Mio

Veintiuno. Evitando mi esperanza

Dalit Settman

Salí de la oficina de Elisa, confundido, no pensaba claro en ese momento, ¿desde cuándo la he visto de esa manera?

Mientras me dirigía al estudio me entraba una culpa, si tenía a Elisa de mi lado, solo la estaría utilizando, no me agrada esa idea.

Aunque si está fuera una oportunidad para avanzar la tomaría, aunque realmente no lo merezco del todo, ella es todo lo opuesto a mí, pero si no le gustará ella no habría iniciado esto tampoco y me hubiera rechazado claro está.

Me siento tan confundido, no logro captar lo que ha pasado, solo pienso "Lo hecho, hecho está"

Por qué están complicado cuando se trata de mis emociones.

Entre al sanitario y moje mi cara, necesito volver al trabajo.

Apunto de salir, me quedé perplejo al escuchar de Elisa.

—Te digo que si, ella es una doble cara, la he visto como actúa, solo va seduciendo hombres.—

—Estoy segura de que no lo es, ¿Tienes pruebas? Es más porque estás tan al pendiente de su vida, zorra o no no te interesa.—

—¡Sigues con eso! Es lo único interesante que pasa en este lugar, además estoy celosa de ella, tiene al pasante también, ella se lo come con su mirada también lo haz visto! —

—Si, si ... ¡Oh! Es hora, tenemos que irnos, la Ceo hoy no vino, debe estar muy mal de lo que paso—

— si pobre — suspira

Poco a poco sus voces se escuchaban desde lejos.

De nuevo hablaban de ella de mala manera, debe ser frustrante para ella. Será real lo que dicen, pero ella no es así, siempre anda muy ocupada y es amable, excepto lo que pasó ahora.
Porque piensan así de Elisa.

La ceo que le habrá pasado, es cierto no vino hoy, solo suspiro.

Creo debo irme a casa, ya no quiero pensar. Pero me equivoqué mi cabeza lo seguía haciendo.

Me sentía incrédulo, mi corazón parecía explotar que diablos hice, como pude tener intimidad con mi jefa, como caí en esa mirada grisácea, como me atrapé con el simples palabras

Ella no es cualquier persona, sabe mirarme, su confianza, me llena de pensamientos ilógicos, no dude tomarla ahí sin remordimiento, solo lo hice, cuando me tocó sentí una liberación, perdí la poca cordura que contenía hacia ella.

Cuánto tiempo tome para pensar, al llegar a casa, solo me senté en el sofá, parecía cohibido, sentía aún sus labios en mi cuello, su respiración, su aroma amargo, su sonidos intimos.

Me carcome, como pude, no estaba en mis sentidos, esto no es de mi, parece que cree una falsa esperanza.

Trato de olvidar esa sonrisa de lado esos ojos que piden que le diera todo — solo un poco — retumban las palabras de Elisa en mi cabeza, un poco más, eso que significa para ella...

Cómo puede ser tan buena, no le importa que le dé lo poco que me queda, y yo como diablos le dije eso, no está bien, debería cancelar esa cita, debo hacer algo.

Pero siempre cuando estoy con ella pierdo la cabeza, es como si no pudiera manejar mis pensamientos o mi cuerpo, ella ejerce mucho en mi, y eso me tiene un poco asustado. Debí de cometer el mismo error, dar mis sentimientos, darle poder hacia a mi.