forma de puño.

—Te voy a acusar con JaeJoong por reírte de mí. —amenaza Soo Eh y la diversión que Hyung Jun tenía, se ha opacado. —Me voy, tengo clase. —comenta y comienza a agitar sus manos en señal de despedida —Permiso. —me dice de manera fría y hace una reverencia. 

Hyung Jun se queda mirando como Soo Eh se aleja, se ha olvidado por completo que estoy a su lado. Lo escucho soltar un soplido. 

—¿Por qué? —se pregunta a sí mismo. 

—¿Qué pasa? No me digas qué Soo Eh te gusta. —bromeo. 

Él niega exageradamente, pero de pronto agacha su cabeza y resopla. —¿Se nota mucho?

—¡¿QUÉ?!

—Creo que estoy enamorado de Pato, que resulta ser la prometida de mi hermano. —confiesa acongojado. 

No, no, no… ¿en qué momento Soo Eh enamoró a tantas personas? Primero al ególatra JaeJoong, después el estúpido de Jung Min y ahora el pequeño Hyung Jun. Sólo falta que Kyu Jong o yo terminemos enamorados de ella. 

Nuestro Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora