Seis. Lo dije sin pensar

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Dalit Settman

Era confuso desde ese día ahora ella estaba más presente en mis recuerdos, a pesar que ya no quería acordarme de ella, yo mismo me traiciono, seguía rebobinando en mi mente, yo solo quería dejarla ir ¿Es mucho pedir eso? Ella ya no es la misma de antes, en poco tiempo ya era otra persona a la cual desconocía.

Me levante de la cama, cansado por no dormir bien por lo de ayer, a pesar de tomar algo para poder reconciliar el sueño no hizo efecto, me lave la cara y me miro al espejo, y me quedo pensando un largo tiempo.

Salí de casa y me dirigí al museo, al llegar veo a la señorita Miller esperando en la entrada un poco nerviosa, la saludo y me lleva a la recepción me entregan un gafete con mi nombre para que me identifiquen, luego me lleva a una sala de visita.

 – Bueno Señor Settman, la directora está a punto de llegar, ella te pondrá a prueba, para el resto de la semana tendrás que hacer un boceto, ella te dirá los detalles por el momento hay que esperarla. – es interrumpida por una mujer que esta atrás de ella con su tos y se da la vuelta. -Señorita Elisa. –

 por el modo en que se dirige hacia ella, asumí que ella era la directora, me pare de golpe, ella cierra la puerta y se dirige hacia nosotros, la señorita Miller me presenta, estaba nervioso, la directora se presenta como Elisa Kennedy, por alguna razón ante mis ojos se parecía familiar, pero no creo a ver visto esta persona o talvez cuando vagaba por la calle. Estrecho mi mano hacia ella, y ella se pierde observando nuestras manos, no dije nada.

...

Fue un largo día estaba cansado, tal vez sea un comienzo duro, pero tendré que aguantarlo, es bueno provechar una buena oportunidad, en ese momento me acorde de mi padre, siempre me aconsejo y estaba agradecido de que me haya enseñado correctamente con el aprendí, que si no estoy haciendo lo que realmente quiero, tenlo como hobbit tarde o temprano te darás cuenta que no es para ti, aun así en la vida tendrás que utilizar ese don pero no como un trabajo. – Sonreí. - así era mi padre, de alguna manera imaginé que el solo pensaba en sí mismo, pero estaba equivocado.

Me encontraba en la azotea de la empresa era agradable sentir la brisa soplando por mí cara, un poco frio, pero agradable realmente, si me conocen realmente bien era porque soy una persona que le gusta mirar alrededor claro que, a través de los paisajes, entre las personas solo ella... lo cual sabía perfectamente que rara vez dibujaba, y como me había dicho mi padre, lo hice como hobbit, cuando tenía tiempo me dedicaba a dibujar para ella, era más como mi moza, me convenció de tener una cuanta en "Street artist" para subir mis pinturas y al final lo hice, creo que debería borrarlo, en los últimos meses subí algunas pero era para llamar su atención, en el que falle.

Me senté en una banca y cerré mis ojos, mi tranquilidad se esfumo, ya que mi teléfono empezó a sonar, de un número desconocido. 

- ¿Quién habla? – no responde -Es una broma ¿no? Bueno voy a colgar. – en ese momento deja salir su voz.

 -Soy... Ainara. – dijo nerviosa. Me sentía raro, escuchar su voz no era igual en aquellos tiempos, No sé qué decir esto ya no es cómodo, así que solo la deje hablar. -Entiendo, la razón por la que te hablo es porque quiero solucionar esto, ¿Podemos vernos? – Quede atónito, lo correcto era rechazarla, sabia las consecuencias que pasaría si la vuelvo a ver, pero como perro volviendo con su dueño acepte. 

-Te mando por mensaje la dirección te veo mañana... Dalit, te estaré esperando. – dijo con emoción, para después colgar.

Claro me arrepentiré después, pero sentía tanta presión en el pecho, de estos 4 meses la extrañaba, quería volver estar a su lado, aunque sabía que eso ya era imposible.

-En que estoy pensando. – sacudí mi cabello, debo estar loco por volver a verla, en ese ínstate me llega el mensaje de Ainara sobre la dirección. Me quede frustrado ya no sé qué era lo correcto, y o mismo me contradecía la extrañaba y al mismo tiempo solo quería olvidarla eso no tiene sentido, solo yo me complicaba, si no iba a esa reunión, nada cambiara, ni que ella volviera a mi era poco probable, estaba cavando mi propia tumba.

Lo pensé por un tiempo y decidí no ir, le mande un audio por el chay diciendo que no iba a poder ir por mi empleo, aunque solo era una excusa, lo correcto es no verla, después de intentar mandar el audio fue imposible ya que tartamudeaba, o decía tonterías, deje de lado mi teléfono y solo e quede viendo la vista.

- ¿Sucede algo?, pienso que viene en el momento equivocado. – voltee hacia atrás.

-Señorita Kennedy, lo siento ya me iba, no se preocupe por mi presencia, lo siento- dije

-No debe disculparse, no hizo nada malo o ¿sí?

Me quede callado, creo que lo había hecho quedarme en ver con mi ex, en la cual esta comprometida eso es malo. Elisa se sienta a un costado mío y mira fijamente los edificios, tenia una mirada triste, esta persona se me hacia diferente a la que conocí hace ya un rato, en ella puede ver cierta determinación, responsabilidad, gentileza, y en si una persona eficaz, pero ahora se veía apagada. 

– Y usted, ¿Se encuentra bien? – esas palabras se salieron de mi boca, ella me volteo un poco sorprendida, pero luego sonrió, claro que una sonrisa falsa.

-Por que no lo estaría, no necesariamente debo demostrarlo en mi cara. – en cierto modo era cierto, pero ante mis ojoso la veía triste, Ainara era así ocultaba cosas y solo me sonreía.

-Demostrar si estas feliz o triste, a nadie le importaría, claro si esa persona te ve como una persona especial, si hay algo con el que debes desahogarte dilo o grítalo el silencio mata si solo te lo guardas a ti mismo, si es algo con lo que tengas que lidiar para no herir a otra persona dile ante que sea tarde, porque tarde o temprano te traicionaran. – lo dije sin pensar, volteo hacia ella y me disculpo.

-Entonces, quieres desahogarte conmigo, por la manera en cómo lo has dicho parece que alguien te hizo daño. –

- Bueno en cierto modo, soy yo la mala persona, hay una persona que, para mí era bastante particular, pero al final me dejo por alguien, me acaba de llamar, pero sabe señorita Kennedy, cree que es correcto vernos a pesar de una relación rota de hace unos meses pienso que yo solo me hago daño por volver a verla, es melancólico ahora que lo pienso. –

-Ya veo, no puedo ser de gran ayuda, pero... - paro un momento e hizo una pequeña mueca, y cambio de expresión para continuar. – No pienso que seas una mala persona, si quieres verla solo ve y enfréntala, en la vida hay decisiones malas y buenas, tal vez tu tomes una de ellas y no te arrepientas...bueno, y solo te lo digo para que no te distraigas en el trabajo. – dijo por ultimo.

...

Al final decide escuchar a Elisa y al salir del trabajo, un poco emocionado, era hora de dejarlo en el pasado, entre a ese lugar y la vi sentada leyendo un libro, ella noto mi presencia, cerro su libro y me sonrío, fui hacia ella y me senté enfrente.

 -Buenos días, Dalit ordene un café para ti. – solo asentí. -Bueno quieres que vaya al punto ¿Verdad? – en ese momento traen una taza con agua para el café, y un Makaccino, ella reaccionó rápido y preparo el café. -Aquí tienes...- dijo acercando la taza.

-Gracias... pero no tenías que hacerlo. – le di un sorbo, y cerré mis ojos un momento, alguna vez te han dicho que cuando otra persona te prepara el café o alguna bebida sabe mejor, pues para mí era cierto, pero solo ella podía prepararlo como me gustaba, era agradable en ese tiempo, pero ahora, lo estaba tomando después de un largo tiempo.

-Yo... me fui con Félix porque estaba embarazada. – Me atragante con el café.

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