2 - misión.

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Cuando llegamos a la salida, ya estaba anocheciendo. El cuervo de Genya nos estaba gritando.

- ¡____ _____ y Genya Shinazugawa, su siguiente misión! - Nunca antes había tenido misiones en equipo que no sea con Mitsuri, así que me emocioné.

- Ohh, parece que somos compañeros. - mi cara me delataba, siempre me gustaba la compañía de alguien. - ¡Será mejor que vayamos rápido! - le sonríe una vez más y comencé a caminar.

Paso aproximadamente unos 3 meses y continúe haciendo misiones con Genya. El nunca utilizo una postura en todas las misiones, y cuando le preguntaba se quedaba callado.

Estábamos caminando por el sendero en completo silenció observé que tenía un rasguño en su pierna. - ¿Estás bien? - le pregunté mientras que miraba hacia adelante esperando su respuesta. El se quedó callado. - Puedo ayudarte con eso sí quieres. - le sonreí aún más nerviosa. - ¿metí la pata tan rápido?.

Permanecí callada por un rato y el también, hasta que..- ¿Quieres? - Al darme cuenta me estaba ofreciendo una bola de arroz, y yo obviamente no pude negarme. - ¡Muchas gracias! - agarre la comida y la observé antes de comerla.

- Mmmm, está delicioso~.- está era una de las cosas que compartía con mi maestra, el amor a la comida.

No había comido nada en todo el día, así que mi cara representaba la satisfacción reencarnada.

El me sonrió. Al mirarlo quedé en estado de shock - Que lindo... - Lo único que pude hacer es devolverle la sonrisa.

Poco tiempo después habíamos llegado a la cuidad dónde tendríamos una misión. Yo ya había estado aquí antes, pero parecía que para Genya era su primera vez aquí. - Últimamente muchos niños han desaparecido por este sector, es un demonio obviamente.- le dije a mi amigo. - ¿Deberíamos separarnos? - me contestó. - Está bien, yo me iré por aquí. - señale el camino a mi derecha. - ¡Suerte!. - Luego de decir eso, empeze a caminar.

- Está calle está vacía.. Aunque la cuidad siempre está llena de gente en la noche. - Pensé mientras que caminaba, mirando a mi alrededor.

Cuando estaba llegando a la esquina de la calle escuche unos ruidos detrás mío, automáticamente me di la vuelta y saque mi katana. - ¡ Que int- -al darme cuenta era una niña pequeña llena de rasguños.

Sentí escalofríos en todo mi cuerpo. Me agaché para hablar con la niña. -Ehh.. - Guarde mi arma - ¿Que pasa?.

- Eso.. muchos niños.. yo escape.. - Era obvio que el demonio estaba detrás de esto. - No te preocupes, ahora estás a salvó.. - Abrase a la niña, estaba temblando - de alguna manera me recuerda a.. - Antes de poder terminar, escuché un grito. - No te separes de mi.

Caminé junto a la niña por un rato en busca del demonio. Había vendado las heridas que tenía, por suerte todas eran superficiales. - espero que genya esté bien.. - Cuando me di cuenta estaba parada en un charco de sangre. Toda la sangre provenía de una de las casas. - Será peligroso si entras... Toma - le di las flores de glicina que tenía guardada en mi bolsillo - ¡Los demonios odian esto! ¡Se alejaran si la llevas contigo! - Era curioso que una chica que se dedicaba a buscar y asesinar demonios lleve consigo eso, pero lo traía para esta clase de ocasiones.

Me despedí de la niña y entre a la casa.
- este lugar está muy sucio.. - caminé por el pasillo de la entrada y al llegar al final del mismo, abrí la puerta de una habitación.

- ¡Alejate de ese niño! - El demonio estaba a punto de comer a un pequeño. - ¿Que tenemos aquí?~ - tiro al niño y se acercó a mi. - No me gusta comer niñas grandes como tú, ¡Pero nunca hay que desperdiciar buena comida! -empezo a aplaudir mientras reía.

Su risa se empezó a volver más y más fuerte y aguda. - ¡No seas tan ruidoso! - debía ser cuidadosa con mis movimientos, de lo contrario no solo lastimaria al demonio, sino al niño también. - No me gusta que me interrumpan cuando me divierto. - Su cara se volvió como la de una película de terror.

- Tsk, en fin, te mataré ahora mismo. - corrí para cortarle su cabeza. El demonio lo esquivo y seguí luchando con el, tratando de no lastimar al niño.

Di un movimiento en falso y el demonio me atacó. - mmm.. - me había hecho un rasguño muy grande el el brazo izquierdo. - ¿Quien está en problemas ahora?~ - cuando estaba a punto de darme un golpe, alguien llegó. - ¡____! - Era Genya, lo mire confundida. - ¿como llego hasta aquí?- el demonio lo miro curioso.

- No me interesa comerte a ti. Vete si quieres vivir. - En ese descuido, aproveche y le corté sus brazos. - tienes mucha confienza. - luego de decirle eso me aparte, el demonio era fuerte. En el golpe del brazo que me había dado antes, tenía veneno que se iba expandiendo a mi cuerpo, me había dado cuenta, aunque primero debía asesinar al demonio, así que no le di importancia aunque lo sintiera.

Los 2 nos encargamos de asesinar al demonio, luego hablamos con el niño que seguía con vida y lo llevamos a casa. - ¿Lo hicimos bien? - El veneno me había hecho efecto luego de unas horas.

- Si.. aunque te ves muy mal. - Mi cara estaba pálida y mi cuerpo apenas contestaba.

Veía todo borroso, lo único que recordaba es que cuando nos estábamos llendo, me desmayé.

- Quien... - Cuando me desperté no sabía en dónde estaba. Tenía puesta una yukata blanca y estaba acostada en un futón. Observé a mi alrededor, parecía ser una habitacion de las casas donde los cazadores descansan. - ¿Que paso? - Me levanté y abrí la puerta del cuarto.

Una señora mayor se dió cuenta de mi presencia y me explico todo. - Te despertaste muy rápido, un chico te trajo cargada hasta aquí. Debiste tener una misión muy difícil. - Me di cuenta de que el chico del que hablaba era genya. - ¿Dónde está el chico? -

- Afuera. Ve con el, de seguro se alegrará al verte, parecía muy preocupado. - estaba confundida por las palabras de la mujer, pero fui lo más rápido posible afuera para ver a mi amigo.

- ¡Hola! - mire a Genya que estaba sentado con una yukata negra. - ¡Muchas gracias por salvarme! Te debo la vida, literalmente. - Le sonreí y me senté a su lado.

- ¿Estás bien? - Me pregunto algo preocupado mientras que me miraba.

No estaba acostumbrada a esa faceta de Genya. Desde que lo conocí era muy tímido conmigo, tanto que no podía hablar sin ponerse nervioso.

- Gracias a ti lo estoy. - Mire al cielo. - Ese demonio era fuerte.. - Me sorprendí por su respuesta. - Fue un descuido. En fin, gracias otra vez. - Le sonríe una vez más. - ¿Tú golpe en el brazo ya está mejor?.

- ¡Si, mira! - levanté la manga de mi yukata y le mostré el lugar donde estaba el golpe, traía un vendaje.

La mujer llegó y nos avisó que la cena ya estaba lista, cenamos con ella y fuimos a dormir.

Cuando te vea otra vez | Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora