El comedor estaba muy animado a esa hora de la mañana. Generalmente comían en silencio y lamentando no estar envueltos entre sus sábanas, pero ese día, al igual que el anterior, era uno especial. Para todos menos para él, que tenía el cuerpo molido. Lograba escuchar su nombre entre algunos de los rumores del comedor, se lamentaba mucho por aquellos que estaban apostando por él, pues dadas las condiciones, no esperaba dar un buen espectáculo. Cosa que también lo preocupaba, pues para su mala suerte, todos los que habían pasado a la última etapa eran conocidos. Del año del pecoso estaban los dos Jiro y el delegado y de su grupo, su actual novio, cara plana y...
–¡Hey Kacchan! ¿Con quién te gustaría enfrentarte primero? –Denki golpeó despreocupadamente su espalda, escuchando un gruñido extraño por parte de su amigo.
–¡¿Por qué carajos me golpeas inútil?! –Lo agarró del cuello del uniforme y levantó el puño para golpearlo, pero sintió un dolor muy fuerte en su hombro. Sin duda sería un día muy largo y tedioso, pues ese era el brazo con el que sostenía el florete.
–¿Estás... estás bien Bakugo? –Su amigo había notado claramente la mueca de dolor en su rostro, cosa muy anormal en el rubio explosivo.
–¿Qué sucede? ¿Dormiste mal? –Sero se acercó por detrás haciéndole masajes mientras tenía todo su sistema en alerta para cuando el rubio reaccionara violentamente. Cosa que de nuevo no pasó, aun así, se detuvo al ver que cerraba el puño con fuerza. ¿Acaso estaba sintiendo dolor? –Oye ya, en serio, ¿qué pasa Bakugo?
–¡Vean esto! El desayuno de hoy es delicioso, hasta nos dejarán llevar dos frutas para la merienda. –El pelirrojo se detuvo al ver los rostros de sus tres amigos. –¿Todo bien?
–Con nosotros sí, es Bakugo el que está un poco raro. –Denki daba piquetes en una de sus mejillas esperando a ver la expresión demoniaca que normalmente cargaría su amigo, pero sólo lo veía entre adolorido y angustiado.
–Oh. –Kaminari y Sero voltearon el rostro hacia el pelirrojo. ¿Habían escuchado bien? ¿Es que acaso no le importaba? Intercambiaron miradas entre los dos. ¿Acaso habían discutido? Pero en ese caso Katsuki no tendría por qué estar tan mal.
–Dejen de mover así la cabeza maldita sea, es obvio lo que están pensando. Tráguense de una buena vez el desayuno y déjenme en paz. –El vozarrón de Bakugo estaba apagado, pero no por eso era menos intimidante.
–Somos amigos, y como buenos amigos, es nuestro deber estar preocupados. –Sero asentía al otro costado del rubio.
–No hay nada de qué preocuparse, no soy... -Se escuchó un grito fuerte de una de las mesas del otro extremo del comedor.
–¡Lo siento Midoriya! ¡¿Estás bien?! –Denki se levantó curioso al ver cómo el peliverde recogía los cubiertos que habían caído de su charola con una expresión de dolor parecida a la de su amigo. Se distrajo momentáneamente al ver reír tan despreocupadamente al pelivioleta, pero tuvo que apartar la vista de inmediato cuando éste lo descubrió observándolo y le dedicó una sonrisa. Los últimos días fueron caóticos y no tuvieron tiempo para verse nuevamente, aunque siempre que podía, Mitoku le enviaba una que otra sonrisa y a veces hasta algunos guiños que lo motivaban a correr hacia donde se encontraba y darle un buen par de besos.
–Ya te lo he dicho antes Iida, cuando estás nervioso, tus muestras de afecto son dolorosas. –Monoma negaba con la cabeza mientras ayudaba al peliverde a levantarse.
–Pe... pero siempre le doy palmaditas en la espalda con la misma intensidad... -El bicolor los observaba con el mismo gesto de preocupación que también tenían Sero y Kaminari. Éste último se acercó al rubio explosivo, un poco más calmado y con la mente nuevamente concentrada en el problema actual.
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The Both of You
Teen FictionLa Duquesa Jiro dominada por sus temores hace pasar a su única hija como varón. Mitoku Jiro crecerá como un niño sin complicaciones hasta que los cambios empiecen a ser muy notorios. *Los personajes pertenecen a Khei Horikoshi *La portada fue editad...