Estando en medio del aire podían ver el mar de nubes iluminado por el sol de la mañana y alguna que otra isla a lo lejos, el ánimo en las naves no era el mejor a pesar de todo.
—Y bien, Rex... ¿Me puedes decir qué pasó allá exactamente? En la llamada de emergencia no explicaron de la mejor manera posible —Preguntó Lugo, los dos estaban en una sala de mando reunidos, se encontraban sentados mirándose el uno al otro desde los dos lados del escritorio que les separaba.
Los recuerdos de Rex volverían, haciendo que este apretara los lentes mientras recordaba lo fea que fue la situación, pero se controló y comenzó a hablar.
—Estábamos haciendo una misión que se nos encargó, nada del otro mundo, todo fue viento en popa hasta que algo con forma de humano salió de la sala de mando de la base, y ahí acabó todo en un instante. Parecía que se vuelve invisible, pero deja un rastro de polvo, así que solo es endemoniadamente rápido, tanto que no le tomó ni un minuto acabar con todos los que conformaban el grupo de corto alcance, solamente salimos con vida porque esa cosa lo quiso.
—Parece que será difícil, pero... de seguro podremos crearle una abertura, tengo un as bajo la manga.
Rex levantó una ceja ante tal declaración, no preguntaría nada, solo esperaría que el momento llegue y se llevaría la sorpresa.
—Pasando a otro tema... ¿Cuánto tiempo pasó desde nuestra última misión juntos? Creo que fueron tres años –Añadió Rex para dar algo de conversación en el viaje de ida, todavía faltaba un largo trecho hasta llegar allí, incluso a Mach dos.
—Tres años y un mes, luego nos separaron por diferentes caminos. Ahora aquí estamos; un capitán y yo un general capitán, qué bien, ¿no?
—En una misión casi suicida por si fuera poco, pero algo haremos, éramos invencibles en los viejos tiempos cuando estábamos juntos y debería ser lo mismo ahora.
—Supongo que así será —El general soltó una pequeña risa.
Esos dos continuaron hablando por un largo rato, contando anécdotas y recordando sus tiempos de oro como soldados rasos, un pasado de grandes compañeros de armas. Pasaron varias horas de vuelo hasta que llegaron al borde de la isla, estos dos salieron de la habitación y se colocaron frente a todos los soldados, conectó los sistemas de comunicación de las tres aeronaves que transportaban a los soldados y comenzó a dar los detalles de la operación.
—No quiero alarmarlos, pero... esta misión será difícil, un infierno para todos. ¡Aún así estoy seguro de que lograremos arrasar con cualquier enemigo que se nos enfrente, solo hay que mantenerse fuertes! ¡Somos The Reapers y nada nos detiene! –Añadió el general, no acostumbraba a decir esa clase de cosas, pero era necesaria para posiblemente animar un poco a los soldados, dando más probabilidades de éxito, los soldados levantaron sus manos y gritaron.
El tiempo pasaba y se acercaban cada vez más a aquella base, estando cerca de allí las compuertas de carga se abrieron y dieron paso a la luz, dejando plasmada en sus retinas la escena de la gran base a la que asaltarían dentro de poco, era la más grande que había en el mundo.
–Estén listos, saltaremos dentro de poco y la operación comenzará.
Los Reapers hicieron caso a la orden y alistaron su equipo de propulsión para el salto que darían, nada de lo que vendrá será bueno, las naves descendieron su velocidad drásticamente.
El viento que entraba por la compuerta de carga completamente abierta movía el cabello y los uniformes de todos, el aire era frío y la metrópoli parcialmente destruida junto con una enorme base en el centro era el paisaje que podían ver hasta donde alcanzaba la vista, era una de las ciudades más grandes entre lo que quedaba del mundo.
YOU ARE READING
2538
ActionLa humanidad se vio obligada a resguardarse en la seguridad de una islas flotantes creadas artificialmente para mantenerse a salvo de unas criaturas de inmenso tamaño que invadieron la tierra, como método de defensa formaron una fuerza militar espe...