Capítulo 17: Yo y mi bocota

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—¿Ella te importa? pregunta y detengo mi andar, esa misma pregunta ha estado taladrando en mi cerebro desde hace años. Me volteo para encararlo. —No. — respondo con firmeza, aunque una parte de mi sabe que miente; que Soo Eh me importa mucho más de lo que quiero admitir y que lo que pensaba estaba enterrado en lo más profundo de mi ser, poco a poco está saliendo. —Sólo que me enferma ver a personas como ella. —justifico. Maldita sea, como deseo acabar con esto, pero por lo visto Jung Min no me dejará ir. 

—A ver dime… ¿cómo es ella? —se cruza de brazos. 

—Soo Eh es una niñita malcriada, que piensa que porque tiene dinero puede hacer lo que se le venga en gana, usar el nombre de su padre a su mero antojo y pisotear a las personas que cree inferiores a ella. Nunca entenderá lo que es sufrir por dinero, de niña tenía los juguetes que quería. No los cuidaba y bastaba solo un leve lloriqueo para que su padre le repusiera su juguete y comprara unos cuantos más. Soo Eh nació en una cuna de oro y apuesto que viene sólo a la universidad para matar el tiempo. —digo y mi respiración es acelerada. —Total, es la única heredera del señor Park. 

—¿Y te has puesto a pensar si Soo Eh es realmente lo que quiere? —pregunta mordazmente, por un breve instante sus palabras me han descolocado, pero me repongo rápido. No pienso perder esta discusión. 

—A Soo Eh le gusta esa vida y no hay que ver muy lejos para darse cuenta. —respondo y creo ganar, pero Jung Min esboza una sonrisa.

—No hay que ver muy lejos, para darse cuenta que eres un mocoso pretencioso. 

—¡No soy un mocoso! grito, estoy cansado de su intento por menospreciarme. Quiero golpearlo, pero en cambio me doy la vuelta y me dirijo a mi salón. 

Camino al salón intento calmare, pero estoy furioso y en cualquier momento estallaré. Odio a Soo Eh, odio que haya regresado y que de un momento a otro, pusiera mi vida de cabeza, por segunda vez. 

—Llega tarde señor Kim. — comenta el profesor Mo cuando entro al salón y paso frente a su escritorio. —Qué falta de compromiso con sus compañeros y conmigo. 

—Y usted que falta de ética, pues prefirió hacerle caso al maldito comité lleno personas corruptas, que aceptar mi propuesta para el concurso. —me detengo frente a toda la clase y suelto aquellas palabras. Comienza los cuchicheos. —¿O me lo va negar? —se ha quedado sin palabras y yo siento que pronto me quedaré sin agallas, así que aprovecharé las que aún me restan. —El proyecto de JaeJoong ganó representar a la universidad, porque fue el único que se presentó. La noticia, tachaba a los estudiantes por su falta de interés ante las oportunidades y engrandecía el carácter "innovador" del único estudiante Interesado por su futuro. A ver. —me dirigí a mis compañeros. —¿Cuántos de ustedes fueron rechazados antes de que su proyecto fuera revisado por alguno de los organizadores del concurso? —al principio nadie reaccionó, hasta que una chica tímidamente levanto su mano, después le siguieron dos personas más. 

Al final, eran 7, incluyéndome, los que fuimos rechazados sin que leyeran nuestro proyecto.

—¿Qué pretendes con esto? —le voy a responder, pero él habla primero: —No quiero oírte decir una palabra más. Retírate del salón. —obedezco y me dirijo a la puerta, con la poca dignidad que me queda. —Por cierto…—menciona, me giro para encararlo. —Pediré tu expulsión inmediata de la Universidad. Abro la boca sorprendido, él no puede hacer eso, ¿o sí? —Yo no tengo la suficiente autoridad, pero como buen "corrupto" se ha quien dirigirme para lograr que te echen. —amenaza y yo sonrió. 

—Espero ansioso su proceder. —me mofo y salgo del salón azotando la puerta.

Yo y mi maldita boca, ¿por qué siempre que me enojo, hablo de más?

Nuestro Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora