29 - Aniki.

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Está vez, ahora otra vez con el azabache caminando con su rostro indeciso, sin un plan o una herramienta clave yendo directo a la boca del lobo.

¿Que debería hacer? Lo único en lo que pensaba era seguir caminando, planeaba hacer algo que probablemente podría definir el resto de sus días, más su estado emocional.

De todas maneras, ya había desaparecido del faz de la tierra durante toda la mañana por lo que debía regresar.

Continuo hasta tener la casa de su hermano mayor frente a sus ojos, acercándose lentamente a la puerta para entrar de una vez.

Ya decidió a hablar con el a toda costa, no sabía cómo, pero lo haría. Cómo escuchaba todos los gritos locos de afuera, sabía que tenía que esperar al menos una hora y así, poder acercarse.

No quería que nadie los interrumpirá, pensó que podría hacerlo en la noche antes de dormir o en algún momento dónde se fuera lejos de los demás.

. . . . . . . . . .

Moler mi cara contra el suelo se convirtió en un pasatiempo para Shinazugawa. Escupí saliva y limpie lo mejor que pude mi rostro empapado, me levanté apoyando uno de los brazos dando una vuelta en el proceso.

Cada entrenamiento terminaba peor o igual que el anterior, no existía un punto inferior para el pilar que no tenía problemas en aplastarnos a puñetazos.

- Que molesto eres pedazo de mierda. - Inosuke también iba contra el sin dudar, aunque su cara este llena de golpes y su nariz sangrando. - Pedazo de mierda, pedazo de mierda... - Repetía como un loro, este continuaba dándole una entretenida pelea.

Rápidamente llegué por detrás tomando mi arma como un bate de béisbol, al darse cuenta que estaba acorralado tiro a Inosuke al suelo y se hizo a un lado velozmente antes de que pudiera golpearlo. Arrastré mis pies contra el suelo para no dar un impacto muy fuerte delante de Inosuke sintiendo como se ensuciaban de tierra. - ¿Esto es una estrategia planeada? Es poco probable viniendo de ustedes... - Lo ayude a qué se levantará y muy enojada por el insulto conteste. - ¡No somos estúpidos, el si, pero yo no! - Ambos me miraron mal, Inosuke volvió a ponerse su máscara ofendido.

Raramente eso salió de mi boca de manera espontánea.

No tardamos en ir por el, mi compañero llegando por debajo dando patadas moviéndose con las brazos y yo llegando por arriba de una acrobacia y continuando para sofocarlo. El esquivaba o se defendía cortante de nuestra pelea.

Cualquiera que se acercara al menos un poco podía escuchar literalmente todo. - ¡VENGAN AQUÍ! - Gritaba sin parar, utilizó la katana de madera que tenía en sus manos y con una postura de la respiración del viento nos golpeó fuertemente.

Una fuerte ráfaga de viento nos llevó casi como una pluma, pero aún así no tuvo nada de relajante, fue como un golpe duro. Me dejó un moretón más hinchado que el que había recibido Inosuke. - Iguro tenía razón, las nuevas generaciones de cazadores ya no es como antes. ¡¡Son unos débiles de mierda!! - Regaño nuevamente.

- Inosuke es mejor que todos aquí. - Se refirió a el mismo en tercera persona. Tomo su katana con ambas manos separadas y alzo su rodilla, literalmente la partió en dos del fuerte golpe y se los tiro a Sanemi enfadado. - ¡INOSUKE ES MEJOR QUE TU! - Parecía más estar haciendo un berrinche, una escena dramatizada.

- No eres nadie para decir si soy peor o mejor. - No había nada que perder, así que me tire a la pelea otra vez. Sería agradable que alguien nos venga a dar apoyo en vez de quedarse mirando, actuando como si estuvieran desmayados o desmayados de verdad.

Podríamos considerarnos al menos los más flexibles del grupo, pero no éramos lo suficiente para ganarle una pelea al albino.

Cómo siempre, cansados, lastimados y derrotados.

Cuando te vea otra vez | Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora