Capítulo 10: Pelea

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Todo parecer correr a un ritmo justo, ahora no siento ansiedad ni nada parecido. Estoy calmado y tengo una nueva meta en mi vida, aprovechar mi último semestre al máximo. Hoy en la mañana he ido a dejar solicitudes de empleo en varias constructoras. Mínimo en dos, me han dado una respuesta positiva y la próxima semana me entrevistaré con los directivos. Dentro de un año, Ok Ryun y yo tendremos la boda perfecta. 

Veo mi reloj y me doy cuenta que faltan diez minutos para que mi clase con la profesora Lee comience. Ahora ya no siento preocupación de tener a Soo Eh cerca de mí y verla llegar me es indiferente. 

Cuando entra al salón y se sienta a lado mío, no me molesta. 

—Buenos Días, jóvenes. —saluda la profesora Lee y todos nos levantamos para hacer una reverencia. —Sentados. —anuncia y comienza a sacar sus cosas. 

El salón está en silencio. 

—Profesora. —mi compañera levanta la mano. Nuestra profesora está de espaladas, anotando una serie de puntos. 

—¿Qué sucede, Park? 
—Quisiera saber, ¿qué posibilidad hay de que me cambie de compañero? —comenta y todos comienzan a cuchichear. Su pregunta no sólo ha descolocado a la profesora Lee, sino a mí también. 

—¿Qué ha dicho, señorita Park? —pregunta la profesora. 

—He dicho; claro, de manera sutil; que no deseo seguir siendo la compañera de él. —me señala y me mira despectivamente. 

—Señor Kim, ¿ha sucedido algo para que su compañera no desee seguir en su equipo?

—Sí. —digo de la manera más natural. —Se ha vuelto loca. —comento y todos mis compañeros se ríen. 

—¡¿Yo?! ¡¿Loca? —comienza a gritar y se pone roja. 

—Vamos, mírate estás gritando y pides que te cambie de compañero sin ningún argumento, sólo por capricho. 

—¡Claro que no!

—¡Claro que sí! Siempre has sido así, sí algo no va contigo lo rompes, lo desechas y te olvidas de él —comento y siento todas las miradas puestas en nosotros. 

—Tú qué sabes, ni siquiera nos hemos tratado lo suficiente pa…

—¡Basta! —ordena la profesora. Tanto Soo Eh como yo nos hemos quedado con las palabras atoradas. —No voy a permitir ese tipo de espectáculos en mi clase. Les voy a pedir de la manera más atenta que ambos abandonen el salón. 

—¡¿Qué?! —preguntamos al unísono y la profesora Lee termina con su último cacho de paciencia. 

—Lo que han escuchado. —comenta, todos dos miran y comienzan a murmurar. Soo Eh iba a repelar. —Ni una sola palabra, señorita Park. He tenido demasiadas consideraciones con usted, así que no está en postura alguna para reclamar o pedir algo. —en ese momento, la profesora Lee es mi heroína. Aunque lo intento, no puedo evitar mofarme de como regañaron a Soo Eh. —Y usted señor Kim… —rayos, pensé que estaba fuera de su furia. —No entiendo que hace en este curso. A simple vista se nota su apatía hacia esta clase, aunque no puedo negar que su desempeño es excelente. Pero debe aprender que no por muy buen rendimiento que tenga en alguna situación, no será del todo productiva y satisfactoria, debe ser más humilde. Debe de hacer las cosas por pasión y no por compromiso. Dígame, ¿qué lo motivo a tomar una clase no es de su agrado? 

—Los créditos. —soy honesto con mi respuesta. —Es mi último semestre y necesitaba una materia con 10 créditos para terminar en orden. —por la cara de mi profesora, presiento que mi respuesta no le ha agrado en lo más mínimo. 

Nuestro Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora