Veintidós. Inseguridad incierta

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Dalit Settman

Me rendí, ella no llegaba, pasaban los minutos y cada vez estaba más ansioso, pagué por el café y salí de aquel lugar.

Es hora de ir casa.

Estaba decepcionado, actúe con impulso y empuje a Elisa a mi egoísmo; creer que era la única esperanza, y tendría un significado, podía pensar que estaba aliviado y confundido, podía decirse que ella me hacía dudar, hasta cierto grado de sentirme que la merecía.

Nunca me había sucedido, sin darme cuenta siempre era de dar y sin recibir, pero hubo muchas veces que me decepcionaron, aun así, me decía a mí mismo "Así está bien" y me seguía ilusionando, y claro me olvidaba de mí mismo, pero Elisa me pone más atención; cosa que no es normal, se fijaba en los pequeños detalles, sonreía por cosas tan pequeñas e insignificantes, pienso que es muy difícil que se enoje, nunca me preguntaba nada, hasta me sentía incómodo de su atención, pero ¿por qué lo hacía?

Odiaba esta parte de mí, este sentimiento de inseguridad y egoísmo que siento, tal vez Elisa vio esa grieta y se arrepintió, presentía eso desde que la empecé a mirar de manera diferente, que, desde el principio, podría decepcionarse, no estaba tan preparado, o talvez no soy suficiente para nadie. Realmente estoy exhausto de todo, mi color y me energía se lo llevaron.

Supongo que no merezco la felicidad, lo sé tanto drama solo porque ella no vino a la cita, vaya que tonto, tal vez sea mi castigo por no seguir el camino que mis padres escogieron, no puedo evitar culparlos; nunca fueron de esas personas que apoyan cosas tan insignificantes, estaba tan presionado para que entrara a una buena universidad, una vida exitosa, y es los normal un buen futuro para su hijo, pero creo que al final nunca entenderé su verdadera intención.

Un hombre con un buen trabajo, una chica que me ame sobre todas las cosas, imaginar una familia y todo eso, es inalcanzable, parece que hay algo que me lo impide.

Al llegar a casa me desplome en el sillón, mire aquel lienzo tapado con una sábana, cerré mis ojos lentamente...

—Dalit. — dijo una voz

Todo a mi alrededor todo está oscuro, y sigo escuchando una voz.

—Hey Dalit

Que extraño reconozco esa voz, el escenario cambia, y de pronto parece que estoy en un gran edificio, la silueta de una mujer se desvanece ante mi, el edificio empieza a temblar, volteo hacia atrás un gran ventanal se rompe  y empiezo a caer del edificio.

De pronto me despierto de golpe, mi teléfono vibró, eso me asusto, saque el teléfono del pantalón y mire la hora las 9:06, conteste la llamada.

—Buenas noches madre. — suspiro

— Hijo — Ese tono de nuevo. — ¿Te llame en un mal momento?

— No, está bien.

— Bueno solo quería decirte que vengas este viernes a casa, tu padre quiere hablar contigo — me quedo frío, ahora no tengo ganas de ir, ni dar explicaciones que no tengo ni yo mismo.

— Está bien iré.

Dejé el teléfono de lado, puse mis manos sobre mi cara, esto va de mal a peor, ellos traman algo.

🌌Viernes 4 días después 🌌

Llegue muy temprano necesitaba hablar con ella y aclarar todo, no necesitaba evitarla todo el tiempo, ya era hora de ponerle fin a mis preocupaciones, estaba tan concentrado en mis pensamientos, que en ese momento choque con alguien, veo como los papeles flotan en el aire y caen al suelo, reaccionó rápido y los empiezo a recoger.

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