Trece. Lo siento, Adiós

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Dalit.

Al llegar a la azotea, pude sentir tranquilidad, pero estaba fuera de sí, por lo que había sucedido esta tarde, saqué de mí chaqueta mi anillo de compromiso y me lo puse.

-No debí quitármelo. - Susurre.

Pensaba que con un anillo en el dedo podía evitar algunas cosas, una de ellas mis padres, pero también las mujeres, no debí quitármelo, sé que ella volverá confió ciegamente en eso, o eso es lo que me quiero creer, parezco solo una persona obsesionada con una exnovia que aún no la supera y eso era lo que era... estaba frustrado y cada que vez que tenía este tipo de pensamientos ella entraba por esa puerta y me consolaba, pero eso ya no pasara, ya no más.

Es en ese momento escucho como la puerta de la terraza se abre, no quería alzar la cabeza para ver la persona que había entrado porque sabía que no era aquella persona que tanto deseaba ver... pero esa voz hizo que sus pensamientos negativos desaparecieran.

Por obvias razones cuando vi a Elisa, sentí que algo no andaba bien, su mirada inquieta, su preocupación y la manera en la que actuaba, entonces ella tomo de su muñeca y lo abrazo, claro que no me negué a tal acto, al contrario, me sentí de alguna manera protegido, a tal punto de que necesitaba sacar mi sufrimiento

El sentimiento de ser abrazado de nuevo era agradable, se sentía tan cálida, podía relajarme, sin más en que pensar, solo podía concentrarme en su calor que ella irradiaba, su voz susurro una vez más en mi oído, esto logro que mi corazón latiera como loco. Pero esto es extraño, como podía pensar de esta forma, hacia una persona tan perfecta como ella

A pesar de estar en esta situación, el significado de porque ella es así, la manera en la que me mira en ocasiones es indescriptible, y posiblemente con todo lo que sabe de mi tal vez sienta un poco de lastima, pero creo que así debería ser.

Nos separamos al igual que deje de llorar era un poco vergonzoso frente de ella.

- ¿seguro que estas bien? - escucho su voz preocupada , me limpio las lagrimas , realmente parezco un crio

-si ...solo - dejo las palabras en aire, no sé si pueda contarle esto, pero no soporto guardar esta carga , no creo poder guardarlo

Además la señorita Elisa es amiga de la Ceo , no creo que me crea o no quiero perjudicar nada, mejor me lo guardo, cuando la miro, ella solo hace una mirada seria

-es un mal momento, pero escuche que se iba reunir con la Ceo - me mira - ¿sucedió algo?

-no...- suelto rápido, en eso toma mi brazo con dulzura

- ¿seguro? - me mira con dulzura - la conozco bien, no te propuso algo

- ¡Que! - digo con nervios, lo hizo, pero no sé si escupirlo , pensé que iba hablar de la pintura

Pero todo se volvió bochornoso al momento que me sirvió una copa de vino , su mirada era mas que algo dulce , siento nauseas , cuando escuche de sus labios , que quería algo de intimidad , que rápido borro eso y niego rápido que Elisa solo suspira un poco cansada.

-vamos , te llevare a casa - me toma del brazo , que no me da tiempo de responder , solo siento el silencio con esta mujer

Nunca me pide explicaciones, siempre me escucha, jamás me ha pedido nada, es como si fuera al revés , mientras esta a mi lado escuchando , solo suelto pura estupidez de mi pasado.

En el transcurso del camino, el ambiente era relajante, no podía sentir nada, solo sentía el llanto en el corazón, pero la música que tenia en el fondo , era algo tan suave , cada melodía era mas densa y tranquila.

MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora