Contract. Capitulo 29

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Capitulo 29:

Estoy expectante y emocionada por la inminente aparición de Bruno en nuestra habitación matrimonial apostada en un ala del segundo piso de la impresionante mansión Marchetti. Esta habitación esta alejada de las demás habitaciones privadas de cada integrante de esta familia. Aunque claro, las habitaciones de mis hijos están en este pasillo porque me presento varias veces en cada habitación para asegurarme de que mis hijos estén seguros durmiendo en sus respectivas camas. Sobre todo mi hijo menor requiere de una constante vigilancia, él a penas tiene un año de vida. La señora Marchetti me ayudo a contratar a una institutriz y a una niñera para el exclusivo cuidado y educación de mis hijos. La niñera se encarga de los dos mas pequeños, es decir de Sofia la cual es la del medio, la cual tiene tres años. Y de Maurizio, mi bebé de un año de edad. El mayor esta a cargo de la institutriz. El cual tiene cinco años y que lleva por nombre Massimo.

Yo hubiera deseado como madre tener a mis hijos siendo bebés durmiendo en la habitación matrimonial con Bruno y conmigo, pero comprendí que era una mala idea ponerlo en practica porque una relación matrimonial se ve fuertemente desquebrajada cuando los niños comparten la cama o la habitación con sus padres.

Los niños desde la primera infancia deben tener su propia habitación. Para mantenerlos seguros no es necesario tenerlos en la cama de sus padres puesto que incluso hay mayores riesgos. Uno como adulto puede aplastarlos en medio de la noche o bien sofocarlos y por otra parte de intimidad sexual no hay nada en la pareja de padres. Lo que puede incluso desencadenar el distanciamiento de una pareja.

No tener sexo por causa de dormir con los niños en la cama matrimonial o bien en la misma habitación, produce que muchos matrimonios se enfríen al punto de llegar a un divorcio.

Una como mujer no puede darle prioridad solamente a los hijos, el marido debe mantener su lugar como amante, sino todo se va a porra.

Además en mi caso se suma el hecho de que la habitación que compartí con Bruno en el departamento de mi marido tenia una ambientación para nada adecuada para los niños. Mis hijos no tienen que estar enterados de la vida sexual que llevamos su padre y yo.

Bruno y yo decidimos tomar turnos para vigilar el sueño de nuestros pequeños, además teníamos y aún tenemos a mano los pares de woki tokis de cada habitación para saber que sucede en cada habitación de nuestros hijos.

Tengo tres hijos, se llevan dos años de diferencia. A Massimo lo tuve en mi segundo año de matrimonio. A Sofia la di a luz al cuarto año de matrimonio y a Maurizio lo alumbre al sexto año de matrimonio.

Hace seis años cuando se me antojo ser mamá no me imagine que terminaría siendo madre de tres niños.

Cuando Bruno me propuso el contrato de matrimonio hace siete años cuando le pedí el préstamo de los 50.000 dólares, yo estaba totalmente en contra de ser madre ya que mi carrera laboral era mi principal preocupación. Tampoco anhelaba casarme, con nadie. Pero luego de convertirme en la esposa de Bruno sentí seguridad y comodidad siendo su mujer. Me proyecte con él para toda mi vida.

Casarme con mi jefe fue la mejor elección que pude tomar. Soy una mujer feliz. Aunque claro a veces echo de menos a mi familia.

Existen cosas que los seres humanos no podemos conseguir, cosas que están fuera de nuestra voluntad, jamás lograremos ser totalmente felices, siempre hay algo que ensombrece nuestra tranquilidad emocional. Pero no hay que centrarse en lo negativo, sino en lo que nos satisface y alegra.

Como Bruno me dijo años atrás, somos nosotros mismos los que nos hacemos esclavos de nuestras mierdas. Esta en nosotros salir y buscar un nuevo rumbo. La vida es lo que construimos.

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