33 - Un gran plan.

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Una nueva mañana... Salía de la finca, empecé a levantarme temprano tal y cómo había hecho el primer día.

Lo que le había dicho a Zenitsu la noche anterior era una completa verdad, mi cabeza esta mañana solo pensaba en entrenar, entrenar y entrenar. Me dirigí a un sector ligeramente plano medianamente alejado de la finca, tampoco muy cerca de donde me había encontrado con el pilar de la roca, tal vez podría volver a aparecer de la nada como ocurrió ayer.

Y estuve literalmente toda la mañana entrenando cosas básicas y dirigidas a mi entrenamiento especial, utilizando las recomendaciones que Mitsuri me había hecho. Me desanimaba un poco no hablar con mi maestra, habíamos acordado comunicarnos mediante cartas y claro que lo hacíamos, pero no era lo mismo que hablar en persona.

Pero estaba concentrada en algo más, algo en lo que llevaba pensando durante todo este tiempo. ¡Mi piel se erizaba solo de pensarlo! La emoción al pensar de que podría crear mi propia postura, sonaba como una locura.

Intente despejar mi mente una vez, tome mis mejillas y las estire hasta dejarlas más rojas de la que ya estaban. Otra hora pasó y ni siquiera me di cuenta de eso, seguí hasta que escuche voces directo del río.

¡Ah, claro! El entretenimiento común programado, me había concentrado tanto con mi propio ejercicio que me olvidé del que debía hacer. Fui cuidadosamente detrás de la finca, limpie un poco mi uniforme soltando polvillo de este y camine hasta el frente de la finca.

Tenía una mirada victoriosa y la frente en alto disimulando que había no olvidado esto, me acerque a la orilla y me saque los zapatos y medias, tirando las prendas a un lado mío sin mucho cuidado.

- ¡Hola! - Un par de chicos estaban no muy alejados, se encontraban lo suficientemente cerca como para caminar hasta ellos en unos 10 minutos. Puse mis pies sobre el agua, mientras más me adentraba el frío se hacía mayor y con razón, estaba helada. - Ah, _________. - Todos ellos me hablaban con mucho respeto, no me tuteaban como me gustaría.

Al tener la vista en frente, yendo directo a dónde estaban ellos no me había dado cuenta de una presencia cada vez más cerca que de acercaba lentamente.

Hasta que unas manos frías y mojadas me tomaron una pierna, alertada por la sensación de tacto di una patada al aire esperando lo mejor. Los chicos que se encontraban en la roca miraban extrañados sin entender lo más mínimo, yo tampoco entendía. Segundos antes de ser "atacada" por ese ser estaba corriendo felizmente a dónde se encontraban, eran dos escenarios muy diferentes.

- ¿¡Inosuke?! ¡Déjame! - Grité nuevamente, no tenía ganas de pelear y menos con él, que sabía perfectamente que no me soltaría. De un momento a otro me jalo con el pie que estaba utilizando para detenerlo y no tardé en quedar a su altura, con mi trasero en el agua y empapada reflexione que no tenía nada más que perder, así que me tiré sobre él para detenerlo.

No entendía porque quería ajustar cuentas que no teníamos, sus momentos de locura eran muy aleatorias.

- ¡¡Inosuke, sabemos que eres más fuerte que todos nosotros!! ¡Detente! - Voces de terceros detrás nuestro llamaron al hábil chico con quién luchaba, ya había perdido la cuenta de las veces que batallé con él por alguna razón estúpida.

Moví el pelo de mi cara tirando mi cabeza para atrás rápidamente, teniendo las manos ocupadas con Inosuke quien también tenía mis brazos. Forcejeaba y repetía la acción para no caer, tenía su sucia máscara frente a mi, aunque le hablara él tiraba humo de su nariz muy furioso.

- Como molestas... Inseguro. - Palabras que rápidamente hicieron que estallara aún peor. Ninguno de los presentes se atrevía a detener a una bomba a punto de estallar como él, excepto los dos jóvenes amigos de Inosuke y quienes lo provocaron en un principio.

Cuando te vea otra vez | Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora