Cuando te vea otra vez | Genya Shinazugawa

17 - Entrenamiento de Uzui.

En la mañana retomamos el viaje. Todos estaban cargando 2 de las bolsas que nos dió la pilar del insecto, a excepción de Inosuke y yo, quienes cargamos una extra.

Llegamos a la finca de Uzui al mediodía, ya habían algunos cazadores. - ¡Bienvenidos! - Una de las esposas del ex pilar nos recibió amablemente.

- Buenos días. - Saludamos cordialmente y dejamos las bolsas dónde ella nos indico.

Unos momentos después, Uzui apareció. Todos nosotros lo estábamos esperando.

- Corran alrededor de todo el terreno - Tenía una mirada desinteresada, está relajado. Traía una katana de madera consigo.

- Pero... Su terreno es enorme. - ¡Un muchacho metió la pata! Todos lo miraron, incluyendo Uzui. Automáticamente se acercó a el, lo miro con los ojos bien abierto, mientras tenía una sonrisa macabra consigo.

- ¿Te di el permiso de quejarte? - El joven, asustado por la reacción del peli platicado, fue el primero en salir corriendo. - ¡¡HAGAN 15 VUELTAS!! - Todos empezamos a correr, uno iba más lento que el otro al pasar los minutos.

El entrenamiento de Uzui era muy pesado, al día siguiente de ese incremento caminos, haciendo que no solo corramos por su terreno, ahora corríamos por un bosque de la zona.

Estaba entre esa asquerosa multitud de chicos sudados sin camisa. - Solo han pasado 4 días... Me preguntó que estarán haciendo Touko y Hayami en la finca Kanroji. - Una voz interrumpió en mis pensamientos.

- ¿En qué piensas? - Era Zenitsu. - Buenos días. No te vi en la mañana.

- Estaba escapando del bastardo. Su mejor pasatiempo ahora es golpearme con esa katana en la cara, no importa que este haciendo...

- Nos golpe a todos, sin excepción. - Si nos agarraba despistados sabíamos que íbamos a recibir un golpe, o un golpe.

- Estoy muy cansado... - Se quejo, creo que fue un poco idiota de su parte, literalmente íbamos en primera fila y un poco más distanciados que el resto.

- No te adelantes, llegamos hace apenas unos días.

- Da igual, por lo menos la comida que preparan Hinatsuru, Suma y Makio es deliciosa...

Más tarde, llegamos al punto dónde Uzui nos esperaba sentado en una gran roca. Estábamos junto a un grupo de cazadores. - Vengan aquí, vagos. - Dijo, levantándose de la roca.

Estábamos tomando aire y/o sentados, descansando tras la corrida. - ¡No es hora de holgazanear, todos ustedes son muy débiles! - Golpeó específicamente a Zenitsu, haciendo que caiga al suelo, apoyo uno de sus pies en su espalda.

Nos empezó a insultar, entre diversas cosas. Cuando llego el resto, Hinatsuru nos avisó que la comida ya estaba lista.

- Muchas gracias... - Comía el arroz que habían preparado, era delicioso. - ¡Awww, eres tan linda y tierna! ¿No les recuerda a nosotras cuando éramos más jóvenes? - Exclamó Suma mientras me abrazaba, era la más agradable conmigo. Tras eso recibió un regaño de Makio. - ¡Deja de molestar a esa pobre chica y ven a ayudarnos!

- ¡Pero mírala! Tiene los ojos de Hinatsuru. - Agarró mis mejillas e hizo que vea mi cara, mastícaba el arroz con dificultad, no dije nada al respecto, era agradable la atención que me daban.

- No creo que de parezca a mí, la forma de su cabeza es como la tuya. - Hinatsuru se sumó a la discusión de a quien me parecía, tenía una bandeja vacía entre sus manos.

- Aunque mira sus gestos, es una combinación de Hinatsuru y Makio. - De un momento a otro, Uzui llegó y también se unió al debate.

Suma soltó mi rostro y retrocedió unos pasos, me miro pensando junto a su esposo. Las otras 2 se fueron para atender a los cazadores hambrientos.

Un rato después de discutir las similitudes que supuestamente tenía con ellas, se fueron por su lado. Me quedé en el mismo lugar.

