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Una figura pequeña y visiblemente decaída caminaba por uno de los pasillos principales en camino a la dirección. Las guardias pensaron que era un simple pordiosero o tal vez un abuelo perdido, pues a pesar de no ser común, solía pasar que los viejecillos enloquecieran y anduvieran sin rumbo. No vieron en ningún momento cuando el pequeño dio un salto pasando la muralla de la academia y mucho menos vieron cuando logró entrar a la dirección.

–Ha pasado un buen tiempo Nezu, viejo amigo. –El pequeño casi se atora con el té que acaba de servirse. El día fue muy largo, pues no tuvo tiempo de descansar entre todas las actividades del día e incluso a esas horas de la noche aún no podía irse a dormir sin antes lograr el emparejamiento perfecto para el duelo de esgrima del día siguiente. Lo que menos esperaba en ese momento era recibir más visitas.

–Gran Torino... -Bajó la taza e hizo un gesto con la mano indicando que tomara asiento. –Debo admitir que no esperaba ver tu rostro por aquí. ¿Por fin te cansaste de la vida en palacio? –El viejecillo sonrió y negó con la cabeza.

–Jamás podría cansarme de servir a la princesa, tiene la sonrisa de mi mejor amiga y su dulzura. Me habría gustado que también fuera un poco más tenas como ella.

–Veo que te encariñaste con la pequeña. Entonces me genera aún más dudas el tener tu presencia aquí, sobretodo, después de escuchar de tu retiro hace poco más de una semana.

–Pues sucede querido Nezu, que, aunque uno ya esté agotado, la vida nunca nos deja descansar. La organización que logró reunir el All for One antes de que Nana falleciera, ha progresado mucho. Han buscado muy bien la sangre real, pero desconocen que el don que tanto anhelan no se hereda por genes, sino por ideales. –Suspiró pesadamente. –Logré descubrir la identidad del marqués Shigaraki. –El director ofreció una taza de té a su amigo mientras se sentaba frente a él.

–Por tu mirada, debo suponer que mi predicción fue cierta, ¿no es así? –El mayor asintió.

–Nos descuidamos mucho, todo el esfuerzo que hizo ella para mantener a su familia a salvo fue en vano. No pudo salvar a su hijo menor, quién terminó siendo absorbido por los deseos de poder y gloria de su padre, y tampoco pudo salvar al mayor. Lo encontraron y lo asesinaron, el marqués Shigaraki es su hijo. Debió ser el heredero al trono, si el rey anterior no hubiese sido un malnacido.

–No podemos renegar sobre lo sucedido, el pasado se mantendrá estático en el tiempo sin variar un solo segundo a pesar de todas las lágrimas o sangre que se puedan derramar. –El visitante asintió con pesar y bebió con calma de su té. –Debemos confiar en el futuro, así como lo hizo Toshinori. Ha encontrado un buen sucesor. –El mayor tosió con fuerza tratando de recuperar el aliento.

–¡¿Entregó el don de Nana?! ¡¿Cómo pudo hacerlo sin consultarme?!

–Cálmate, no me lo dijo a mí tampoco. Es tan impulsivo como Nana, y al parecer, tiene la suerte de su lado como ella, también. –Entregó su pañuelo para que su amigo se limpiara los restos de la bebida sobre su ropa. –Su corazonada no fue errónea y si somos objetivos, Toshinori no está en condiciones para enfrentar al príncipe del país vecino.

–Quiero ver al muchacho. –Empujó suavemente la taza con lo que le quedaba de contenido.

–Lo harás, pero dame tiempo. Mañana podrás observarlo mejor, como sabrás tenemos visita, muy interesante. Entre ellos el nieto de Nana. Puedes permanecer encubierto y ayudarme a investigar un par de cosas que me intrigan, sobre todo el tipo de relación que tiene Tenko con su primo, el príncipe heredero. –Regresó la taza de porcelana, incitándolo a terminar el contenido. –Pero primero, debes relajarte y recuperar fuerzas, no fue un viaje corto el que hiciste hasta aquí... Shimura Torino. –El viejecillo no pudo evitar hacer una mueca de dolor al escuchar después de tanto tiempo su verdadero nombre completo.

The Both of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora