Arc_1 (Registro 02)

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Registro 02:

Tras haber caído dormido la noche anterior, fue despertado bruscamente por el sonido de la puerta siendo golpeada, uno de los guardias lo hizo a propósito para que se levantara. «¿No puedo siquiera dormir bien?» pensaba, molesto, se levantó de la cama, se estiró e hizo su rutina de entrenamiento para no perder el progreso que tenía, no quería perder su tiempo invertido. Realizó dos horas de ejercicios continuos, su resistencia y fuerza habían aumentado bastante, paró y tomó un descanso, estaba completamente sudado. Minutos después, llegó el general llamado Lugo, al haber llegado a la celda, los guardias que estaban a ambos lados de la misma le hicieron un respectivo saludo, luego le dirigió la palabra a Makoto.

—Es tiempo de que respondas nuestras preguntas –Abrió la puerta, los guardias que estaban allí le apuntaron rápidamente con sus armas.

Las armas no eran comunes, las que sostenían estos guardias eran capaces de disparar proyectiles de Trastonita, eran lo suficientemente potentes como para herir a las criaturas, pero no matarlas.

–No intentes nada si no quieres una bala en tu cráneo. –Dijo uno de los guardias, Makoto lentamente alzó las manos, no le convenía meterse en problemas.

Luego de haber levantado las manos, el guardia lo esposó, eran esposas que le dejaban muy poca movilidad en las manos, estaría de más decir estaban hechas de trastonita, empujó el cañón del arma contra la espalda de Makoto, haciendo que se moviera, comenzaron a caminar hasta afuera de la celda donde estaba el general Lugo esperándole. antes de que Makoto llegara allí el general giró hacia la derecha y ambos caminaron por un pasillo largo, pasaron al lado de varias celdas donde Makoto pudo ver que la mayoría de los reclusos tenían problemas mentales, veía algunos golpeándose la cabeza contra la pared, otros comenzaban a gritar de la nada e incluso uno de los reclusos había podido conseguir una navaja y se cortó el cuello delante de Makoto, los guardias ni el general le miraron, solo Makoto vio aquella escena. Salieron de la prisión hacia la zona exterior, se podían notar Reapers corriendo de aquí para allá, había un pelotón recibiendo órdenes, estaban armados así que se podría decir que iban a luchar contra algo, tal vez alguna de esas criaturas del bosque, Makoto siguió su camino junto a los guardias y al general.

«Es increíble todo esto» pensaba, las miradas de los demás soldados se le clavaban como agujas en el cuerpo, quería llegar rápido a su destino, no le gustaba que le observasen como si fuese un criminal, caminaron un rato más y llegaron al otro lado de la base, había un edificio bastante grande. Makoto miró hacia arriba, los muros eran altos como los árboles del bosque, podían admirarse Reapers encima de ellos haciendo guardia, admiró los muros hasta que uno de los guardias le empujó con el cañón del arma nuevamente para que entrara, le empezaba a molestar eso. El interior del edificio estaba bien cuidado, paredes azul marino y piso blanco con patrones de cuadros con delineado negro, caminaron, cruzaron a la derecha y tardaron un rato hasta llegar a una habitación algo grande, solo había una mesa y un par de sillas, todos entraron a la habitación. Una de las paredes era falsa, era un espejo de una sola vía, detrás de él se encontraba el alto mando de los Reapers, preparados para escuchar toda la conversación.

— ¿Tu nombre? —Fue la primera pregunta del general, sacó un bolígrafo.

—Makoto... Hoshida Makoto —Le respondió tras unos segundos, algo extrañado, esperaba una pregunta más compleja.

— ¿Edad? —Lo miró con su bolígrafo apoyado en una hoja.

—Diecisiete —Únicamente el sonido del bolígrafo trazando en la hoja se oyó en la sala durante unos segundos.


—Dime, Makoto, ¿cómo conseguiste ese poder que tienes? —Le preguntó el general, directo al grano.

— ¿Poder? Ah —Entendió a qué se refería tras una rápida ráfaga de pensamiento—. Para ser honesto, no lo sé. Solo recuerdo que estaba cayendo con una especie de «baba» pegada a mi cuerpo y se despertó justo antes de caer, me salvó de la muerte. –Explicó él.

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