En la cena y almuerzo el ambiente era relajado y divertido, todos podían estar un poco más relajados. Todos nos sentabamos en donde había lugar, sean rocas, el suelo, troncos etc.

Muchos se quejaban, reían o simplemente hablaban. Llegaba gente nueva todo el tiempo, se utilizaron un par de medicinas que trajimos. No era raro que algunos regresarán con moretones o cortadas de las intensas corridas. Sin mencionar que algunos llegaban a desmayarse.

Veía como Inosuke estaba con otros chicos, uno tenía un cabello lindo y brillante. - ¿Que haces? - Ah, no reconocí a Zenitsu hasta que se sentó a mi lado.

- Estaba mirando como se divierte Inosuke. - Contesté.

- Parecen que está torturando a los demás. - Miro con rareza y comió la bola de arroz que tenía en sus manos.

- ¿Ya no hablas con Genya? - Pregunto, mirándome a los ojos. - Si lo hago, pero ahora estamos ocupados entrenando. - Hablé nuevamente, dándole una respuesta a Zenitsu.

- Creí que estabas enojada.

- ¿Porque debería estarlo? - Dije divertida, mirándolo con la espalda encorvada y con una sonrisa extrañada de por medio.

- Porque no entendió tu declaración. - Contesto sin rodeo. ¿Que? ¿Cómo diablos sabía eso?

- ¿A qué te refieres? - Intenté disimular lo sorprendida que estaba.

- Los escuche la otra noche, tengo un buen oído. En fin al caso, Genya es como un niño pequeño en el cuerpo de un hombre. - ¿Zenitsu maduro? Tal vez. Aunque, tubo días para razonar que hacer y actuar.

- Sus voces me despertaron y no pude volver a dormir. Escuche toda su conversación, primero estaba muy sorprendido. - Dejo su comida a un lado, empezó a murmurar. Yo estaba en blanco, lo único en lo que podría hacer en una situación así era, nada. Jamás vivo algo así, es raro.

Solté un suspiro y me puse firme. - Zenitsu... Prométeme que no le diras a nadie. - Estaba muy nerviosa.

- ¡¿Entonces es verdad?! - Por suerte el grito fue opacado por las conversaciones de los demás y ruidos exteriores.

- Creí que te negariás, pero lo acabas de admitir. - Mierda.

- ¡Yo no dije nada! ¿Acaso escuchaste algo? Yo no escuché absolutamente nada. - Me levanté y empecé a retroceder lentamente mientras decía eso con una voz sobre actuada.

- No tienes que asustarte, no le diré nada a nadie. Tus hermanas y tú son amigas de Nezuko-chan, podrían ser madrinas para nuestra boda. - Supongo que siempre habrá un pequeño interés detrás de una buena acción, por lo menos refiriéndome a Zenitsu. Por lo menos ya no me coquetea como antes, parece que si va encerio con la encantadora demonio.

Me miraba con firmeza y una sonrisa emocionada, estaba un poco sorprendida, pero por lo menos se que ahora puedo confiarle mi secreto.

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- ¿Cuando se lo dirás?

- Ahora no.

- ¿Estás segura?

- Si.

- ¿Demasiado?

- Lo estoy.

- Podría ayudarte cuando lo digas, incluso en su boda yo podría...

- ¡Zenitsu! No te adelantes demasiado. - Estábamos corriendo, como todas las mañanas. Zenitsu me empezó a insistir sobre "el asunto" de Genya.

- ¿Que hacen? - No me había dado cuenta de que Inosuke estaba junto a nosotros en silencio.

- Ahora ustedes son mejores amigos, ¿Pero donde está el Penya? - Es tierno ver qué su lógica es como la de un niño pequeño. - ¿Genya? No lo he visto hoy, tampoco ayer. - Contesto Zenitsu.

- Yo tampoco, supongo que debe andar por ahí. - Es raro, pero no creo que simplemente haya desaparecido del faz de la tierra.

Mi nivel de ctm es tal que me olvide que tenía un fanfic,,,,😋✋
Este es un capítulo sin Genya--- pero intentaré actualizar sin retraso para la próxima💀