Capítulo 20: Peligro

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—¡Kim Hyun Joong! —escuché, pero no quise abrir mis ojos, estaba muy cansado, así que me giré y choqué contra una suave y voluminosa almohada. Me acomodé, pero la luz me lastimaba y un hedor comenzaba a causarme náuseas. —¡Kim Hyun Joong! —volvía a escuchar, la voz de mi madre se ha engrosado. De pronto escuchó el sonido de una cámara y la risa de alguien, de inmediato me pongo de pie, con mis ojos aún cerrados.

—Ja,ja,ja…A Soo Eh le va a encartar ésta foto. —escuchó a alguien decir y abro mis ojos y los tallo, me doy cuenta que Jung Min está parado frente a mí, sólo unos cuantos barrotes nos separan. 

Entonces recuerdo donde estoy y descubro que la suave y voluminosa almohada es la panza de un señor calvo y maloliente. Me entran escalofríos. Escucho de nuevo la risa de Jung Min.

—¡Cállate! —ordeno, pero él sigue riendo y vuelve a sacarme una foto, me acerco con la intensión de golpearlo, pero los barrotes me lo impiden. —¡Ven aquí, cobarde! —alego furioso cuando él se limita a dar un paso hacia atrás y alejarse de mí.

—Señor Park. —habla un oficial. —¿Está seguro que desea levantar los cargos contra el acusado? Se ve que es una persona peligrosa. —comenta mientras estiro mi mano a través de los barrotes, para poder alcanzar el cuello de Jung Min, a sabiendas que es totalmente inútil.

—Absolutamente. —responde y me mira fijamente, yo aún no desisto de mi intento de estrangularlo. 

—¿Su esposa estará de acuerdo? —le pregunta el oficial y lo veo sonreír. 

—Soo Eh está de acuerdo. —responde y me paralizo. ¿Ha dicho que Soo Eh es su esposa? 

No puedo con aquella revelación, no entiendo el afán de Soo Eh de quererse casar con JaeJoong, sí ella ya juega a la familia feliz con Jung Min.

Siento como el oficial toma mi brazo y me saca de mala gana de la celda. Me toca hacer el papeleo y esperar que me devuelvan mis pertenencias. Durante todo el proceso de mi liberación (eso suena muy exagerado XD) no vuelvo a ver a Jung Min.

Al salir de la estación de policía doy un profundo suspiro. Son cerca de las 10 am y no tengo ánimo de ir a la Universidad. 

—Toma. —dice Jung Min interrumpiendo mi camino y tendiéndome una bolsa color café. La tomo y la abro. Es comida.

—No tengo hambre. —se la devuelvo, pero mi estómago me delata. Termino por aceptar la bolsa. —Dile a Soo Eh que me vengaré de ella.

—Lo sé. —se ríe. —Ella te estará esperando… y con muchas sorpresas. —me advierte. 

—No le tengo miedo. 

—Deberías… Soo Eh está muy molesta por…

—¿Soo Eh molesta? Patrañas, yo fui quien pasó la noche tras las rejas, tan sólo por cantarle una que otra verdad a la niñita esa. 

—No,no,no… lo único que dijiste fueron supuestos tuyos. Mo-co-so, tú no tienes ni la más remota idea de cómo es Soo Eh, además…

—¡Claro que sí! —lo interrumpo. —La conozco mucho mejor que todos ustedes. Estoy cansado que todos quieran ver en “Pato” a la jovencita buena y amable, pero es una mala persona como su madre. Pobre del señor Park que tiene que soportar a familiares de ese tipo.

—¿El señor Park buena persona? Ja, ja, ja, ja… No me hagas reír, mocoso. La única persona que vale la pena en esa familia es Soo Eh, la bruja mayor sólo piensa en ella y para el señor Park no hay nada más importante que su trabajo. —afirma y me quita la bolsa. —No vale la pena invitarte un desayuno, pensé que eras diferente, pero ya veo que eres uno más de los perritos falderos de Park Seung Yi. Al igual que el imbécil de JaeJoong y su padre. Pensé que contigo Soo Eh iba a estar bien, pero como me equivoqué. —dice, para luego marcharse.

Nuestro Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora