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La noticia del fallecimiento de la princesa se esparció a una velocidad increíble por el reino. Al no haber salido nunca del castillo y no conocerla como era debido, la pena no fue tan grande, pero generó muchas incertidumbres, pues la joven que se había preparado desde tan pequeña para ser la siguiente reina no estaba más con ellos. Se hacían muchas suposiciones sobre quién sería la siguiente prometida del joven príncipe, algunos esperaban que se hiciera alguna alianza con un reino cercano, otros lanzaban nombres de algunas hijas de marqueses o hasta condes, pues el único duque solamente tenía un hijo varón, hijo del cual también se estaba hablando mucho. Otra de las posibles candidatas era la hermana menor de la antigua princesa, pero casi a la par de la noticia del fallecimiento de la joven, se anunció la fiesta de celebración de su compromiso con Mitoku Jiro, generando mucha controversia. ¿Había sido una decisión premeditada del duque? ¿Ambos jóvenes se habían enamorado realmente? ¿Pediría el príncipe la anulación del compromiso? ¿Había dado su autorización el rey? Nadie sabía nada, las dos noticias cayeron como dos bombas a la par y todos estaban esperando ver cómo se resolvía tan curiosa situación.

Las exequias fueron multitudinarias, más por el cuchicheo que por el sentimiento hacia la princesa. La familia del gran duque hizo una aparición completa por primera vez desde hace quince años cuando se presentó al primogénito de Kyotoku Jiro. Sólo que ésta vez un pelirrojo se sumó a sus líneas, del que nadie había escuchado antes y que suponían sería el nuevo secretario o acompañante del futuro duque, así como el actual tenía siempre al castaño cerca. En cuanto a los príncipes, sólo se mostraron los dos primeros y su hermana, el tercero quedó nuevamente entre las sombras. Lo único que pudieron confirmar de las ceremonias públicas, fue que el príncipe heredero estaba realmente sentido, al igual que la familia Yaoyorozu. Éstos últimos, además, debían abandonar el palacio, pues el rey no tenía más excusas para retenerlos y el duque había hecho una invitación formal a su palacio ante la unión inminente de sus dos hijos.

El segundo príncipe desapareció antes del entierro, dando pie a otra ola de rumores en cuestión de segundos. Rumores que decían que el peliblanco habría estado enamorado de su cuñada. Cosa que no fue tan escandalosa como el hecho de que el príncipe heredero podría tener una amante, pues se había logrado ver a una rubia interactuando con él entre las ceremonias, e incluso ahora que se terminaba de sepultar a la princesa, se lograban ver sus curiosos moños dorados debajo de una capa negra unos cuantos pasos detrás del joven.

El pelivioleta vio a la morena partir mientras se cubría el ataúd de su hermana. Instintivamente la siguió tratando de confortarla, porque, aunque no tuviera algún interés romántico, quería que pudieran formar una buena amistad. Cuando logró alcanzarla en uno de los jardines no supo qué hacer o qué decir, pues había olvidado que hasta ahora la joven creía que su prometido era otro. Pensó en retirarse, pero fue muy tarde, pues la joven ya lo había visto.

–Lamento interrumpir, sólo me pareció peligroso que se separara de su familia en un momento como éste y con tantas personas alrededor. –Se excusó rápidamente.

–¿El joven Mitoku lo envió? –Asintió. –Gracias, es muy considerado.

–Puede que no la conozca mucho, pero quedan muchos años adelante en los que estarán juntos, me parece correcto estar preocupado y brindar protección a alguien de tal importancia. –La joven esbozó una sonrisa triste.

–Agradezco que no le comentara nada al joven sobre nuestro primer encuentro. –El pelivioleta se sintió culpable, sabía que se sentiría incómoda cuando supiera la verdad.

–Aunque lo supiera, le puedo asegurar que no haría ninguna diferencia, él es comprensivo y sus motivos para acercarse a él, eran nobles después de todo. Lamento mucho que no pudiera ayudar o siquiera ver a su hermana una última vez. –La joven se cubrió de lágrimas nuevamente y él extendió un pañuelo como acto reflejo.

The Both of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora