13 - Gran promesa.

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En la mañana, me desperté como siempre. Bueno, pronto debería irme de la finca. Ahora que los demonios desaparecieron podría ir a casa con las chicas, por lo menos un tiempo.

- ¡AHHHHHHHHH! ¡TE PROMETO QUE LE PONDRÉ TU NOMBRE A MIS HIJOS, O LE DIRÉ A MIS HIJOS QUE LE PONGAN TU NOMBRE A SUS HIJOS, O LE DIRÉ A MIS NIETOS QU- - Eran Zenitsu y sus gritos, otra vez.

- ¡Te dije que no grites! Además, solo es un dibujo. No exageres... - Se le notaba incómoda, la voz de Touko siempre fue bajita. Se hacía aún más pequeña en comparación a los inmensos gritos del rubio.

El reía felizmente y ella intentaba escapar de la situación.

Esa misma tarde Genya despertó. Estaba en perfecto estado, de hecho no tenía ninguna herida.

- ¿Hola? - Abrí la puerta con una mano, mientras que con la otra sostenía una bandeja de comida.

Entre y me senté en la silla junto a las camas. - Hola. - Contestó tranquilo el azabache.

- ¡Veo que te encuentras mucho mejor! - Dije, tras colocar la bandeja en la mesita de noche. - Si. ¿Tu también lo estás?

- ¡Mejor que nunca! - Sonreí

- Aoi hizo sopa. ¿Quieres tomar? - Tome el plato y una cuchara.

- ¡Ahora que derrotamos a 2 dos lunas superiores sin contar la anterior derrota de la luna superior 6, todos están muy felices! - Le pase el plato mientras decía eso.

- Tu también pareces más alegre que de costumbre. - Recibiendo el plato y la cuchara, dió su primer sorbo.

- ¡Si! Además de que mis hermanas están aquí y saber que la baja de muertes fue tan pequeña me alegra mucho. - Puse las manos en mi regazo contenta.

- ¿Tus hermanas están aquí? Creí que vivían lejos.

- ¡Así es! Aún así vinieron. Es una buena oportunidad para que se conozcan. - asentí con los ojos cerrados.

Una conversación para ponernos al día empezo. Saber que el estaba bien era suficiente.

- ... ¿No es genial? Me gusta pensar que algo bueno vendrá de esto... - Dije empujando la silla para atrás y tirandome a la cama de al lado.

- No lo sé... Es muy repentino. - Contestó.

- Lo es... - Mire al techo con los ojos entre cerrados. - La vida de un cazador está en constante peligro todo el tiempo, pero... Debemos vivir nuestras vidas, cada segundo es sumamente importantes. ¿No? Nunca se sabe que pueda pasar. ¡Por eso debemos disfrutar nuestra pequeña e insignificante vida al máximo!

- Si los demonios regresan, ¡Seguiremos combatiendo! - Empecé a divagar, el me escuchaba paciente. Ya había terminado su sopa.

- Me alegra que pienses así. Aunque aún me parece extraño, no debemos confiarnos. - Dejo el plato a un lado.

- ¡Ehhhh! ¡No seas negativo! Aunque, si llega a pasar algo y nos sucede lo peor. ¡Nos esperaremos para encontrarnos en otra vida! Si no me esperas, te buscare y te daré un golpe en la cara. - Dije con un tono divertido y sarcástico.

El rio, deje escapar una pequeña risa. - Está bien, lo prometo. Solo te pido que no golpees tan fuerte... - Sonrió.

- ¡Prometido! - Me levanté de un saltó y me senté en el banquito otra vez. Alce mi meñique, una sonrisa brillante invadió ambos rostros.

Suspiro sonriente, unimos ambos meñiques y los levantamos de arriba a abajo para completar la promesa.

"Si tú no rompes la promesa, yo tampoco lo haré. ¡Aunque tenemos la siguiente vida a esa para cumplirla!"

Los días pasaron, exactamente dos. - El chico jabalí ya rompió 3 ventanas está mañana... - Hablo Hayami, quien estaba con Touko, Nezuko y las demás.

Yo había comenzado a entrenar, estaba decidida a volverme más fuerte. Empecé a visitar la oficina de Shinobu más seguido, porque me pedía una pequeña dosis diaria de sangre para investigar.

Ahora que tenía en cuenta lo de mi cuerpo y musculos "Especiales", me sometí en un entrenamiento más extremo con la autorización de Mitsuri, que se encontraba fuera de la finca.

Genya también empezo a entrenar, aunque teníamos horarios distintos, almorzábamos juntos. ¿A las chicas les parecía raro? Tal vez. Touko y Hayami no estaban cuando tuve esa conversación con las niña.

Genya y yo estábamos sentados en el cómodo suelo del dojo. - Mira tus brazos. ¿Que haces en tu entrenamiento específicamente? - Preguntó algo serio mientras veía mi brazo. Ambos teníamos la ropa de entrenamiento clásica.

- Oh, estoy entrenando con látigos. En la batalla dónde use mi katana por primera vez, la domine rápido por pura suerte, pero con complicaciones. Se supone que debo dominarla a la perfección. - Toque mi brazo que tenía una marca de un latigazo accidental.

- Si cometo un mínimo error puedo quedarme sin un brazo. Anteriormente si había entrenado así, pero con lazos para no golpearme demaciado.

- Mi entrenamiento también es pedazo. - Recalcó el azabache, quien apoyo sus manos en el suelo.

- Ah, ¡Si tuviera tu habilidad no me preocuparía por perder alguna extremidad o algo así! Debe ser genial.- Básicamente, andaría perdiendo brazos y piernas en todas mis misiones.

- Aunque no funciona así exactamente... Debo comer un demonio poderoso para poder hacerlo. - Lo escuche con atención, el también tenía que ser cuidadoso. Me explico cómo funcionaba o lo que entendía de su condición.

El almuerzo termino y Genya volvió a su entrenamiento, yo me fui a bañar, empezaría segundo entrenamiento en unas horas... Entrenaba 3 veces al día. Mañana, tarde y noche.

Bueno, me siento más motivada para escribir ahora. ¡Amo todo el apoyo que le han dado a la historia! Si llegamos a las 2 K vistas continuaré el UA moderno. <3

Cuando te vea otra vez | Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora